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Este texto forma parte de la serie de cuatro entregas “IA y negocios en Cuba”, una colaboración entre OnCuba y Lombao Estudios para el proyecto educativo “Te digo lo que sé”.
A lo largo de cuatro semanas compartiremos reflexiones sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el desarrollo de negocios en Cuba. En esta primera entrega, Mario Lombao, CEO de Lombao Estudios, se acerca al concepto de la inteligencia artificial para explicar qué es, cómo funciona y por qué no debe entenderse como una amenaza, sino como una herramienta capaz de potenciar el trabajo humano, especialmente en el ámbito empresarial.
Desde un enfoque claro y práctico, el autor comparte su experiencia en el uso de tecnologías digitales para mostrar cómo la IA puede optimizar procesos, mejorar la atención al cliente y apoyar la toma de decisiones, incluso en un contexto tan desafiante como el cubano.
Esta guía busca ofrecer una mirada accesible y sin tecnicismos sobre el papel de la inteligencia artificial en los negocios, invitando a emprendedores, mipymes y empresas a pensar el futuro no como una competencia entre humanos y máquinas, sino como una colaboración posible y necesaria.
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“El futuro pertenece a aquellos que creen en el potencial de la tecnología para mejorar la vida de las personas”.
Sam Altman
Comienzo esta serie de cuatro artículos para la sección Te digo lo que sé con esta frase de Sam Altman, CEO de OpenAI, como punto de partida para recordar la influencia positiva de la tecnología en nuestras vidas, como facilitadora de procesos, y cómo el futuro está marcado por la relación y el uso que la humanidad le dé a esta.
Con esa idea en mente, miremos entonces sin temor hacia la inteligencia artificial (IA), nombrada por el propio Altman como “la tecnología más transformadora de nuestra era”. Hace tiempo que el término IA dejó de sernos ajeno: hoy vivimos experiencias que antes solo eran posibles en películas de ciencia ficción.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Derivada de la idea de que las máquinas son capaces de aprender y tomar decisiones, la IA se refiere al uso de algoritmos y agentes inteligentes para apoyar tareas que antes dependían exclusivamente del esfuerzo humano.
Entre sus múltiples aplicaciones, la IA puede potenciar los procesos en una compañía o emprendimiento. Con la digitalización de los mercados y la explosión de datos, distinguirse y ser eficiente se volvió una urgencia para las empresas, un contexto al que Cuba no es indiferente y del que hoy puede formar parte gracias a la incorporación de estas tecnologías internacionales, así como de otras desarrolladas en nuestro propio país.
En esencia, la IA busca acompañar y potenciar al ser humano, no sustituirlo. En el entorno empresarial, contribuye a desarrollar experiencias más rápidas y consistentes, diferenciándonos de la competencia y generando confianza. Al integrar automatización, análisis de datos y personalización, la IA permite crear procesos más sólidos y resultados optimizados.
Automatización: liberar tiempo para lo esencial
La automatización con IA es mucho más que un robot que responde preguntas. Es la capacidad de un sistema para atender solicitudes repetitivas de manera rápida y precisa, lo que libera al equipo humano para enfocarse en la negociación, la creatividad y la relación personal con el cliente.
Análisis de datos: convertir información en decisiones
La IA puede procesar grandes volúmenes de datos y transformarlos en información útil. En ventas, por ejemplo, ayuda a predecir la demanda; en atención al cliente, detecta patrones de insatisfacción. El ser humano sigue siendo quien define la estrategia, pero ahora lo hace con mayor claridad y respaldo.
Personalización: atender mejor a cada persona
La IA permite adaptar recomendaciones y respuestas según las necesidades de cada cliente. No se trata de sustituir la empatía humana, sino de ofrecer al vendedor o al especialista información valiosa para atender mejor. Un cliente que recibe un trato personalizado se siente escuchado y valorado.
Consistencia: mantener la calidad en cualquier circunstancia
Para lograr una aplicación efectiva de la inteligencia artificial, todos estos elementos deben integrarse de manera armoniosa. Cada interacción, desde un mensaje automático hasta una recomendación personalizada, debe reforzar la confianza y la satisfacción del cliente. La clave está en usar la IA como herramienta de apoyo, nunca como sustitut del trato humano.
En Cuba, debido a dificultades cotidianas —como los cortes constantes de electricidad— puede parecer imposible implementar procesos tecnológicos ya adoptados por empresas a nivel mundial. Sin embargo, sí es posible hacerlo; sí podemos.
Cuando estos problemas, entre otros, afectan la disponibilidad y el ánimo de los trabajadores, la propia IA puede ayudarnos a resolver ciertos procesos, como la atención al cliente, manteniendo una respuesta consistente y asegurando que el usuario reciba siempre el mismo nivel de servicio, incluso cuando las circunstancias externas complican la jornada.
La inteligencia artificial no reemplaza al especialista cubano: lo potencia. Los agentes inteligentes trabajan en segundo plano, asegurando que ningún cliente quede sin respuesta, mientras el ser humano aporta empatía, creatividad y cercanía.
Gracias a plataformas e iniciativas nacionales como Centauro IA, esta colaboración ya es posible en Cuba. Pymes, corporaciones y emprendedores pueden mejorar sus procesos y fortalecer sus relaciones. El futuro no es máquina contra humano, sino humano con máquina.













