La historia contemporánea de la papa en Cuba tiene un poco de drama, suspenso y hasta de acción. La cuentan las libras per cápita y racionadas expendidas en las provincias productoras y en la capital del país; las colas interminables y el desasosiego de no saber cuándo “toca la próxima vuelta”.
Ese panorama podría cambiar, pero no dependerá únicamente del acceso al mercado de la semilla y del paquete tecnológico, sino de las capacidades hacia lo interno de la agricultura cubana y, por supuesto, del clima.
Para explorar las potencialidades de negocios en el terreno, una representación de Patatas USA –organización de mercadeo de los 2500 cultivadores de papa que operan en Estados Unidos, con sede en Denver, Colorado– visitó Cuba entre los días 27 y 31 de marzo pasado, como parte de una “misión de intercambio informativo”, según reseñó Capital Press, publicación especializada en temas de agricultura de la costa Oeste estadounidense.
La delegación, integrada por 16 productores de semillas, agrónomos y miembros del consejo de Patatas USA, se encontró con funcionarios de los ministerios de Agricultura y Relaciones Exteriores, a los que también asistieron productores nacionales.
En Matanzas y Cienfuegos visitaron dos cooperativas donde se cosecha el tubérculo. “A pesar de los muchos retos a los que se enfrentan los productores cubanos, como la falta de insumos (fertilizantes, pesticidas y herbicidas), mecanización mínima y malas condiciones climáticas y de suelo, estaban recolectando una buena cosecha de grandes papas blancas”, reseñó el portal digital Potatoes Grower.
El comunicado de prensa citado por Capital Press informa que “el gobierno cubano espera reavivar su industria nacional de la papa, que ha disminuido significativamente durante las últimas dos décadas, y necesitará importar semillas de alta calidad”.
“Basados en los éxitos obtenidos en República Dominicana y Centroamérica, Patatas USA y los productores de patata de Estados Unidos están seguros de que los proveedores estadounidenses pueden aportar semillas para mejorar los rendimientos en Cuba”, dijo John Toaspern, Jefe de la Oficina de Marketing de la organización.
Al decir de Taspern, la Isla probaría en la próxima campaña –otoño de 2017– las variedades de semillas norteamericanas para evaluar su comportamiento bajo las condiciones climáticas tropicales. Ese sería uno de los pasos incluidos en el protocolo de importación que deberán firmar el Ministerio de Agricultura cubano y su par, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Más de 70 organizaciones vinculadas al sector de la agricultura, reunidos por la coalición Engage Cuba y US Rice, enviaron en enero pasado una solicitud al presidente Trump para que no eche atrás lo avanzado en las relaciones bilaterales. Algo en lo que coincide el diario The New York Times en su más reciente editorial sobre Cuba. “Si Trump diera ese tipo de pasos (…) pondría en desventaja a los agricultores y empresas estadounidenses al restringir su acceso a un mercado que se está abriendo gradualmente al comercio mundial”.
U.S. farmers ask Trump to stay the course on Cuba https://t.co/GEJnAqDoCE pic.twitter.com/lRJ8m9v6ab
— Reuters Politics (@ReutersPolitics) 13 de enero de 2017
Cuba importa casi la totalidad de la simiente desde Europa y Canadá, aunque también utiliza una variedad criolla denominada Romano, con rendimientos inferiores. Se estima que de los 11 millones de dólares que se destinan anualmente a la compra de semillas, ocho son de papa.
En la campaña actual, apenas se sembraron 6500 hectáreas y solo las provincias de Pinar del Río hasta Ciego de Ávila pudieron consumir la demandada vianda. El tubérculo es uno de los productos normados, con precios minoristas centralizados y subsidiados por el Estado.
En 2015, un funcionario del Ministerio de la Agricultura dijo a la AFP que los negocios entre Cuba y Estados Unidos en este apartado son anteriores al restablecimiento de relaciones bilaterales, pues a través de un intermediario la Isla adquirió semillas de cebolla y otros cultivos.
Aunque desde 2001 el Congreso norteamericano autorizó la venta de alimentos y productos agrícolas a Cuba, estas transacciones se realizan con pagos anticipados y al contado.
Creo que seguir enfrascados en querer producir la papa que se necesita en Cuba es erroneo, por los altos costos y los riesgos climaticos que implica, mas acertado seria invertirle algo a otros tuberculos y raices tropicales, como yuca, malanga y boniato, venderlos en USA y comprar la papa barata
Sr. Felix Ancizar si va alguna vez a Cuba vaya a Guines y en la salida hacia San Nicolas de Bari vera alli los almacenes de acopios que eran en el capitalismo unos gigantescos frigorificos donde se guardaba parte de la papa cosechada en el municipio de Guines y que gracias a eso habia papa todo el año en Cuba aparte de que se exportaba hacia EEUU ya que en la mayoria de los municipios de Cuba se producia papa.
Vaya tambien a un “tour” que hay en Cayo Hueso y donde la guia explica que practicamente toda la comida que se consumia en Cayo Hueso venia de Cuba en 3 ferries diarios.
Asi que es erroneo sembrar papa en Cuba…!!! por favor mas respeto a la inteligencia humana.