En medio de un pico de maduración provocado por las intensas lluvias de semanas atrás, la falta de trabajadores golpea la cosecha de café en Santiago de Cuba, la provincia mayor productora de la isla.
Tras las fuertes precipitaciones de la tormenta Imelda el pasado septiembre, que obligaron a movilizar fuerzas para evitar una pérdida masiva del cerezo, la recogida avanza hasta la fecha con un cumplimiento de un 43 % y un promedio de 157 400 latas de la variedad arábiga, de acuerdo con Frank Ernesto Pérez Caballero, directivo al frente del sector cafetalero en ese territorio.
No obstante, el jefe de la sección de café de la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura (Minag), reconoció el desafío que representa la actual cosecha “en un contexto caracterizado por el éxodo masivo de las zonas montañosas, que ha impactado en la disponibilidad de fuerza de trabajo”, según cita el diario Granma.
El funcionario, que no detalló el déficit de trabajadores que enfrenta el sector, explicó que para suplir esa carencia y enfrentar el pico de maduración causado por las lluvias “se realizan movilizaciones de diversos sectores para apoyar a la recogida del grano”.
Además, afirmó que “están garantizados los recursos e insumos básicos y necesarios para la cosecha”, incluyendo sacos, herramientas de corte, herraje para mulos y piezas de la industria. Ello “consolida las bases para el cumplimiento de los planes productivos”, apunta el despacho noticioso, según el cual el estimado de la cosecha asciende a más de un millón cien mil de latas.
Movilizaciones populares
Un reporte de la emisora CMKC de inicios de octubre reconocía “la urgencia” existente en las zonas cafetaleras de Santiago de Cuba, “donde la humedad excesiva ha acelerado el proceso de maduración del grano” y se calculaban unas 80 mil latas de café ya maduro.
La estrategia gubernamental ante este escenario se enfocó en “movilizaciones populares masivas”, refería el medio, que informaba sobre la incorporación de “recolectores experimentados y trabajadores de varios sectores con el fin de evitar que el grano se deteriore aún más”.
“Brigadas de campesinos con amplia experiencia en cosechas están liderando este esfuerzo, especialmente en áreas vulnerables, como los terrenos bajos que han quedado expuestos a las inundaciones”, señalaba entonces la CMKC.
Por su parte, a pesar de las dificultades referidas, Pérez Caballero señaló a Granma como una fortaleza este año la preparación previa a la zafra cafetalera, lo que permitió —según dijo— disponer de “efectivo para el pago oportuno a recolectores en cabeza de campo”, en aras de garantizar “estabilidad y continuidad en el proceso productivo durante toda la cosecha”.
Aun así, el reporte no especifica a cuánto asciende el pago previsto a los cosechadores de café, un renglón cuya producción las autoridades buscan “recuperar” en un contexto de crisis que ha impactado severamente no solo en el café sino en la agricultura y la economía en general.
De producir más de 60 mil toneladas a inicios de la década de 1960, la producción cafetalera en Cuba ha caído por debajo de las 10 mil en los últimos años y ha convertido a la isla en una importadora de ese producto, si bien para 2023 se aspira llegar hasta las 30 mil toneladas.
Una de las causas de ese significativo declive —entre otras también relevantes— ha sido la progresiva despoblación de las zonas rurales, en particular en la zona montañosa oriental, acelerada por la crisis socioeconómica y la sostenida oleada migratoria de los últimos años.