Es uno de los más conocidos economistas cubanos pero no por los motivos habituales que hacen célebres a los economistas –sus asesorías a políticos en campaña, sus impugnaciones a bancos, sus innovaciones empresariales, sus tesis de postdoctorado. A Juan Triana Cordoví lo conoce “todo el mundo” en Cuba porque “se coló” en El Paquete Semanal; porque “rodó” de USB en USB en 2013, filmado en un video en el que opinaba con bastante libertad sobre la situación económica en Cuba, su pasado, su presente y su futuro. Una conferencia suya dirigida a oficiales del Ministerio del Interior, se filtró -¿intencionalmente?- y dejó al descubierto algunos puntos de una agenda de análisis crítico que en Cuba no suele ser muy pública. Entre otras cosas se veía a Triana convenciendo a los oficiales de la impostergable necesidad de acceso a Internet, un asunto sin avances sustanciales hasta hoy.
Durante esta conversación para OnCuba, Triana, investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, de la Universidad de La Habana, se sumerge en un recorrido por varios temas que van desde la dañina y persistente centralización de la economía, la nueva Ley de inversión extranjera y la función de las agencias empleadoras, hasta las razones por las que Cuba se niega a copiar el modelo chino o el vietnamita.
En una segunda parte de esta entrevista que OnCuba publicará mañana Triana reflexiona, entre otros temas, sobre la probable inflación cuando se unifiquen las tasas de cambio y quede disponible una sola moneda.
El economista cubanoamericano Carmelo Mesa Lago sostiene que el propósito de Cuba de aumentar las exportaciones, la producción y avanzar la economía en general se contradice con su centralización. ¿Usted está de acuerdo?
Hay un reconocimiento hoy de que la centralización no es necesariamente funcional a la necesidad de incrementar las exportaciones de Cuba. No solo la centralización en sí misma, sino además la manera en que se ha diseñado esa centralización, ha afectado las exportaciones, sin lugar a dudas. Más que todo por la necesidad de requerir permisos constantemente. Para exportar hace falta producir e importar, y ha habido además un proceso muy centralizado para importar e incluso para producir con asignaciones centrales de capital de trabajo y dinero para las importaciones. Esa excesiva centralización ha generado como uno de nuestros padecimientos actuales, nuestra poca capacidad para exportar. Ello tuvo mucho que ver con nuestra relación con la Union Soviética. En aquellos tiempos esa centralización era más funcional por la manera en que estaba estructurado el país y sus vínculos con el mundo, especialmente con el mundo socialista. Lo que pasa es que esa realidad cambio radicalmente a partir de los años 90, mientras algunas de nuestras instituciones y regulaciones lamentablemente apenas cambiaron.
¿Usted quiere decir que la centralización en esa etapa fue útil?
Yo quiero decir que fue funcional al modelo que tenía Cuba. No empleo la palabra útil. Funcionaba para el modelo de economía que teníamos y el modelo de inserción internacional que teníamos, que era básicamente con el campo socialista, donde también había un modelo centralizado. Teníamos planes quinquenales, conciliaciones de planes, y ahí funcionaba correctamente. Pero esa realidad cambió en los años 90.
Sin embargo, durante esa etapa, específicamente en los años 80, hubo un proceso llamado de Rectificación de errores y tendencias negativas.
Nosotros nos hemos pasado la vida rectificando. La construcción de una economía y de un país es una obra de hombres. Quizás en Cuba es más evidente la rectificación pero todos los países rectifican. Y cada gobierno rectifica al anterior, rectifica las políticas, las hace nuevas. Y Cuba no es una excepción. No hay país que no haya tenido que remodelar, rectificar, actualizar sistemáticamente. En otros países incluso se hace cada vez que un gobierno entra en el poder. En Cuba tuvimos un gobierno muy largo. Hasta hoy. Con dos presidentes, sobre una misma concepción filosófica. Pero la realidad ha ido cambiando y hemos tenido que ir rectificando porque hemos cometido errores. Pero nuestro diseño era funcional a la economía que teníamos y adonde estábamos insertados. Lo que producíamos lo exportábamos al campo socialista, en especial a la Unión Soviética. Y decidimos que lo que íbamos a exportar era fundamentalmente azúcar, algunos cítricos, varios tableros electrónicos, y algunas otras cosas como productos del mar.
Hablemos de la Ley de inversión extranjera aprobada el año pasado. ¿Es una ley completa, o padece de defectos graves? ¿Por qué no es una ley de inversión para los cubanos?
Voy a comenzar por lo último: es una ley de inversión extranjera. Cuba tendrá que tener su ley de inversión en algún momento. Para todo el mundo. Pero hoy es una ley de inversión extranjera y por lo tanto no puede incluir a los cubanos que residen y viven en Cuba. Estaría negando la propia ley, que es de inversión extranjera. Que no tengamos otra ley que permita a los cubanos invertir de manera transparente en negocios es otro tema que habrá que discutir en algún momento, y yo espero que en algún momento se discuta. La ley actual mejora la anterior. Hay un grupo de procesos y procedimientos que los hace más transparentes. Norma el tiempo de respuesta para un grupo de negocios. Hace exenciones fiscales que la otra ley no tenía tan bien estructuradas. Si la comparamos con otras leyes de inversión de América Latina y el Caribe, de los países que pueden ser nuestros competidores, como República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, nuestra ley carece de algunas prerrogativas que esas otras leyes le conceden al inversionista extranjero. Es algo que habrá que ir aprendiendo y mejorando con el tiempo. Ninguna ley es perfecta. La experiencia nos dirá hasta dónde tenemos que mejorar esta para incentivar flujos inversión extranjera directa en magnitud suficiente para resolver los problemas que tenemos hoy. Lo más importante de la ley es su filosofía, que expresa, y eso sí es un cambio radical, que la inversión extranjera directa es una necesidad para el desarrollo de Cuba. Que puede ser complemento en algunos rubros, y en otros será lo fundamental.
Todos los pronunciamientos en Cuba sobre la productividad y los salarios son invariables: para que los salarios aumenten tiene que crecer primero la productividad. Lula Da Silva, en una de sus últimas visitas a La Habana, aseguró que no es una receta inviolable y que durante su gobierno, subieron los salarios y luego creció la productividad. ¿Qué opina usted?
Lula dijo que en Brasil funcionó así. Cuando él hizo eso tenía suficientes ingresos fiscales para hacerlo. Brasil estaba gozando del boom de las materias primas. Su situación actual es drásticamente diferente. Sus ingresos fiscales han caído debido a que ha caído el precio de las materias primas, especialmente de los granos que Brasil exportaba. Sin lugar a dudas, hay una relación entre salarios y productividad. Y es como el cuento del huevo y la gallina. Si usted no crece en productividad, no puede aumentar salarios. Pero si no incentiva a los productores, no puede crecer en producción y productividad. Por tanto, hay que romper de alguna manera ese círculo perverso. Los países que tienen grandes ingresos fiscales, destinan una parte de ese dinero a incentivar algunos sectores, como parte de una estrategia de desarrollo. Y es fantástico. Otros países no pueden. Cuba tiene una restricción fiscal muy grande y tiene que hacer un ejercicio de microscopio. ¿Qué se deja para incentivar desde las empresas y qué se deja para incentivar desde el Estado? Lo que ha ocurrido en Cuba es que aquellas empresas que tienen altos ingresos no han logrado tener incentivos suficientes para seguir generando más exportaciones. Hablo de las grandes empresas exportadoras de Cuba, que no son más de quince. Hablo de la industria azucarera, del níquel, de la empresa que produce y exporta ron, de la empresa que produce y exporta tabaco, del sector biotecnológico, del sector de servicios médicos, el turismo. A mi juicio, ahí los incentivos han sido insuficientes porque son sectores que generan muchos ingresos, tantos como para incentivar mucho más a sus trabajadores. Sin embargo, nuestras regulaciones han impedido a esas empresas incentivar más a esos trabajadores. Eso ha cambiado últimamente. Y hoy hay un grupo de empresas que logran incentivar un poco más a sus trabajadores. Incluso en la empresa de telecomunicaciones ETECSA, donde han elevado sustancialmente los salarios de sus trabajadores. A veces en el doble, en el triple. No significa que sean los salarios que les hacen falta a los cubanos. Quiere decir que hemos multiplicado por tres el salario. Y eso es importante. Pero tenemos empresas como la que produce la cerveza de Cuba que hasta hace muy poco pagaba a sus trabajadores alrededor de 400 pesos cubanos mensuales. O Havana Club, donde el salario medio en pesos cubanos era muy bajo. Como Biotecnología, donde a ingenieros altamente calificados se les pagaba muy poco. Hoy las empresas tienen un poquito más de libertad para pagar a sus trabajadores. De hecho, ha cambiado hasta en el sentido de que a aquellos trabajadores que están bajo contratos con empresas extranjeras se les ha implementado una tasa de dos a uno para el salario que pagan las empresas extranjeras, por lo que quien antes recibía 700 cuc y no los veía, ahora recibe 1 400 pesos cubanos. Está muy distante de la tasa de 24 a 1, por lo que habría que discutir mucho sobre ese tema, pero, sin lugar a dudas, hay una mejora puntal, aun cuando está quizás lejos del salario que esos trabajadores merecen y por los cuales una empresa extranjera está pagando. Te pongo ejemplos concretos porque abordar la reforma del salario de modo general no es lo más conveniente. Hay una diferenciación grande entre los distintos sectores del país. El otro problema es que en aquellos sectores estatales no productivos, el aumento de salario ni siquiera depende de la productividad, sino de los recursos e ingresos que el Estado tenga. Y aun tenemos un aparato administrativo muy grande, diría que exageradamente grande, lo que hace que a una parte grande de los trabajadores que son decisivos y esenciales para el proyecto revolucionario, se les pague muy poco. Hablo de los médicos y los profesores, la columna que sostiene el proyecto de la Revolución cubana. Pero para pagarles más a los médicos y a los maestros hay que pagarles menos, o no pagarles, a otros empleados administrativos, muchos de los cuales no son necesarios en esos empleos. Nuestro gobierno manifestó la necesidad de mover unos 500 mil trabajadores de ese a otros sectores, como una manera de racionalizar gastos y poder dedicar esos recursos a otros sectores. Un proceso que tiene que seguir creciendo. En uno o dos años, más de 13 mil establecimientos de gastronomía y servicios que recibían salarios estatales se convertirán en cooperativas, y el Estado dejará de erogar una cantidad de dinero que podrá ser dedicado a los profesores, por ejemplo. Sobre todo a los de primaria, esenciales en la formación de nuestra niñez y nuestra juventud.
¿Qué opina sobre las agencias empleadoras, que son las que pagan a los trabajadores que contratan las empresas extranjeras?
Yo soy de los que no están de acuerdo con la existencia de agencias empleadoras en Cuba. Tenemos las instituciones necesarias para que las agencias empleadoras no tengan por qué existir. En todo caso para que sean un servicio más que se presta a una agencia o una empresa si lo necesita y lo contrata. Es una de las diferencias que nos ponen en condiciones desiguales en relación con las otras leyes de inversión de los países del área.
¿Hay perspectivas de cambiar eso?
No que yo sepa. Tendrías que preguntárselo al Ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera.
Usted ha defendido la idea de que Cuba no copie modelos económicos, ni chino, ni vietnamita, ni de ningún otro país. ¿Esos modelos no le vienen bien al país?
Yo he dicho que Cuba no tiene que copiar el modelo chino, ni el vietnamita, lo que no significa que no aprendamos de todos: también del costarricense, del chileno, del noruego, del sueco, del canadiense, del brasileño. Construir una economía es un proceso sistemático de aprendizaje, y por lo tanto es importante conocer y aprender de las experiencias exitosas y no exitosas de otros países. El problema está en que una cosa es conocer, aprender y aplicar y otra es intentar reproducir miméticamente el modelo chino o el vietnamita o el sueco, por la razón de que nos somos ni chinos, ni vietnamitas ni suecos. Cuba tiene sus características propias, es un país mucho más pequeño que China, que tiene 1 500 millones de habitantes. Nosotros tenemos 11 millones. Tenemos una cultura occidental, modelos de comportamiento distintos a los de los chinos, y este es un país, aunque a veces cueste trabajo decirlo, con patrones culturales y de comportamiento de clase media bastante generalizados, atributos, incluso de consumo, de clase media y media baja, porque ha sido uno de los grandes logros de la Revolución: sacar a la gente de la pobreza, a mucha gente de la miseria, educar a esas personas, o al menos proporcionarles un nivel escolar alto, y en la medida en que esas personas mejoran sus aspiraciones y patrones de consumo y de cultura, cambian. Y si comparas las aspiraciones y patrones de consumo y de cultura de la población cubana, se parecen más a las aspiraciones de la clase media de un país latinoamericano que a los de China o de los sectores de más bajos ingresos de ese país.
Ningún cubano aceptaría, bajo ningún concepto, que una parte de su familia muriera de hambre. Ningún cubano quiere renunciar a lo que ha logrado después de 50 años. Para nosotros la educación es sagrada, la salud es sagrada, aunque estén deterioradas materialmente. Y ninguno de nosotros quiere caminar hacia atrás. Porque es un valor implantado en nuestra manera de ser. No son los casos de China ni de Vietnam. Ni de Brasil. Ni de México. Nosotros no tenemos que discutir casos sociales tan complicados como el de niños de cuatro años vendiendo agua de coco o cocos de agua en una esquina durante 12 horas. Ni la prostitución infantil ni el trabajo infantil. Tenemos otras desigualdades, otras inequidades. Tenemos otra manera en la que se expresa la pobreza. Y es el resultado de la Revolución. Tenemos muchas cosas que mejorar, rectificar, pero la manera en que hay que hacer el socialismo en Cuba es diferente a la manera china, a la forma en que se hizo en Vietnam, que cuando comenzó su transformación tenía un 80 por ciento de la población viviendo en la miseria. No en la pobreza que nosotros conocemos. En la mi-se-ria. Hoy es un logro de los vietnamitas tener solo al 16 por ciento de la población viviendo en la miseria.
Cuba no publica datos oficiales sobre la pobreza.
Pero sabemos que existe. Podemos ir a los barrios más pobres de las provincias más pobres, por ejemplo, Guantánamo, y veremos una diferencia sustancial entre esa pobreza y la que los vietnamitas encontraron cuando fueron a empezar su transformación. La relatividad existe. Mientras que para un país el hecho de que el 50 por ciento de sus habitantes tengan agua potable puede ser un éxito, para nosotros es un fracaso. Dos lecturas diferentes del mismo dato. En un país puede ser un logro que hoy tenga una tasa de mortalidad infantil de 12 por mil nacidos vivo, para nosotros es un fracaso. Son realidades diferentes. Uno puede estar en Asia, el otro en el Caribe. Uno está a miles de kilómetros de Estados Unidos, el otro a 90 millas. Uno vivió una realidad, otro vivió otra. Es muy difícil mimetizar modelos económicos. Cada experiencia de desarrollo es única en sí misma, aunque haya leyes generales y regularidades que hay que cumplir.
He tenido la oportunidad de ver y analizar muy bien la conferencia impartida por el profesor Juan Triana a los oficiales del MININT en cuba y considero que es uno de los mejores economistas de Cuba. Apoyo su forma de pensar sobre lo concerniente a que en terminos de Economia la relatividad existente en cuba es de una lectura totalmente diferente …..(Cuba no tiene que copiar el modelo chino, ni el vietnamita)
Por mi se pueden ahorrar el artículo que para mañana anuncian. Este “economista” se limita a hablar de consecuencias, que todos conocemos y que son una país arruinado al máximo y sin libertades políticas, pero de las causas nada, porque con el mono no se juega que muerde.
Medio siglo de engaño y marcha atrás económica son demasiados para justificarlos con características nacionales que nada dicen. Es tan sencillo como que las políticas económicas no pueden cambiar si no cambiamos a los que durante medio siglo han supeditado, siempre, su permanencia en el poder a las mejoras del nivel de vida de la población. Un engaño mas, disfrazado de “oposición” blanda a “algunas” políticas económicas de la dictadura, lo ya visto ciento de veces, pero al final los mismos resultados de desastre y miseria para el cubano de a pie.
Las políticas económicas en un país hay que evaluarlas por sus resultados a mediano y largo plazo y en eso la dictadura cubana está suspensa hace mucho, pero el general dice que es necesario ir “sin prisa” ya que ni él ni sus allegados sufren las consecuencias del desastre, están ya viejos y sin ideas y quieren morir disfrutando de las mieles del poder y para ello no escatiman en represión y negación de derechos universalmente aceptados para los cubanos.
Pienso que no hay necesidad de copiar a nadie. Aunque a decir verdad, de haberla… POR FAVOR, que sea la de Singapur: un país con un cambio radical coincidentemente en 1959, solo que a manos del entonces presidente Lee Kuan Yew -fallecido hace poco a los 91 años. Irónicamente en ese año, Cuba era una nación mil veces más rica. Mientras que Singapur era poco más que una antigua colonia con recursos limitados, Cuba disfrutaba de una industria turística titánica, además de ser rica en tabaco, azúcar y café.
En cambio con el tiempo, y gracias a ese gran señor, el país dio un cambio drástico hacia el desarrollo. La cada vez mayor divergencia entre Cuba y Singapur sirve como caso de estudio para tener en cuenta por un lado la atrofia económica que constituye el modelo comunista soviético, contra la filosofía progresista de libre mercado que Lee presentó a Singapur un buen día… y que llevó a esa nación a ser lo que es hoy: un paraíso económico, desarrollado y tecnológico. Un fuerte énfasis en el libre comercio y las competitivas tasas de impuestos han transformado esta ciudad-estado del sudeste asiático de un país del tercer mundo empobrecido en una inmensa metrópolis y centro financiero mundial que hoy rivaliza con cuidades de la talla de Nueva York, Londres, Suiza, etc.
Amigos, para que se hagan una idea, entre 1965 y 1990, el año en que dejó el cargo de Primer Ministro, Lee creció el producto interno bruto (PIB) de Singapur a un elevado 2.800%, entre $500 y $14,500… todo per cápita ¿ok? Estos son logros envidiables teniendo en cuenta que Singapur tiene solo 5.4 millones de habitantes y una fuerza de trabajo de 3.4 millones… comparado con los 11 millones que viven en Cuba y cuya fuerza de trabajo realmente desconozco.
Debido a las políticas de libre mercado que Lee implementó, Singapur ocupa en el 2015 el primer lugar en el mundo en el ranking económico de World Bank Group’s Ease of Doing Business por cuarto año consecutivo. Además su economía está rankeada como la segunda en el reporte World Economic Forum’s Global Competitiveness. Es además segunda en The Heritage Foundation, lugar donde la economía de Cuba está situada tristemente en el lugar 177. Cuba en cambio no figura en la lista del World Bank Group… que incluye 189 economías del mundo, así que eso les podrá dar una idea de lo embarcados que estamos actualmente.
Los propios americanos se deshacen de adjetivos para alabar todo el inmenso legado de ese gran hombre que fue Lee Kuan Yew, fundador de la moderna Singapur, autor intelectual y literal (junto a una nación BIEN trabajadora) del desarrollo con el que gozan hoy. Él mostró al mundo que cuando un país decide abrir sus mercados y fomentar un ambiente de negocios amigable y de prosperidad. Incluso en el otro lado del mundo, hasta el llamado “sueño americano” se queda chiquito.
ACLARO que no estoy poniendo a Cuba en un picadero ¿vale? Hago la aclaración para tratar de evitar a esos que te matan hablando del embargo y demás cosas. Estoy más que conciente de esas anomalías. Es solo que, de copiar algún modelo económico, POR FAVOR… que sea el de Singapur. Disculpen tanta muela.
El problema de Cuba es que siempre quiere inventar lo que ya esta inventado,le quieren dar nombres a las cosas para que parezca mas autentico y diferente,MODELO ECONOMICO CUBANO,pero hay solo dos economias, la capitalista que funciona a pesar de sus errores y la socialista que no funciona para nada.
Me parece bien esas entrevistas y que la publiquen en Cuba seria bueno tambien.
Solo hablan de la caida del campo socialista en el 1990 y desde esa fecha hasta el 2006 que han hecho? Siguen con el miedo al desarrollo de la propiedad privada. Miren como el Consejo de Estado de China consulto al empresario hotelero mas grande del pais para conocer la BUROCRACIA y CORRUPCION.
Deben eliminar todas las agencias empleadoras que es una explotacion con doble impuesto para el trabajador. Sus ingresos personales y su salario que paga la empresa extranjera.
Que propongan salario minimo por puesto de trabajo y de ahi hacia arriba lo que sea capaz de negociar el trabajador.
Ya eso se planteo x los trabajadores de ACOREC y nada!!!!!!
Me parece contradictorio que Triana hable de 13,000 establecimientos de cooperativas en dos años, cuando el Consejo de Ministro, según lo publicado en Granma, acaba de ralentizar el proceso cuando hace 5 años se dijo por el gobierno que el 40% de la población empleada sería en las cooperativas. Todos los problemas con las cooperativas no agropecuarias se deben a las trabas estatales, según la reseña de Granma del Consejo de ministros del viernes pasado. Entonces Triana dice sus deseos o no está actualizado.
Buena la precisión de ONCUBA sobre la no publicación de datos de pobreza en Cuba y sus precisiones sobre las empresas empleadoras. Sin embargo en el análisis de Triana no se precisa que la pobreza en Cuba no se puede comparar ni con la vietnamita ni con la China porque los puntos de partida son diferentes. Antes del 59, Cuba estaba mil veces más desarrollada que China y Vietnam en los años 70 en que comenzaron sus procesos de reformas. Ese es el punto central de comparación y Trina no lo señala.
Excelente entrevista. La sigo el la II parte. Sería bueno publicarla en Granma.
Capitalismo y economía de mercado, lo demás es trova señores. Esa son las claves para que avance una sociedad, por supuesto, si sus gobernantes tienen la voluntad de hacerlo. Lo que pasa es que Cuba hace un doble juego, uno con los extranjeros y otro con los nacionales, a unos les enseña la derecha y a otros la izquierda. Capitalismo para los extranjeros y toma más Comunismo para los nacionales, o lo que queda de él.
La doble moral, instalada en nuestra isla desde el 59, es el enemigo en la sombra para avanzar en Cuba. Ni ellos mismos saben que es lo que van a implantar allí, solo necesitan dinero y para eso, atraen a las abejas al panal a como dé lugar, ¿Mañana?, ya se nos ocurrirá algo, es así como actuan y esa es su política. Un saludo
Lo unico que me queda a mi claro, es que raul no se quiere dar cuanta de que en cuba, se esta perdiendo el principal recurso, que es el humano, los estudiantes universitarios, solo piensan en terminar la carrera para coger el avión, los deportistas lo mismo, los que se quedan más son los músicos porque pueden entrar y salir cuando quieran, sin tanto problema.
Raúl piensa que la gente es eterna o que es monga, sin prisa pero sin pausa y acaso ya no pasaron 50 años, que acaben de dejar que todo el mundo ponga la empresa que le de la gana, para que la gente en cuba comience a pensar que pueden lograr algun sueño en su país, sino ahi lo que no va a quedar nada pronto.
Y cada dia son más los padres que tienen que dejar a su familia atrás. para que sus hijos aspiren a una vida decorosa.
En cuba las mujeres no quieren parir, y es porque el salario no les alcanza ni para una sola persona.
Esta gente tiene conectado el catalejo, y ya es hora de que juan triana salga de la universidad de la habana y lo pongan por marino murillo a ver si algun dia nos acercanos a ser como singapur o japon, que imiten lo que haya funcionado.
Lo único que me queda claro es que coincido plenamente con los criterios y puntos de vista de Juan Triana, no soy economista pero desde mis vivencias de 54 años percibo la realidad económica cubana tal y como el la describe.
Lo que no me queda claro es la percepción de esa realidad de la mayoría de los que han emitido sus criterios sobre esta entrevista y sobre todas las cosas cuando comparan la Cuba de hoy con la de antes de 1959.
Mi mamá que al triunfar la Revolución tenia 42 años y que aunque soñó muchísimo con estudiar, solo pudo llegar hasta 3er grado y no era ni remotamente comunista, me describía con mucha elocuencia esa Cuba que hoy me la quieren vender como tacita de oro.
Soy todo un inconforme con nuestra realidad actual, pero para atrás ni para coger impulso, la Revolución me dio lo que soy y junto conmigo a la inmensa mayoría de los cubanos, a veces me da la impresión que algunos se olvidan que existimos desde Maisí hasta el Cabo de San Antonio y un poquito más allá, o se imaginan que no conocemos nuestra historia o se creen el ombligo de la patria.
Admiro sobremanera a Triana, es una persona muy capaz e inteligente… pero le hacen bastante poco caso. Él lleva dando conferencias muchos años, diciendo cosas que hay que cambiar, pero las personas que dirigen este país son perfectos y sus decisiones, al menos a ellos no los afectan… por lo tanto Triana se va a cansar de hablar y aquí vamos a seguir igual.
Saludos.
Cuando aun economist cubano le dan la tarea de dictar conferencias a oficiales del MININT….lo demas ,sobra.Mucha baba,mucho teque para decir que este Sistema no sirve,pero evitando que el Sistema que borraron era mil veces mas eficiente y producia mucha mas riquezas..que era necesari una major reparticion?? que era necesari modernizer conceptos?? que eran necesarias reformas? todo eso es correcto.Pero si siguen escondiendo la bola y hablando misteriosamente,nada cambiara.Eso de las conquistas del socialismo,que quiere decir??Para tener educacion y salud gratis,solo hay que subir los impuestos( no hay que hacer ninguna revolucion),pero a los que trabajan les gustaria que les rebajaran del cheque el 52% ????Ese es el problema.Se han preguntado cuanto rebajan en impuesto en Noruega?? o en Suecia???Hay que escoger que se quiere,pero para eso ….vaya!!
Excelentes las Tesis de Juan TRiana, solo una cosa, el periodista no se dio cuenta o no volvio a repetir la pregunta sobre las Inversiones, Juan TRiana comiena la respusta por el final, pero ovbian las dos primeras, y yo creo qe la Ley de Inversion debe ser tanto para extranjeros como para cubanos. Siempre va a suceder que la Inversion entrañe riesgos, pero esa Ley por lo que visto y leido, aun no esta completamente madura.El actual ministrode Economia, lo tiene de tarea para su casa.
Mi Dios, cosas imperdonables. Creerle a este tipo…, solo lo pueden hacer aquellos que no lo conocen de atrás.
Excelente, mi admiración a sus líderes y al pueblo cubano por su heroica construcción del estilo cubano, sin calco ni copias, rectificando errores, aprendiendo de experiencias exitosas y errores de otros países. Como no reconocer el reconocimiento por su resistencia tenaz y heroica contra el monstruo del imperialismo durante mas de 50 años para construir un pais libre,culto.bajo el liderazgo del Comandante Fidel Castro.
Solo el pueblo cubano sabe el camino a recorrer en el tiempo,Cuba seguirá siendo guía de los pueblos o naciones que son sometidos por un modelo que mata pueblos enteros, saquean sus recursos,contaminan sus rios, bosques;pero siguen en la pobreza.Mi admiración pueblo cubano.
He leído con cuidado y hasta el final intentando encontrar en las declaraciones de este economista una mirada verdaderamente crítica sobre los problemas que afectan a Cuba, y me he quedado decepcionado. Quizás solo sea ese ingenuo deseo de ver la botella medio llena en vez de medio vacía, aunque ese criterio no se aplicaría a Cuba porque la botella no llega por mucho a la mitad de llena. O quizás sea que esto es lo mejor que se puede permitir este economista en cuanto a críticas de las medievales políticas del gobierno castrense. Sea cual sea la razón, me he quedado decepcionado. No hace falta intentar convencerme de que estoy equivocado: no lo estoy. Y mi opinión es tan válida como la de cualquiera, ¿no?
Todos hablan de que los logros y columna vertebral de la revolucion cubana es la salud y la educacion. Pero nadie habla que esos logros y esa sustentacion de la revolucion cae en las espaldas de los profesionales de esos sectores que llevan mas de 50 años explotados con salarios que no cubren sus necesidades, que caen sobre ellos las mayores restricciones del gobierno hacia un ciudadano.