Las regulaciones para la importación y la exportación privadas en la balanza

Algunos aspectos positivos y negativos de las nuevas medidas

En medio de una situación sin precedentes para el mundo y para Cuba, las autoridades de la Isla se decidieron a intentar resolver una de las demandas más reiteradas del sector privado. El reclamo de disponer de mecanismos ágiles, seguros y legales para importar o exportar se escuchó durante estos años, junto al de contar con un mercado mayorista donde abastecerse. A partir de una necesidad ingente de ampliar las fuentes de ingresos en Moneda Libremente Convertible (MLC) y también de avanzar de forma más rápida en las transformaciones económicas pendientes por implementar desde los últimos dos congresos del PCC, se emitieron recientemente cuatro normas jurídicas agrupadas en la Gaceta Oficial Nº 59 del presente año. Estas regulaciones, con la intermediación obligada de casi 40 empresas estatales, crean un escenario novedoso para que los actores privados de la economía participen del comercio exterior del país.

Gobierno cubano da luz verde a las exportaciones, importaciones y al mercado mayorista para el sector privado

Como casi todo en la vida, lo anunciado combina un grupo de elementos positivos y negativos. En lo personal no suelo esperar soluciones idílicas, cuando de enfrentar problemas se trata. Prefiero andar con el pensamiento en la tierra y los pies en el cielo, para aprovechar las oportunidades que se dan, aunque sean incompletas o perfectibles, a la vez que discuto, polemizo, y trato de influir en la manera en que se deciden y se ejecutan las cosas.

Es por eso que, luego de haber estudiado estas normas y compartido opiniones con algunos colegas del gremio, decidí ponerlas en una balanza de dos platos, uno positivo y el otro negativo.

Aspectos positivos

Entre las cuestiones que considero positivas sobre el nuevo mecanismo para la importación y exportación por parte de actores privados destaco las siguientes:

Por su parte, el plato negativo de la balanza lo cargaría con estos “plomos”:

Cuba: ¿qué necesita el sector privado para importar y exportar?

Hablándole al sector estatal

Suelo escribir estas líneas desde el prisma de lo que soy, un cuentapropista que asesora a otros emprendedores. Pero en la parte final de este artículo, en esta ocasión, vestiré traje nuevo para dejar tres recomendaciones al empresariado estatal con el ánimo de que este matrimonio sea feliz.

Primero: Las 37 empresas autorizadas para este tipo de servicio, si aspiran a tener éxito con este nuevo actor, tendrán que ver al privado verdaderamente como cliente en el caso de la importación y como su aliado, partner o socio para la exportación. Autoasumirse como un mero intermediario y no como un promotor y facilitador de negocios mutuamente beneficiosos sería un error estratégico.

Segundo: Para tener éxito, será imprescindible que las empresas estatales entiendan cómo funciona el sector privado, cuáles son sus necesidades y su “metabolismo”. Tendrán que emplear tiempo y recursos en estudiarlo, observarlo y comprender su lógica. Los empresarios estatales deberían abrir las puertas de sus empresas para el diálogo y el networking constantes.

Tercero: El factor tiempo será crucial. El actor privado por norma es flexible, toma decisiones ágiles, se encadena en cuestión de instantes como otros negocios y trata de aprovechar inmediatamente las oportunidades en el mercado. La empresa estatal, mucho más grande que los negocios privados, con prioridades económicas pero también a veces sociales y con un “biorritmo” diferente tendrá que ser altamente empática para ofertar un servicio que se ajuste a las expectativas de estos pequeños clientes. Los procedimientos internos que tendrán que elaborar para organizar este nuevo frente no pueden obstaculizar o negar lo definido por las regulaciones y tienen que estar en sintonía con las características de los negocios privados.

Dicho todo esto, tal vez el lector quiera preguntarle a quien escribe estas líneas si en su opinión está equilibrada o no la balanza. ¿Los plomos negativos son fardos demasiado pesados? ¿O los positivos serán suficientes para que este mecanismo rinda los resultados que necesitamos todos?

Pues esas respuestas las dará la vida con su lógica indiscutible. Veremos historias positivas y también negativas. Habrá empresarios estatales y privados que tomarán estas oportunidades con las dos manos, y los habrá que terminen aplastados por alguno de los plomos o inmovilizados por la falta de iniciativa. Lo verdaderamente importante es estar listos para con rapidez corregir el tiro y desbrozar el camino, una responsabilidad de las dos partes pero en la que jugará un papel clave el Estado y sus empresas. Que así sea.

 

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