“La bancarización no es la causa de esos problemas, la causa está en no haberla controlado adecuadamente”, zanjó el presidente Miguel Díaz-Canel en medio de las polémicas sobre un tema que enciende el debate en redes y vecindarios, y golpea con fuerza la economía de los cubanos.
Al intervenir en el espacio Desde la Presidencia, transmitido en streaming en las redes gubernamentales, el mandatario recitó un cúmulo de “críticas muy severas” de la población “sobre la falta de control que existe por instituciones estatales sobre estos fenómenos”.
“No hay quien cobre en ningún lugar”; “el país no está preparado para la bancarización, porque no tiene todas las condiciones para que las personas accedan a su dinero”; “el gobierno no acaba de resolver el tema de los cajeros”, fueron algunas de las quejas populares leídas por Díaz-Canel.
“Tal vez las circunstancias en que surgió el proceso de bancarización no eran las más propicias para iniciarlo”, reconoció el gobernante, quien dijo que las autoridades debían “dar respuesta de la manera más inmediata” a los cuestionamientos de la población.
Tormenta perfecta
En su intervención, Díaz-Canel aludió a un escenario, agosto de 2023, en que cuajó una tormenta perfecta: contracción del circulante de papel moneda —hasta hoy no ha remitido— , la imposibilidad de imprimir más masa monetaria por la falta de divisas para hacerlo, una desbocada inflación, apagones, y las constantes “caídas del sistema” (informático) en las sucursales bancarias.
Sin embargo, mirando por el retrovisor, para el presidente se puede matizar la decisión gubernamental de entonces: “A la luz de estos días podríamos plantearnos que la situación hubiera sido peor”, acotó.
“En el caso de Cuba (la bancarización) es una solución real”, calzó, por su parte, Juana Lilia Delgado, ministra presidenta del Banco Central de Cuba (BCC), el ente rector de este controversial proceso.
La funcionaria, invitada por el jefe de Estado al espacio digital, reconoció que esa dinámica se produce en un contexto cuando menos inhibitorio.
“Se vuelve un desincentivo tener depósitos en los bancos, porque cada día los precios son mayores, y no es la tasa de interés un incentivo para que las personas tengan depósitos”, concedió en modo de autocrítica.
Una paradoja no resuelta
Las explicaciones remiten a paradojas. “En realidad, no es que no haya dinero en la economía, hay más dinero que nunca, pero se ha invertido el flujo de ese dinero”, explicó Delgado.
Estamos ante un sistema trastocado. Sale más dinero de los bancos que el que regresa a ellos. “Por lo tanto se altera todo el ciclo del movimiento del efectivo”, añadió.
Tal distorsión enrarece las demandas de efectivo y favorece un “proceso de concentración de ese efectivo en pocas manos”.
La presidenta del BCC aseguró aseguró que las autoridades han detectado una práctica muy grave: “Gran parte de ese efectivo que está concentrado obedece a pagos al fisco que están pendientes por parte de algunos actores económicos y son cantidades importantes”.
Tras la huella de la evasión fiscal
De acuerdo con las autoridades bancarias, actualmente agencias del gobierno como la Oficina Nacional de Administración Tributaria (Onat) están revisando con lupa aquellas cuentas que no reciben sus depósitos a diario.
Según Delgado, la Onat está discriminando cuáles de tales conductas “obedecen a una evasión fiscal” en toda la regla.
De hecho, dijo, “ya han sido detectados casos importantes de evasión fiscal”, y el uso de cuentas naturales que, sin justificantes, concentran grandes sumas a partir de “traspasos de cantidades inusuales de dinero”.
Asimismo, han sido detectadas un alto porcentaje de cuentas fiscales que no tienen depósitos y que están “muertas”, al no registrar signos de movimiento alguno de fondos.
“Y, sin embargo, cuando uno compara los niveles de importación que han hecho esos actores económicos con los niveles de actividad económica que deben generar esos niveles de importación, indudablemente se demuestra que en esas cuentas fiscales deberían de haber depositado altas sumas de dinero”, aseveró el presidente Díaz-Canel.
Al respecto, avisó: “Se va actuar enérgicamente sobre esas operaciones”.
Pero habría más debajo de la alfombra.
De acuerdo con Delgado, algunos ciudadanos están prestando sus cuentas personales como puente para que “transiten grandes cantidades de efectivo”, sin percatarse que “están en una posible operación de lavado de dinero, que es una de las actividades que está tipificada en nuestro código penal”.
El 6 % y otros subterfugios
El hecho de que un grupo de negocios —no fue develada la cantidad— empleen cuentas naturales y no fiscales para cobrarle a los clientes, está perjudicando a estos últimos, que no pueden acceder al 6 % de bonificación que el banco dispone, a manera de promoción, por el empleo de las pasarelas electrónicas de pago.
“Cuando hablamos de la cuenta bancaria fiscal es la cuenta que como empresario, como actor económico, lo representa ante el fisco”, comentó sobre el asunto Alberto Quiñones, vicepresidente del Banco Central de Cuba, el segundo invitado a Desde la presidencia.
El ejecutivo alertó que si bien la Onat mantiene el control de las cuentas fiscales, también hace otro tanto, como entidad fiscalizadora, de las cuentas naturales, cuyas transacciones dejan —obviamente— su trazabilidad, “y eso permite buscar y detectar conductas evasoras”.
Otras faltas denunciadas por los clientes y citadas por Quiñones son limitar el uso del pago electrónico, de acuerdo con las cantidades a erogar por el usuario.
Si son pequeñas o medianas, según la opinión discrecional del dueño, entonces podrá o no auxiliarse del pago electrónico. Incluso, se colocan trabas con el propio efectivo. Si los billetes son de baja denominación muchas vece no son admitidos.
“Esa no es una facultad que tiene un empresario. Es una facultad del Banco Central que implementa el cono monetario que existe”, apuntó Quiñones.
Otro de los subterfugios de algunos propietarios de negocios es argumentar que las cuentas fiscales están al tope y no pueden recibir más dinero de manera electrónica.
“No existen límites para las cuentas fiscales de la mipymes”, desmintió el segundo al mando del BCC.
Bajo ese manto, se justifican malas prácticas, y no es casual ver a personas naturales “vaciar los cajeros”, al introducir varias tarjetas magnéticas, hacia las cuales los negocios han desviado el pago de clientes.
“Son una serie de desviaciones, desde el punto de vista de los establecimientos, que van en contra de las premisas que hemos creado. La premisa tiene que ser el ciudadano pueda escoger su forma de pago”, enfatizó Quiñones.
¿Un número mágico?
Hace un par de meses, buscando contrarrestar las “jugadas” de negocios privados y empresas estatales que incumplen lo normado, las autoridades bancarias habilitaron un número telefónico (800 22 622) para canalizar las quejas de la población.
“Y desde el BCC estamos redireccionando cada una de las quejas hacia los responsables de la actividad. Tratamos de dar respuesta, pero lo importante es que las personas tengan como ejercer su derecho”, defendió Quiñones.
Según el funcionario, el “número está dando mucha información” y pidió que los clientes se conviertan en “inspectores” para defender sus derechos. “No podemos hacer esto solamente con decisiones administrativas”, reconoció sobre el alcance limitado de medidas burocráticas.
Control de la actividad
Según se dijo, recientemente fue creado un grupo nacional de bancarización, que es coordinado por el BCC. En el mismo se involucran distintos organismos y se somete a escrutinio todo el contexto que desata el proceso: situaciones, problemas, causas, indicadores diseñados que permiten una visión de ángulo ancho y cómo corregir los errores y perversiones.
“Esta batalla se gana en los territorios, donde los grupos de bancarización provincial y municipal tienen que estar al tanto de las problemáticas de su localidad”, dijo Delgado.
El trabajo de fiscalización se evalúa cada quincena y se fiscaliza “cómo se están comportando los niveles de depósito en los bancos a los efectos de actuar sobre estas conductas”.
De acuerdo con la presidenta del BCC las autoridades sugieren el bloqueo de cuentas que se encuentren inactivas o que “sus movimientos no obedezcan a los niveles de actividad que se consideran que deba tener un comercio, o un actor económico determinado”.
Otra de las iniciativas es el establecimiento de la declaración obligatoria de las cuentas de personas naturales en los momentos en que deban recibir transferencias de cuentas fiscales para estar en mejores condiciones de “llevar a cabo la trazabilidad de esas transacciones”.
Igualmente, las autoridades han considerado la declaración de zona bancarizada, una suerte de estatuto que reconocería cuando una localidad reúne todas las condiciones para que el proceso marche sin contratiempos, algo hasta ahora casi una quimera.
Falta de efectivo en los cajeros. ¿Qué hacer?
En la caja de herramientas que dispone el Banco Central no hay mucho para escoger. La propia presidenta de la institución comentó sobre un par de acciones inmediatas, que calificó de “paliativas”, como si se tratase de un enfermo que no tiene cura.
“Una, tratar por todas las vías posibles de que el dinero regrese al sistema bancario y financiero y dos, incrementar el uso de canales de pago digitales, esta última dirigida a lograr que se disminuya la demanda de efectivo para ejecutar las transacciones”, apuntó.
En paralelo, resaltó la necesidad de llevar un control estricto y diario de los movimientos de efectivo en cada provincia y atender las afectaciones que pueden sobrevenir y complicar el pago de determinadas nóminas.
“Se trabaja con los sectores para anticipar las cantidades de efectivo que se requieren en cada lugar”, informó Delgado para reconocer que “estamos en un período de tránsito en que todavía no hemos logrado los niveles de digitalización y existe todavía esta demanda alta de efectivo”.
La presidenta del BCC dijo que se particulariza el tratamiento al sector campesino, más refractario al cambio que otros, atendiendo a su cultura, tradición y posibilidades reales de acceder a los bienes tecnológicos.
“Se han ido logrando algunos avances. Ya un porciento de lo que ellos cobran se les paga de manera digital y otro por ciento en efectivo. Siempre tratamos de que se minimicen los tiempos de demora en cumplir con estas obligaciones”, señaló.
En cuanto a los pagos en sectores políticamente estratégicos como los de Salud y Educación, la funcionaria dijo que se trabaja para “minimizar las afectaciones”. En este sentido, se congratuló de que en el “cierre último, no teníamos ninguna afectación por efectivo”, aunque reconoció otras demoras en las remuneraciones.
Conclusiones presidenciales
En sus consideraciones finales, Díaz-Canel dijo que el gobierno “aprecia una notable reticencia de actores económicos, tanto estatales como privados, a participar de manera adecuada” en la bancarización. Ello, dijo, “se marca más en las formas no estatales de gestión”.
De acuerdo con el mandatario, si 70% o más de los ingresos de los ciudadanos se invierten en la adquisición de alimentos, entonces una de las prioridades es bancarizar tales servicios.
Sin embargo, tal pretensión choca con el hecho de que “menos de 50 % de los mercados agropecuarios, tanto estatales como privados, tiene establecidas las pasarelas de pago para desarrollar el comercio electrónico”, lamentó el mandatario.
A la par, una “parte importante de las entidades que están realizando actividades de comercio no han trabajado con sus códigos QR o no han solicitado el código QR o no lo tienen establecidos”, señaló igualmente para mayores retrancas en los mecanismos.
El también primer secretario del Partido Comunista de Cuba consideró que “un proceso de bancarización ordenado y bien controlado, nos debe conducir a que se resuelva el problema del efectivo”, que, a su vez, circularía menos, como menos sería su tenencia.
“Le estaríamos dando un golpe a casos de corrupción y casos de ilegalidad, lo que tendría un impacto también la inflación y también en restablecer las reglas del juego mediante las que tienen que funcionar las relaciones entre el sector estatal y no estatal”, estimó.
En “ese escenario de urgencias”, tal como lo describió, “la población nos está diciendo lo que hay qué hacer y dónde están las insatisfacciones”, reconoció Díaz-Canel.
El presidente cubano aseguró que a las autoridades de la isla les “ha faltado acción” en un entorno donde, dijo, existe “una alta concentración de dinero en manos de unos pocos”. Con ello, no solo admitió un proceso de concentración de la riqueza en la isla, sino que dio a entender posibles acciones punitivas contra quienes, a juicio del gobierno, se benefician del mismo.