El presidente Miguel Díaz-Canel defendió este lunes la existencia de las mipymes en Cuba, pero acotó que es necesario corregir “distorsiones” en su implementación.
Durante una entrevista transmitida en el programa Mesa Redonda, el mandatario cubano negó que su gobierno haya asumido una agenda neoliberal con el establecimiento de las mipymes y consideró que el sector privado es compatible con el sistema socialista del país.
En este sentido, Díaz-Canel señaló que desde Estados Unidos se pretende convertir a los privados en oposición a su gobierno, algo que, dijo, muchos integrantes de este sector no comparten, y criticó la “politización” de un reciente encuentro entre empresarios de ambos países en Miami.
Sobre las mipymes, cuyo número se acerca ya a las 9 mil, resaltó que estas “han levantado sistemas productivos”, han ocupado “espacios de servicios” que el Estado no puede asumir y se han encadenado con empresas estatales.
Dijo que no solo importan productos terminados, sino también materias primas para producir en la isla, aunque reconoció que han existido “desviaciones” en el funcionamiento de algunas, aprovechando circunstancias generadas por la crisis económica y el insuficiente mercado cambiario.
Al respecto, Díaz-Canel criticó el establecimiento por “algunos” de “precios abusivos y especulativos”, algo que también reconoció sucede en el sector estatal.
Por ello y otros problemas, dijo, su gobierno busca actualizar las normas existentes, en función de organizar este proceso para que no haya “distorsiones”.
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Déficit de divisas y ordenamiento
En otro momento de la entrevista, Díaz-Canel consideró como uno de los problemas fundamentales que atraviesa la isla la baja disponibilidad de divisas, el cual, según enfatizó, limita el desenvolvimiento económico.
Este déficit de divisas, explicó, incide en la disponibilidad de alimentos y otros productos básicos, e impide que “muchas de las cosas” que intenta desarrollar su gobierno no se puedan realizar, lo que repercute en la vida de los cubanos.
“Estamos viviendo en una situación de máxima presión”, dijo.
Reconoció que las divisas con que cuenta el país en estos momentos “prácticamente están dando para comprar un poco de combustible, que no alcanza” y para la canasta básica y “otros insumos para mantener la vitalidad”.
En este sentido, fustigó el embargo/bloqueo de Estados Unidos, al que responsabilizó en gran medida de la crisis que vive Cuba, aun cuando dijo que “existen reservas de productividad” en la isla y reconoció que existen “fisuras” que “no tienen que ver con el bloqueo sino con mal funcionamiento”.
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No obstante, el mandatario cubano defendió la actuación de su gobierno durante la crisis y, en particular, la implementación del reciente proceso de bancarización y, antes, del llamado ordenamiento monetario.
Aseguró que esas eran medidas que estaban previstas y era necesario implementar, y negó que el empeoramiento posterior del país, en particular con el aumento de la inflación y la falta de productos básicos y de efectivo, se debiera mayormente a las mismas.
Aun así, señaló que su gobierno estaba abierto a “rectificar” las “desviaciones” derivadas del ordenamiento y que haría un “análisis muy crítico” sobre en qué aspectos se “pudieron equivocar” al establecerla en enero de 2021, cuando la isla estaba afectada por la pandemia.
Además, durante la entrevista, Díaz-Canel también se refirió a la actual oleada migratoria que sufre la isla, de la que culpó a la política estadounidense hacia la isla, y abogó por un fortalecimiento “con inteligencia” de la relación con los emigrados cubanos.
También dijo que su gobierno apuesta por el desarrollo territorial para enfrentar la crisis econónica y la baja productividad en el país, y afirmó que, aun con las dificultades existentes “hay cosas que se pueden hacer, pero tenemos que creérnoslo”.