Las mujeres pasan más tiempo que los hombres en las tareas de la casa, a pesar del evidente cambio de roles que está ocurriendo dentro de la familia.
Cuba no escapa de esa realidad. Migdalia, una mujer de 50 años que vive la región oriental, sigue estando a cargo de la cocina y del aseo de su casa y lava y plancha para sus dos hijos y marido como lo hacía su madre, una campesina de 90 años. “Mi sobrina se ha espantado cuando me vio recoger los platos y desmontar la mesa mientras los tres hombres de mi casa tomaban café y disfrutaban de la sobremesa”.
A Migdalia le molesta ser ama de casa las 24 horas del día, pero no ha sabido cómo educar a “sus hombres” para que colaboren con ella.
Dice que a sus hermanas del campo les pasa igual,” eso aquí en Oriente es normal”, y lo dice con la tranquilidad de una mujer resignada a vivir todo los días iguales, sin consideración alguna de sus familiares.
Esta historia se repite en muchos hogares de la Isla. A pesar de que difícilmente una mujer acepte ser explotada, hay patrones de este tipo que comienzan desde la niñez y se van heredando en varias generaciones.
Lograr la igualdad, explican especialistas, implicará no solo preparar a las mujeres para el trabajo remunerado, sino enseñarles a los hombres a hacer trabajos del hogar sin ser remunerados.
En dependencia de la educación que han recibido los padres, así será la que enseñarán a sus hijos.
Un estudio reciente indica que los hijos de padres con estudios universitarios, en general, dedican menos tiempo a las tareas domésticas, pero la diferencia casi siempre radica entre las niñas. Las hijas de padres universitarios pasan un 25 por ciento menos del tiempo haciendo quehaceres que las hijas de padres que solo estudiaron hasta la secundaria.
En el caso de Cuba, al parecer, los padres con estudios parecen haber cambiado su educación doméstica en el caso de sus hijas, pero no de sus hijos. Las madres continúan formando hijos que trabajan menos al interior del hogar.
Aunque no abundan estudios públicos sobre el bienestar subjetivo de la mujer cubana, ni de su la calidad de vida, una investigación de psicólogas cubanas constató que en la gran mayoría de los casos, las mujeres tienen un gran peso entre sus intereses sobre el área familiar y doméstica, “generando en consecuencia un proyecto de vida limitado casi exclusivamente al espacio hogareño y a los roles que se le han asignado a la mujer en este por tradición”.
La brecha de género en los quehaceres se da en todo el mundo y en todos los países desde niñas las mujeres pasan más tiempo en las tareas del hogar que los niños y los hombres.