No es difícil tener noticias de Renova. Basta asomarse a la Plaza de los Trabajadores, en el corazón de la ciudad de Camagüey, en una noche cualquiera de apagón, para saber de la existencia de esta empresa líder en energía fotovoltaica.
“Cuando la ciudad está apagada, ahí hay una isla de luz”, dice con pueril altivez Rusbel Álvarez Figueredo, especialista en comunicación institucional y logística de Renova.
Instalado con la colaboración de la Oficina local del Historiador, el sistema fotovoltaico proporciona iluminación a una zona colonial donde confluyen la historia y el turismo en Santa María del Puerto del Príncipe.
La villa itinerante fue fundada en 1514 junto al mar, en Nuevitas, de ahí su nombre que luego quedó como testigo de su origen marino dada la mediterraneidad de su definitivo asentamiento, en el ombligo de la actual provincia.
Dominada en su centro por una gran ceiba centenaria y alrededor la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, la plaza no tiene competidores al quedar alumbrada y permitir, asechada por masas de sombras, la contemplación, a veces espectral, de antiguos edificios, restaurantes, cafés y comercios en medio de cortes eléctricos que pueden prolongarse más de la mitad del día.
Origen
Fundada el 4 de noviembre de 2021, Renova es una creación del empresario cubanoamericano Roberto Jesús Medina Torres. Oriundo de Camagüey, murió asesinado en su terruño en febrero de 2023, siendo uno de los pioneros de la diáspora en invertir en la isla tras la invitación del gobierno.
“Con Renova, él tenía la intención de fomentar el uso de las energías renovables en Cuba a partir de la crisis económica y las grandes dificultades con los combustibles fósiles”, recuerda Álvarez en diálogo con OnCuba en el segundo y último día de la malograda 40 Feria Internacional de La Habana.
Medina Torres había detectado “un nicho de oportunidad en las energías renovables para la solución de los problemas energéticos, no solamente para el sector empresarial, sino para el sector privado y residencial”, acota.
La expansión de las soluciones fotovoltaicas es la línea dominante de negocios de Renova, que coincide, a su vez, con el principal objeto social de la empresa, que cuenta con una plantilla de 34 empleados.
Su propósito fundamental es “apoyar el avance tecnológico mediante una amplia gama de servicios, entre los cuales están la instalación de redes informáticas y sistemas de iluminación, mantenimiento, diagnóstico, proyectos, asesoría, asistencia técnica, post venta, garantía, y reparación” de los equipos empleados para estos fines.
El capital primario para fundar Renova salió del bolsillo de su fundador Medina Torres. La iniciativa también contó con préstamos bancarios de Cuba.
El sueño del empresario cubanoamericano era que Renova se transformara en la empresa líder de la producción de energía renovable en Cuba “a partir del propio capital humano que él ya tenía previsto crear y con la ayuda de diferentes proveedores y socios”, cuenta el comunicador de la mipyme camagüeyana, que también produce hidrógeno verde.
Se trata de un combustible limpio, sostenible y con un índice de contaminación cero que puede ser clave no solo como vector energético, sino como materia prima.
“Él ya tenía previsto esto y desgraciadamente falleció y no pudo ver materializado su proyecto en la mayor parte. Aun somos una empresa joven que ya exhibe resultados significativos con más de 700 contratos firmados con entidades estatales, privadas y el sector residencial”, pondera Álvarez.
Renova brinda el servicio con todo el ciclo incluido. Desde los planos de la instalación, los equipos, el know how y la puesta en marcha del sistema de que se trate.
“Hay clientes que ponen el equipamiento porque lo adquieren en el exterior y nosotros solo prestamos el servicio de instalación. Pero ante necesidades del cliente, hacemos y ponemos los componentes de todo el proceso”, especifica.
A lo costoso de la tecnología solar actual, pese a su abaratamiento de los últimos años, Renova enfrenta los rigores de la crisis económica doméstica y la inflación que hasta el momento solo ralentiza su crecimiento y desciende a cuenta gotas, según números oficiales.
“El precio del dólar ha subido bastante y el equipamiento se compra en el exterior, toda vez que Cuba todavía no produce nada al respecto. Estamos tratando de llegar a más sectores, pero no estamos avanzando al ritmo que queremos”, reconoce Álvarez.
Mercado cambiario oficial, una ausencia perturbadora
Ustedes tienen que chocar con el mercado informal de divisas, ¿es así?
Nosotros no escapamos de los problemas que tienen el resto de las empresas privadas en la isla. Tenemos que buscar todas las vías posibles para adquirir el financiamiento con el fin de comprar el equipamiento.
¿El gobierno, habida cuenta de su gran interés en promover la economía verde, dispone para ustedes de incentivos fiscales?
Sí, existen incentivos fiscales para la importación de este tipo de equipamiento. Eso está contemplado dentro de las líneas y las políticas gubernamentales y de hecho es una de las ventajas que estamos teniendo.
¿Y tienen acceso al mercado cambiario oficial?
Una de las necesidades que tenemos es precisamente esa. Hasta el momento ha sido imposible. En la medida en que nosotros tengamos acceso a la divisa tasada por el Estado podemos reducir quizás a la mitad los costos de los productos que ahora estamos ofertando.
¿La demanda de tus servicios proviene más del sector público que del privado o al revés?
Está bastante equiparado. Y sí, se ve un crecimiento de la demanda en ambos sectores por la crisis energética.
En el corto plazo, cómo apreciarías la prosperidad de tu negocio.
En el corto plazo, además de los escollos que debemos sortear, lo veo de manera positiva. Observo un crecimiento notable de nuestra empresa, aunque no al ritmo que quisiéramos.
Hay que importar
Una de las flaquezas que enfrenta Renova es no poder contar con un mercado interno de tecnologías e insumos.
Cuba no produce nada, hasta ahora, de lo que necesita la mipyme para su sostenimiento y desarrollo, salvo el capital humano que es de primera.
Por el momento, Renova buscar articularse con emprendimientos semejantes en el Caribe y Latinoamérica. Al minuto presente, han conseguido mercados en Guyana y en naciones africanas interesados en la prestación de sus servicios.
¿Desde qué mercados importan? ¿Buscan los más baratos? ¿Tienen acceso a tecnología de última generación o manejan tecnologías ya superadas?
Nosotros estamos tratando de adquirir la mejor tecnología posible, aun cuando los costes no sean los más bajos y accesibles, porque esto tiene que ver con la calidad de nuestro servicio. Pretendemos que los clientes que tengamos estén satisfechos con el trabajo nuestro y por tanto queremos asegurarnos de que la tecnología que tenemos respalde o resuelva sus demandas y problemáticas. No estamos buscando lo más barato, sino lo que contenga la mayor calidad.
¿Y cómo se comporta el régimen de utilidades?
Hasta este momento nos está permitiendo reaprovisionarnos, obtener dividendos, pero de acuerdo con los parámetros establecidos. No tratamos de inflar los precios para tener una mayor cantidad de utilidades, sino sobre la base de lo que está dispuesto en nuestro país buscamos el financiamiento para poder avanzar.
¿Hay precios diferenciados para un sector u otro?
Tratamos de no tener los precios tan altos para ninguno de los sectores, tanto estatal como privado o residencial. No diferenciamos precios, solo pretendemos que nos permitan tener un crecimiento de los dividendos y que la empresa avance sin tener números rojos.
Asignaturas pendientes
Una de las asignaturas pendientes de Renova es activar un fondo para la autosuficiencia de piezas y tecnologías producida por talleres propios. Por el momento, es un sueño latente, y “otra de las líneas que nuestro fundador pensó”, dice Álvarez.
Las políticas de crecimiento de Renova actúan en tres niveles: municipal, provincial y nacional y sus directivos no temen que el pretendido despliegue de las energías renovables por las autoridades de la isla los arrincone o asfixie mediante una competencia desleal.
“Si el sector estatal también crece en el sector de las energías renovables para nosotros también sería beneficioso”, estima el comunicador.
Otra de las aspiraciones de Renova es obtener financiamiento externo mediante fundaciones o fondos internacionales que defienden iniciativas ambientales, al tiempo que se proponen incrementar sus relaciones con startups de la región en el perfil de las energías fotovoltaicas.
China, la madre nutricia
De momento, China, toda una potencia mundial en alternativas renovables es el mercado que surte todas las necesidades tecnológicas de Renova.
Para verificarlo, bastó con repasar al vuelo los paneles del stand de la mipyme camagüeyana en FIHAV 2024. Elfo, Must, Growatt, Goodwe, FelicitityEss, Suntree; todas son firmas made in China.
Uno de los proveedores chinos de Renova se hace llamar Kevin. Es un simpático empresario que promueve sistemas de almacenamiento de energía, baterías de litio, inversores híbridos (permiten el uso de la red eléctrica convencional y el uso de baterías), y lámparas solares con una experiencia que se acerca a las dos décadas.
“Cuba tienen un brillante futuro si emplea la energía fotovoltaica y el futuro es hoy con Renova”, dijo Kevin en un español chapurreado que sonó a slogan de último minuto.