Cuba reactivó, tras una reparación general, dos de las principales unidades de la refinería de petróleo de la provincia central Cienfuegos, la mayor del país y considerada uno de los pilares fundamentales en el proceso de cambio de la matriz energética por el que apuesta actualmente el país.
La rehabilitación se efectuó en la planta de reformación catalítica, dedicada a la producción de gasolina de alto octanaje, y para su puesta en marcha se realizaron cambios en los catalizadores por equipamiento adquirido en Europa, según explicó el gerente general de esa industria cubana, Hemenegildo Montalvo.
Las unidades, tras varios meses sometidas a reparación, funcionan ahora de manera estable y pueden trabajar mejor al alcanzar mayor rendimiento líquido y más producción de hidrógeno de alto octano con bajo perfil de temperatura, precisó el directivo, citado por la estatal Agencia Cubana de Noticias.
En el caso de la unidad de hidrofinación de petróleo diésel, con cinco años de funcionamiento, especificó que recibió mejoras para lograr un proceso de refinación “más integral” que reducirá el azufre y permitirá obtener un producto de alta calidad y gran demanda en el mercado cubano.
Montalvo señaló que la refinería Camilo Cienfuegos tiene la posibilidad de procesar crudo de diferentes calidades, desde medios hasta muy ligeros, una ventaja que posee en relación con las otras procesadoras de la isla, por lo que durante todo el año dispone de materia prima para procesar.
En este momento, la refinería cuenta con sus cuatro plantas activas –las dos reparadas y las otras dos destinadas a la destilación atmosférica y fraccionamiento de gases.
Esta refinería de petróleo, con capacidad para procesar 65,000 barriles de petróleo crudo diarios, fue construida en la década de los años ochenta del siglo pasado y comenzó a funcionar en 1991.
En 1995 el Gobierno cubano decidió paralizarla tras la desaparición de la Unión Soviética y la consiguiente suspensión total de los suministros de petróleo que la isla recibía de ese país, hasta entonces su mayor aliado económico.
La refinería permaneció inactiva hasta que en 2006 se creó la empresa mixta Cuvenpetrol S.A. con participación de la petrolera estatal venezolana PDVSA, que emprendió un proyecto para refinar crudo para la venta, obtener productos para el mercado interno del país suramericano y modernizar la refinería cubana.
Al concluir el proyecto y tras la retirada de PDVSA en 2017, la refinería de Cienfuegos opera como entidad estatal de capital cien por cien cubano, bajo la dirección de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet).
Durante el pasado año esa industria procesó 8 millones de barriles de petróleo, cifra inferior a años precedentes, aunque sus directivos aseguraron que “permanecerá activa”.
La Isla, cuya producción de combustible no cubre toda la demanda interna, trata de reducir su dependencia energética del crudo subsidiado de Venezuela, un suministro que se ha debilitado considerablemente en los dos últimos años por la crisis económica en el país suramericano y la caída de los precios del petróleo.
El Gobierno cubano tiene el objetivo de que para el año 2030 las energías renovables aporten al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) 2,334 megavatios a partir de plantas de biogás industrial, centrales bioeléctricas, paneles solares fotovoltaicos, parques eólicos y pequeñas hidroeléctricas.
EFE / OnCuba