Recién salido del cuarto colapso energético nacional en apenas seis meses y en medio de un severo régimen de apagones, el Gobierno cubano insiste en presentar la generación fotovoltaica como un paliativo a la crisis energética en el breve plazo, al menos en el horario diurno.
“Cuando terminemos el mes de marzo ya tendremos más de 170 MW y ocho parques en funcionamiento”, aseguró esta semana Ovel Concepción Díaz, director de generación con fuentes renovables de energía del Ministerio de Energía y Minas (Minen).
Durante una intervención en el programa Mesa Redonda, el directivo dijo que los dos parques que se terminaron en febrero “están funcionando muy bien” y han generado más de 4 159 MW. Ello supone un ahorro de más de 1000 toneladas de combustible para la generación eléctrica, precisó.
La comparativa del funcionario no fue, sin embargo, en términos de hogares asistidos por la nueva entrega energética, lo que remite a la prioridad de las autoridades por reducir la chequera importadora de petróleo y sus derivados.
Compra de combustibles, una sangría financiera
Cuba busca desesperadamente rebajar las compras de combustibles en los mercados internacionales, un fardo anual para cubrir sus necesidades de diésel, que capturan alrededor de 1,800 millones de dólares anuales en medio del desplome del turismo y la reducción de los servicios médicos internacionales, acosados por Washington.
En 2023 solo se pudieron importar 609 mil toneladas, lo que representó unos 600 millones de dólares, un tercio de lo necesario.
La isla consume alrededor de 8 millones de toneladas de combustibles anualmente, de las cuales casi el 40 % proviene de la producción nacional, lo que significa que el resto depende de importaciones.
En cuanto a la gasolina, Cuba demanda aproximadamente 360 mil toneladas al año, pero solo ha logrado importar entre 126 mil y 203 mil toneladas en los últimos años, según cifras citadas por despachos internacionales de prensa.

“Desde 2013 se comenzaron a instalar parques fotovoltaicos, más allá de las experiencias en las zonas intrincadas, y esto se aceleró tras la aprobación de la política del gobierno. Cuando tengamos 1000 MW instalados, alcanzaremos el 8 % del 24 % pronosticado, lo que permitirá ahorrar más de 400 mil toneladas de combustibles”, adelantó Concepción Díaz.
El plan gubernamental prevé la instalación de 92 parques fotovoltaicos con más de 2000 MW, de los cuales se emplazarán más de 1000 MW este año con el montaje de más de 50 sistemas en todo el país, contabilizó el reporte de Cubadebate.
Igualmente, contará con cuatro emplazamientos con acumulación de energía de 50 MW de potencia, para un total de 200 MW. Estos se emplearán para garantizar el equilibrio de carga ante la variabilidad que provoca la generación fotovoltaica a medida que se vaya integrando al sistema, de acuerdo con los especialistas.
En septiembre pasado, Vicente de la O Levy, titular de Energía y Minas, dijo estar convencido, a nivel de Gobierno, “de que, con el crecimiento de las fuentes renovables de energía, el crecimiento de Energás, y las reparaciones que estamos haciendo en las unidades térmicas, tendremos, en el 2025, al menos un minuto de generación sin consumir combustible importado”.
Complejidades
Según el director de generación con fuentes renovables de energía del Ministerio de Energía y Minas, instalar un parque fotovoltaico de 21,8 MW “lleva un gran esfuerzo”.
La secuencia de implementación comienza por identificar las áreas, dado que un parque de 21,8 MW necesita un espacio de 32 hectáreas, que equivalen a una superficie 320 mil metros cuadrados.
“Esas áreas hay que prepararlas, hay que limpiarlas, hay que hacer el estudio de suelo, hay que hacer el estudio del riesgo biológico… y después hay que hacer un proceso de ingeniería, de construcción civil, que incluye la construcción de los cimientos para poner los paneles”, refirió el directivo.
A su vez, exige la colocación de más de 1600 estructuras donde se soportan los paneles —suman más de 43 000—, más todo el cableado —más de 290 kilómetros de cable— y más de 89 000 conexiones eléctricas. “Es un trabajo de gran envergadura”, valoró.
Por otra parte, las normas técnicas indican que los parques tienen que estar separados uno del otro 8 kilómetros y ubicarse a una distancia de no más de 10 km de la subestación, “ porque también tienen que tener una estabilidad”, acotó.
Asimismo, las instalaciones fotovoltaicas demandan una compleja logística, dado que cada una de tales centrales implica para su montaje más de 130 contenedores.
El funcionario agregó que la selección de los terrenos de lleva a cabo de conjunto con varios organismos como el Ministerio de la Agricultura. “Incluso, tenemos una comisión que funciona prácticamente toda la semana buscando las áreas”, dijo Concepción Díaz.
Comienza a generar un nuevo parque solar y otros cinco deben hacerlo antes del cierre de marzo
Una promesa oficial para antes de 2030
La alta dependencia de los combustibles fósiles para generar energía —alrededor de 95 % de la matriz energética nacional se compone de tales recursos— está haciendo pisar el acelerador para conseguir una mayor participación de las energías renovables.
“Tenemos la ventaja de que el país cuenta con un alto potencial de fuentes renovables de energía, como la solar, el viento y la biomasa forestal, lo que nos permite avanzar en esa estrategia de transición energética”, dijo optimista Rosell Guerra Campaña, director de energía renovable del Minen.
En sus comentarios en la Mesa Redonda, el funcionario recordó que en 2014 el país aprobó una política cuya meta era alcanzar el 24 % de producción de energía eléctrica para 2030 a partir de fuentes renovables.
“Esa meta se cumplirá antes de 2030, y el porcentaje puede ser un poco mayor. La estrategia que se está desarrollando es mucho más integral porque incluye a todos los sistemas empresariales y a la sociedad”, aseguró Guerra Campaña.
En los últimos años, antes del impulso actual con el proyecto de parques solares, las fuentes renovables contribuían con solo alrededor del 5 % de la electricidad generada en la isla.
De acuerdo con el directivo, la actual política actual abarca no solo la matriz energética, sino también el eje industrial y de servicios, el sector agroindustrial, la producción de alimentos, el sector residencial y la gestión local.
Según lo planificado, la primera etapa es lograr 24 % con fuentes renovables de energía, pero luego se busca alcanzar la independencia energética del país a partir del uso de pozos petroleros, el gas natural y las propia energía limpia.
No obstante, un observador de las políticas energéticas cubanas, el analista Jorge Piñón, del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, Estados Unidos, se ha mostrado escéptico sobre la capacidad de las centrales fotovoltaicas para resolver los problemas energéticos de Cuba.
El experto en el mercado petrolero considera que la energía solar no puede ser una solución definitiva para la demanda nocturna sin sistemas adecuados de almacenamiento, lo que limita su capacidad para sostener la demanda eléctrica cuando no hay luz solar.

Las termoeléctricas no irán al trastero
En lo que respecta a lo señalado por Piñón, las autoridades cubanas no dan de lado a las fuentes tradicionales de generación aun con el aumento del protagonismo de las renovables.
“No se trata solo de construir parques solares; también hay que recuperar la producción de combustibles y mantener las termoeléctricas”, consideró Guerra Campaña en momentos en que los déficits diarios se mantienen por encima de 1000 MW por roturas o mantenimiento en las achacosas termoeléctricas y la falta de combustible para los motores de la generación distribuida.
El funcionario aseveró también la estrategia de transición energética “irá acompañada de una ley que debe ser presentada a la Asamblea Nacional en diciembre”.
“Hemos identificado sectores con grandes oportunidades, como el de la industria alimentaria, que consume diésel y fueloil, así como el turismo, el sector azucarero y la agricultura”, agregó.
En paralelo, resaltó cómo la generación fotovoltaica se ha ido extendiendo al uso de paneles en techos de industrias estatales, como la biotecnología y electrónica, en el bombeo solar de sistemas hidráulicos en la agricultura y también en comunidades rurales.
Además, recordó que existe una legislación para quienes inviertan en fuentes renovables de energía no paguen impuestos durante 8 años, además de estar libres de tributos aduanales.