Los primeros ejemplos de emprendimientos que el empresario cubano Maurice More tuvo en su vida fueron su abuela y su madre, quienes hicieron malabares con las finanzas del hogar para evitar que la crisis de los años 90 se reflejara en la mesa.
Esas vivencias lo marcaron. Su primer negocio, siendo un adolescente, fue vender boniatillos, el dulce tradicional cubano. Los preparaba él y un amigo los vendía en una cafetería familiar en el Cerro, donde nació Maurice en 1983.
Desde entonces ha confiado en su instinto para los negocios y en asumir riesgos cuando ve una oportunidad, aunque otros no lo hagan. Con ese ímpetu, pudo ingeniárselas para armar una pequeña flota de autos de alquiler con la ayuda de algunos amigos y luego de haber ido a probar suerte a Argentina.
Después de un periodo en la renta de autos, lo vendió todo para dedicarse a la fabricación de bloques de cemento en 2014, un momento donde este era un negocio muy común y rentable en el sector privado.
Lo perdió todo y se vio obligado a reinventarse en dos oportunidades. En 2015 comenzó, con poquísima experiencia, como jefe de brigada en una cooperativa no agropecuaria de construcción de uno de sus antiguos clientes. Le fue mal y pudo encontrar otra oferta en 2017.
El estrés de supervisar a cientos de operarios en ese trabajo, que incluía diferentes obras a la vez, le provocó hipertensión arterial. Sin embargo, ser el sostén de su familia y tener una deuda que saldar con sus antiguos socios del negocio de los autos no le dejaban otra opción que sobreponerse a las dificultades.
Finalmente pudo pagar lo que debía y salió de la construcción en 2020, en mejores condiciones financieras y en busca de un proyecto propio. Así lo sorprendió el anuncio de la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en Cuba en 2021 y decidió aventurarse.
Fundó Autoviajes SURL, donde retomó la experiencia del alquiler de autos de pasajeros y de carga, además de sumarle la comercialización de partes y piezas de vehículos en pesos cubanos. Una vez más, su instinto para los negocios le dio frutos y la mipyme ha logrado ingresos significativos desde el inicio de su funcionamiento en 2022.
Uno de sus proyectos lo llevó a pedir asesoría a EMSI FARMA, una empresa privada dedicada a las actividades de ingeniería a nivel industrial. Lo curioso es que Maurice, quien llegó como cliente, se convirtió luego en su director de negocios.
Recientemente, participó junto a otros cubanos en la denominada Expedición empresarial a España, organizada por entidades de ese país y Cuba. Allí creó, junto a sus socios, EMSI FARMA SL, afincada en el Parque Tecnológico de Alicante, un spin off español de la mipyme cubana del mismo nombre.
Esta nueva compañía se suma a otros proyectos empresariales, como Pciara SURL, la mipyme que dirige su madre, dedicada a la producción de alimentos y que cuenta con una fábrica con tecnología moderna y otra en fase de construcción.
La visión de Maurice como empresario también lo llevó antes a crear una empresa en Panamá denominada MIK PIB S.A. y otra en Estados Unidos, Autoviajes Corp., con licencia OFAC, con el propósito de internacionalizarse. Ambas buscan sortear los obstáculos en las operaciones internacionales que enfrentan las mipymes cubanas.
Siempre tener un plan B
La experiencia de Maurice, graduado de Contabilidad y Finanzas, en el complejo ecosistema privado en Cuba le ha permitido entender que para alcanzar el éxito en la isla hay siempre que contar con un as bajo la manga. Muchos de sus negocios iniciales tenían un alto riesgo de ejecución dado el contexto legal y económico de esos años.
Ahora, con la aprobación de las mipymes se han abierto otras oportunidades, pero continúan las restricciones. Por ejemplo, un individuo no puede ser socio en más de una empresa y, más recientemente, se han restringido en la práctica los objetos sociales (o actividades permitidas) que aprueba el Ministerio de Economía y Planificación, aunque la ley no pone límite.
A esos dilemas se tuvo que enfrentar Maurice cuando recibió la negativa de que su empresa Autoviajes SURL no podría combinar su negocio, enfocado en la comercialización de partes y piezas de autos, con la de producción de alimentos, una prioridad en el contexto actual. La variante fue que su familia creara la empresa Pciara y que él los apoyara, pero sin vínculo formal.
Igual sucedió cuando encontró una oportunidad de integrarse a la mipyme EMSI FARMA, donde en Cuba solo puede ejercer como director de negocios, pero no como socio. Por eso llegaron a España, para crear una compañía en conjunto y sellar legalmente el acuerdo que nació en la isla de crear un clúster empresarial donde las tres empresas relacionadas con Maurice cooperen (Autoviajes, EMSI FARMA y Pciara).
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Rumbo al norte
El nuevo propósito de Maurice es lograr tener éxito como empresario en Estados Unidos. Hacia ese país viaja para hacerse cargo de Autoviajes Corp. y transformar el modelo de negocio de esa empresa, dedicada a la logística, hacia uno más enfocado en la sostenibilidad, con la aplicación de los principios de la industria 4.0 o la automatización de todas las tareas.
Además, contar con una licencia OFAC le permite exportar productos a Cuba y encadenarse con las mipymes cubanas con las que colabora o es dueño.
El objetivo de Maurice es lograr producciones en su país natal, con la asistencia de las empresas internacionales, pero reconoce que tiene enfrente un enorme desafío: la convertibilidad de la moneda, al no existir un mercado cambiario formal. No obstante, no se amilana.
“Siempre elegiré a Cuba, porque aquí están mis raíces, porque puedo aportar a mi sociedad. Somos un diamante en bruto. Podemos construir un mejor país juntos. Una buena parte de los empresarios estamos buscando como ayudar al país y mejorar la calidad de vida de nuestra gente”, dijo en diálogo con OnCuba.
Ante sí se abre una nueva experiencia como hombre de negocios también en Estados Unidos. Seguro que le tocará reinventarse, cambiar los planes que lleva en la maleta, pero ya está acostumbrado a hacerlo.