La crisis energética en Cuba no cede. Tras un verano “extremadamente tenso”, la situación en septiembre fue a peor y octubre ha comenzado de la misma manera.
Por momentos son las averías de las unidades generadoras las que golpean al sistema. En otros, como en las últimas semanas, es el déficit de combustible lo que atenta contra la generación. Y en algunos casos, ambos problemas se confabulan para complejizar aún más el panorama.
Ese es justo el escenario actual, cuando siete unidades de centrales termoeléctricas están fuera de servicio por roturas o mantenimientos, en tanto centrales de generación distribuida y patanas turcas sufren la falta de combustible para producir electricidad.
De acuerdo con el parte de la Unión Eléctrica (UNE), este jueves amanecieron averiadas la unidad 5 de la termoeléctrica (CTE) del Mariel, la 3 de la CTE Santa Cruz, la unidad 2 de la CTE Felton y la unidad 6 de la CTE Renté, de Santiago de Cuba.
Mientras, en mantenimiento están la unidad 2 de la CTE Santa Cruz, la unidad 3 de la CTE Cienfuegos y la unidad 5 de la CTE Renté.
A ello habría que sumarle 41 centrales de generación distribuida sin combustible, la misma situación que sufre la patana turca de Santiago de Cuba y motores de la patana del Mariel.
En general, según la UNE, las limitaciones en la generación térmica son de 368 MW y otros 307 MW dejarán de producirse por la ausencia de combustible en patanas y grupos distribuidos.
Con semejante panorama, y tras haberse afectado la generación todo este miércoles y la madrugada de hoy, a las 7:00 AM ya habían 457 MW afectados.
Para el mediodía el pronóstico oficial prevé una afectación de 800 MW por déficit de generación, cifra que puede llegar hasta los 1264 MW en el pico nocturno, horario en que la UNE espera incorporar al sistema la unidad 3 de la CTE de Cienfuegos.
De no poder hacerlo, o de producirse alguna rotura en otra unidad, esa cifra podría ser mayor.
Cuba padece desde hace varios años de una crónica crisis con la generación eléctrica, provocada por la antigüedad de las plantas generadoras y la difícil situación económica, que afecta las inversiones y los mantenimientos necesarios, así como la importación de combustible.
El Gobierno cubano ha rentado en los últimos años varias centrales eléctricas flotantes para atenuar la falta de capacidad de generación, una solución rápida, pero costosa, contaminante y que no resuelve el problema estructural del envejecido sistema energético de la isla.
Los frecuentes apagones de 10 y más horas dañan la economía cubana —que en 2023 se contrajo un 1,9 %, según datos oficiales— e impulsan el descontento social en una sociedad ya gravemente afectada por una severa crisis desde hace varios años.
Nada, asere, recordarte que en Ecuador hay también tremenda crisis energética con apagones de hasta veinte horas