AUGE, una empresa privada de servicios corporativos, ha venido tomándole el pulso a la economía cubana desde que sus fundadores, Oniel Díaz y Lyly Díaz, crearon la compañía en 2014, entonces como trabajadores por cuenta propia.
En los últimos años, AUGE ha realizado eventos para dialogar con empresarios, academia y otras partes interesadas en el desempeño de las mipymes, que ha sido impactado de forma significativa por la crisis económica.
Ahora se concentran en lo que pueden hacer los dueños y trabajadores del sector privado para sobrevivir y ser exitosos, a pesar de los obstáculos. Reactor 360, el evento que convocaron para el próximo 6 junio, será una mirada introspectiva a la gestión empresarial.
A propósito de la cita, OnCuba conversó con el gerente general de AUGE, Oniel Díaz.
¿Qué es Reactor 360? ¿Por qué convocar un evento así?
Desde 2021 el sector empresarial del país ha ido diversificándose. Hay una multiplicidad de actores de diferentes formas de propiedad. El sector privado se ha extendido hacia áreas que estaban vedadas por las regulaciones que existían. Todo esto ha generado una transformación dinámica de la economía, en medio de una crisis.
Ya existen empresas privadas en Cuba, pero hacen falta los empresarios. Hay empresas, pero tenemos que aprender a manejarlas, a conducirlas y a liderarlas.
Reactor 360 quiere poner el foco en ello. Es un evento para debatir entre empresarios sobre temas de gestión. Planificación, estrategias y recursos humanos serán los pilares de esas discusiones.
El evento no pretende desgranar los problemas de la economía, que afectan mucho. Queremos enfocarnos en lo que depende de factores internos. En muchas empresas, tanto el éxito como el fracaso ha estado determinado por la pericia, la capacidad, la inteligencia y el método de la gente que las dirige e integra esos equipos. Hacia ahí queremos mirar.
La convocatoria está abierta para todo tipo de empresas. Pueden inscribirse por correo. Aunque a los eventos de AUGE asisten principalmente empresarios del sector privado, hemos recibido empresarios extranjeros radicados en Cuba, inversionistas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), algunas instituciones públicas y empresas estatales.
¿Por qué afirmas que existen empresas privadas en Cuba, pero hacen falta empresarios?
Cuando comenzamos, los emprendedores no le prestaban atención a temas importantes como el personal, la organización o las estrategias para crecer; esencialmente porque no había competencia, no había diversidad en el mercado.
Hace diez años solo se trataba de invertir dinero, crear un negocio, ofrecer bienes y servicios en déficit en la economía nacional, porque la gente lo iba a pagar como fuera. Pero, al ampliarse la competencia y complejizarse el mercado con diferentes actores, se hizo necesario pensar en cómo conducir una empresa con método y con una estructura definida.
En los últimos tres años ha ocurrido un rápido aumento de empresas privadas, pero el crecimiento en conocimiento, capacidad y saber hacer no ha mostrado la misma velocidad. Queremos imprimirle esa misma intensidad al desarrollo de habilidades para dirigir empresas y llevar adelante proyectos productivos o de servicios.
¿Esta realidad es diferente en el sector estatal?
Hay empresas estatales con un sólido conocimiento corporativo. Se pueden mencionar las que gestionan los principales productos exportables del país, empresas mixtas con participación de capital extranjero. Hay una capacidad demostrada tanto por los extranjeros como por los directivos nacionales.
Además, puede señalarse como referente en temas empresariales el sistema de biotecnología cubana o el del turismo. Hay buenos referentes de cultura corporativa donde se ha estado obligado a ser competitivo para satisfacer demandas en un mercado cambiante, exportar o competir a nivel internacional.
Sin embargo, existe una parte del sector público en la que hay carencias en este campo.
Mipymes y empresa estatal: ¿un maridaje para alcanzar el éxito?
No centro las deficiencias en quien posee la empresa. Las insuficiencias en la cultura del servicio, ser lentos para reaccionar ante las señales del mercado, así como deficiencias en la imagen y la comunicación, no son exclusivas del estatal o el privado. Son cuestiones que tienen que mejorar completamente en el sector empresarial nacional porque la economía cubana es una sola.
Sin embargo, el sector privado cada vez gana mayor atractivo entre los profesionales. Hoy este concentra más del 35 % de la fuerza laboral. Se habla de una migración profesional hacia este sector. ¿Esto ha tenido algún impacto en la gestión corporativa de las mipymes?
Lamentablemente, lo que está sucediendo en realidad es que mucha gente está dejando el país. Lo hemos discutido entre colegas. De alguna manera, el sector privado termina siendo la última parada antes de que muchos trabajadores y profesionales se vayan. Abandonan sus empleos en el sector público, vienen al sector privado; pero igual, al año o dos, muchos de ellos terminan emigrando y encaminando sus proyectos de vida fuera de Cuba.
El sector privado no escapa a esa sangría silenciosa. Cuando los empresarios privados hablan sobre lo que más los afecta, insisten en que esta situación migratoria crea un gran problema para consolidar un equipo, fortalecer las capacidades internas y establecer un método de trabajo replicable y sostenido.
¿Qué otros desafíos han identificado durante los eventos corporativos de AUGE?
Los eventos nos han ayudado a construir una inteligencia colectiva para entender cómo los diversos actores económicos están enfrentando problemas como la emigración de la fuerza laboral, la inflación, la pérdida sostenida del valor del peso cubano y lagunas en el marco regulatorio bajo el cual nos desempeñamos.
En nuestro último evento, Quorum, un encuentro que hicimos en febrero entre líderes empresariales para discutir sobre la situación económica, generamos un resumen ejecutivo. En ese texto reseñamos todas las discusiones importantes y lo compartimos a través de redes sociales. Fue leído por miles empresarios y personas interesadas. Sigue disponible en línea.
Teniendo en cuenta lo que mencionas, ¿es correcto que se apunte a las mipymes como responsables de la crisis actual?
El sector privado no es responsable de los problemas estructurales de la economía nacional, que son de larga data. Estos responden a deficiencias profundas, como la falta de producción y de inversión en actividades adecuadas, la necesidad de manejar más eficientemente la macroeconomía y también el impacto de las sanciones del gobierno de Estados Unidos sobre Cuba. De ninguna manera las mipymes pueden ser causantes de esto.
Las opiniones críticas sobre las mipymes las observo sin alarmarme. Es normal y esperable en un país como Cuba, que por décadas tuvo una estructura económica completamente distinta a la actual.
Entiendo que una parte importante de la población está seriamente limitada en sus ingresos y que satisfacer sus necesidades en el sector privado puede ser difícil, cuando el sector público no puede garantizarle lo que le ha brindado toda la vida.
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También existen opiniones válidas, en especial las relacionadas con la disciplina fiscal y el respeto a los derechos laborales de los empleados. Hay mucho que organizar y construir con la participación de ambos lados: el Estado y el sector privado.
Sin embargo, la solución a estos problemas no puede ser etiquetar, acusar sin base y cuestionar el sector privado. A fin de cuentas, este último existe en Cuba por decisión del liderazgo político del país y está reconocido en la Constitución y en las leyes.
La solución a estos problemas macroeconómicos pasa por una transformación profunda de la economía y, en lo que respecta al sector privado, por aplicar un justo balance de políticas de regulación y fomento.
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Hay críticas a las mipymes también desde fuera de Cuba. Se dice que las empresas privadas son una especie de fachada gubernamental.
Es una mentira gigantesca. Decir que las empresas privadas en Cuba son una fachada del Gobierno o una operación de relaciones públicas de las autoridades cubanas para esconder sus fallos es completamente falso. Son miles las personas que laboran en el sector privado y miles las empresas que han ido aprobándose. Cualquier cálculo medianamente serio que considere estos números desmonta esa acusación.
En mi opinión, esta es una aseveración con fines políticos, que busca desacreditar al Gobierno cubano y esta decisión en específico. Las voces que sostienen este tipo de críticas son las mismas que por décadas han apoyado el bloqueo contra Cuba, sanciones que han afectado la economía, a los ciudadanos y a las familias cubanas. Esto no es más que un intento de erosionar esta luz en la economía nacional, que va dando resultados evidentes y que en alguna medida va contribuyendo a la solución de los problemas.
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Al parecer, estas opiniones han tenido oídos receptivos en la Administración Biden. No se han cumplido las promesas de campaña que beneficiaban el sector privado. ¿A las mipymes no les impacta el bloqueo?
Las sanciones impactan sobre toda la economía cubana porque es una sola. Cuando el país no puede acceder a combustible o pagar bajo los mecanismos financieros internacionales, o cuando las empresas estatales son sancionadas o impedidas de participar en algún tipo de transacción, estas sanciones tienen un efecto de derrame hacia el sector privado. Por ejemplo, compramos energía a las empresas estatales, y si están afectadas como resultado de las sanciones, el impacto negativo se traspasa.
Las transferencias de dinero que mencionan a Cuba se vuelven problemáticas. Las empresas privadas están comenzando de emplear de una manera intensiva el sector financiero internacional por las propias complicaciones del mercado cambiario cubano. Sabemos de clientes que han tenido problemas para mover sus recursos financieros fuera del país porque, en última instancia, son una persona jurídica cubana y los bancos les aplican con todo rigor las sanciones económicas establecidas para Cuba.
Las sanciones tienen excepciones que permiten a empresas estadounidenses vender a empresas privadas cubanas. Es lo que ha venido pasando en los últimos dos años. Pero, independientemente de esas posibilidades, cuando llega el momento de concretar una operación, respaldada por una transacción bancaria y por el medio está la palabra “Cuba” o hay recursos que se mueven desde o hacia el país, el bloqueo entra a jugar su papel.
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Volviendo a lo que se puede hacer, sin la mediación de factores externos, ¿qué empresarios necesita Cuba para hacer frente a estas dificultades?
Necesitamos empresarios comprometidos a largo plazo, que creen proyectos que impacten en el desarrollo del país y mejoren la disponibilidad de servicios y productos. Empresarios con conciencia social, que respeten los derechos laborales de sus empleados, y que sean eficientes y capaces de conducir sus empresas con altos niveles de innovación y esfuerzo. Que tenga en cuenta que el éxito empresarial en Cuba no debe basarse únicamente en el cálculo frío de los números, sino además en contribuir al desarrollo del país y ayudar a salir de la crisis.
En lo que mencionas tiene una importancia fundamental la responsabilidad social empresarial…
La responsabilidad social corporativa debe ser un elemento distintivo del sector privado cubano.
Creemos firmemente en esos valores, que no quedan solo en libros, sino que están asentados en buena parte de la comunidad de empresarios del país. Hay negocios privados que apoyan a pequeña escala a comunidades y sectores de la población, e incluso a instituciones públicas en el cumplimiento de su función social.
La responsabilidad de las empresas privadas en Cuba hoy debería pasar por tres ejes:
Primero, contribuir al desarrollo económico del país. En nuestros análisis empresariales debemos tratar de hacer coincidir oportunidades de negocio con proyectos que beneficien el desarrollo de Cuba, fortalezcan nuestra economía y nos ayuden a salir de la crisis.
Segundo, respetar los derechos laborales de los trabajadores. Es muy loable ser responsables con el medio ambiente, pero en primerísimo lugar debemos respetar los derechos laborales de los trabajadores, sin matices.
Tercero, el pago de tributos. Este es un tema de mucha discusión. A nadie le gusta pagar impuestos, pero falta mucha información y transparencia sobre cómo se utilizan.
Podría discutirse si la base impositiva que se maneja hoy para las empresas pequeñas es justa o no. Pero es indiscutible que hay que pagar impuestos. Además, quien no paga compite sobre una base desleal con el que sí.
¿Cómo AUGE piensa aportar a este cambio de pensamiento?
Las ciencias empresariales están muy desarrolladas y en el mundo hay un alto nivel, tanto teórico como práctico. Cuba está varios pasos por detrás por diversas razones, entre estas el sistema económico que funciona aquí desde hace muchos años.
Si bien tenemos que mirar experiencias foráneas y estar al tanto de las últimas tendencias, no podemos encandilarnos con cosas inaplicables aquí, por atractivas que estas sean. Tampoco podemos renunciar a ellas por pensar que estamos en un lugar singular en el que nada de lo inventado afuera se aplica. Puede parecer una contradicción, pero no lo es.
La capacidad de seleccionar y entender las mejores prácticas globales que pueden implementarse en Cuba, combinada con nuestra experiencia de diez años en el manejo de pequeños emprendimientos y medianas empresas privadas, es el valor que AUGE pretende aportar.