Las autoridades cubanas “intensifican” el control en las panaderías estatales, al tiempo que buscan “alternativas” para enfrentar la actual crisis con el pan en la isla.
Durante una reunión nacional de empresas de la Industria Alimentaria, directivos de ese ministerio (MINAL) se refirieron a las “acciones permanentes de control” que tienen lugar en el país, las cuales —dijeron— se han intensificado por parte de los inspectores del sector y los gobiernos locales.
Al respecto, apuntaron, se han tomado “medidas disciplinarias a los infractores y responsables allí donde se detecta la venta del pan normado por debajo de los 60 gramos establecidos de manera temporal, y es insuficiente su calidad”, reseña un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
“Sanciones a administradores y a trabajadores de algunas unidades por indisciplinas tecnológicas, y cierre temporal de establecimientos por falta de higiene” se cuentan entre las medidas referidas en el despacho, que no ofrece datos sobre cuántas personas y centros han sido sancionados.
En el encuentro, que se desarrolla hasta este miércoles en La Habana, se abogó por explicar en las comunidades “las acciones dirigidas a que en las panaderías se cumpla lo orientado”, así como pedir a los vecinos que practiquen “el control popular”.
Los directivos del MINAL reconocieron “los problemas con el aseguramiento de las materias primas, en momentos que por falta de financiamiento el Estado no ha podido importar toda la harina de trigo que se demanda”, razón por la que se decidió recortar el tamaño del llamado “pan de la cuota”.
Gobierno recorta el “pan de la cuota” por “dificultades” con la harina
En busca de alternativas
Durante la reunión también se abordaron distintas alternativas para enfrentar la actual situación con el pan normado, su calidad y su costo.
Javier Francisco Aguiar Rodríguez, vice ministro primero del sector, llamó a los participantes a “intercambiar experiencias e ideas” sobre el tema “cuando son diversas las limitaciones financieras, de combustible, de harina y de otros recursos”, apunta la ACN.
En este sentido, según el medio, “se debatió alrededor de las alternativas que a nivel local se pueden buscar con el uso de la harina de yuca” como “extensor”.
También se abordó el “encadenamiento productivo” con las mipymes privadas y se reconoció que “con parte de la harina de trigo que esos actores económicos no estatales logran comprar, se ha podido garantizar al menos la producción del pan normado en muchos lugares”.
Aguiar Rodríguez explicó que “a partir de contratos ha sido una alternativa la producción cooperada, en la que las mipymes suministran la harina y otros insumos y las EPIA ponen a su disposición las panaderías”.
No obstante, “también insistió en la necesidad de velar porque no hayan irregularidades ni violaciones de las normativas establecidas”, señala el reporte.
Días atrás, al anunciarse la reducción del tamaño del pan normado, Anayra Cabrera Martínez, directora general de Política Industrial del MINAL aseguró que debido al actual déficit de harina en Cuba las entidades estatales trabajaban “con muy bajos niveles de cobertura”.
En los últimos años Cuba ha padecido de déficits periódicos de harina —entre otros alimentos y productos básicos—, que han golpeado principalmente la producción del pan de la canasta familiar normada y su distribución a lo largo de la isla.
Esta situación también ha afectado por momentos al “pan liberado” y ha repercutido en el aumento de su precio en los negocios particulares y en el mercado informal, en un contexto de crisis económica y elevada inflación.
El problema del pan no tiene solución, ninguna alternativa puesta en práctica por el estado lo ha logrado en décadas. Con la obstinada dezicion de tener bajo su control las panaderías solo ha logrado que el robo de harina, azúcar, levadura y cuánto sea posible sea inmisericorde, además del gramage y la calidad del producto sin contar el dinero. Ahora disminuyen en peso y dinero (75 centavos), no hay fracciones de peso y el pan sigue costando más caro porque es más pequeño y malo y su valor 1 CUP porque la justificación es “,no tenemos vuelto”, quie siempre pierde es rl pueblo.
La solución sería arrendar o privatizar las panaderías y entregar a sus dueños la harina con el encargado de garantizar el pan normado con su peso tradicional y que el estado subcidie el producto, así se resuelve el robo, mejor higiene y calidad del pan.