El banquero Richard Carrión enfrenta el bloqueo al son del son

Richard Carrión, CEO del conglomerado financiero Popular Inc. Foto: Fabrice Coffrini

Richard Carrión, CEO del conglomerado financiero Popular Inc. Foto: Fabrice Coffrini

Una oficina del Departamento del Tesoro de Estados Unidos les preguntó cuántos temas musicales iban a grabar en La Habana. A los encargados de producir el disco Al Son del Son le pareció absurdo esa interrogante, pero de todas formas entraron y cruzaron con éxito uno de los sinsentidos aún vigentes de la vieja política de Estados Unidos hacia Cuba.

“Era una negociación que a mí me parecía surrealista, que si cuántas canciones van a hacer, que si son dos canciones, que si son tres. Eso fue como sacar muelas sin anestesia”, recordó el ejecutivo puertorriqueño Richard Carrión, CEO del conglomerado financiero Popular Inc., la compañía que produce el proyecto: hacer un álbum que reúna músicos cubanos y boricuas.

“La verdad fue una burocracia fuerte. Hay estructuras que, después de cincuenta y tantos años haciendo una cosa de una manera, pues se resisten al cambio, no creas que esto es que un señor firmó una proclama y se acabó”, contó en una entrevista concedida en exclusiva a OnCuba, refiriéndose a los trámites con la Oficina de Control de Activos Extranjero (OFAC, por sus siglas en inglés), que procura desde el Departamento del Tesoro el cumplimiento de las leyes financieras contra Cuba.

BPPR_TowerRichard Carrión preside el Banco Popular, uno de los cuarenta más importantes de Estados Unidos, pero él y su equipo entraron sin privilegios por el laberinto que forman los restos sobrevivientes de las sanciones y restricciones sobrevivientes al acercamiento y apertura del presidente Barack Obama con Cuba.

“¡El lío que hicieron pa’ poder grabar cuatro canciones! Gracias a Dios son cuatro buenas canciones…, valió la pena”, dijo Carrión en el set al aire libre improvisado en medio de una calle habanera, donde nos habló mientras se preparaba la filmación del videoclip promocional de uno de los temas que acordó con los funcionarios de la OFAC.

Con esas dificultades de por medio, es casi irónico mencionar que la idea de producir un disco tocado y cantado entre cubanos y puertorriqueños surgió después del cambio de rumbo decretado en la Casa Blanca respecto a sus relaciones con el gobierno de La Habana.

En el momento en que concedía la entrevista, ya estaban listos dos remakes de clásicos del son: uno es “Alabanza”, grabado con la cantante cubana Ivette Cepeda y el boricua Tito Auger; el segundo tema es “Bilongo”, entre el salsero puertorriqueño Pirulo y  Havana D´Primera, agrupación  encabezada por el trompetista Alexander Abreu.

Cepeda estaba en la lista desde el principio; Richard Carrión incluyó a Havana D´Primera por recomendación (o más bien insistencia) de un amigo cubano, el atleta Alberto Juantorena.

No es la primera vez que choca con las regulaciones del Departamento del Tesoro. Antes de emprender la producción de Al Son del Son, el conglomerado Popular ya había tenido que vérselas con la OFAC por las sanciones contra Cuba.

“Nosotros somos un banco regulado por la Reserva Federal, y conocemos lo que es la reglamentación bancaria”, comentó Carrión. “Teníamos una compañía de tecnología que a veces procesaba pagos de un ciudadano venezolano que estaba en Cuba.”

“Tuvimos esa situación en un momento dado. Son cosas que con el tiempo van a parecer tonterías.”

Negocios con la gente

Richard Carrión se define a sí mismo como un rara avis, porque es, según sus propias palabras, “un banquero optimista”. Es sincero y directo, le agrada la alegría de los cubanos y ve muchas similitudes entre Cuba y su natal Puerto Rico.

Le habla a uno de música, luego diserta sobre mecanismos bancarios y de infraestructuras de telecomunicaciones, un área que domina como miembro de la junta directiva de Verizon. Es también un hombre dedicado al deporte, miembro del Comité Olímpico Internacional desde 1990.  En la entrevista, siempre habló de sus proyectos en primera persona del plural, con un nosotros que iba en el lugar donde uno esperaría la frase mi banco.

Lleva más de veinte años intentando “entrar” en Cuba, de una forma u otra. Como el embargo bloquea sus posibilidades de hacer negocios en el país caribeño, buscó la vía del intercambio cultural.

Su sueño, como él lo llama, lo llevó incluso a la puerta de la entonces Sección de Intereses de Cuba en Washington, para ofrecer los servicios de su conglomerado, cuando era evidente que el nombre de la isla iba a salir de la lista de países terroristas y sus representantes podrían abrir una cuenta bancaria. Sobre este episodio de su vida y otras vivencias, Richard Carrión conversó durante media hora con OnCuba.

¿Cuánto va a demorar Popular Inc. en establecerse en Cuba?

“La primera vez que yo estuve aquí fue en el 91, pa’ los juegos Panamericanos. Después volví, me entrevisté en el Banco Nacional de Cuba. Lo presidía un señor llamado Héctor Rodríguez Llompart. Yo le dije: ¿cuándo quieres que monte?

“Yo voy a hacer todo lo que esté en nuestras manos para estar aquí. Creo que el tipo de banco que somos va ayudar el crecimiento económico del país. Eso es lo que nosotros hacemos: ayudar a pequeños empresarios, ayudar a la gente en los barrios… Ellos son quienes yo quiero que sean clientes del Banco Popular”, y señaló a los habaneros que lo rodeaban.

“Todo eso vendrá con el tiempo. Se tiene que establecer una relación de confianza y eso toma tiempo. Tienes que demostrarlo con acciones. Las palabras se las lleva el viento. Esto durará lo que tenga que durar, pero nosotros vamos a estar aquí. Depende de los gobiernos. Si fuera por mí, abrimos esta tarde.”

¿Está consciente la comunidad empresarial puertorriqueña y estadounidense de las incentivos creados por el gobierno cubano para atraer inversión extranjera?

“No tan conscientes como debería estarlo. Nosotros vamos a traer un grupo aquí a principios de octubre, un grupo de constructores, con una de las compañías nuestras, la de Financiamiento Hipotecario. Los vamos a traer para hacer una convención aquí, para que vean y experimenten.”

“A mí me encantaría formar parte del crecimiento que va a haber en Cuba.”

Habla de crecimiento, pero el subsecretario del Tesoro, Stefan M. Stelig,  tiene pronósticos moderados y descartó un milagro económico en Cuba.

“Es más una evolución que va a potenciar a los individuos. A fin de cuenta, la economía se trata que los individuos tengan una mejor calidad de vida. Hay cosas importantes que hay que conservar: la cosa educativa, la salud, se han hecho unos adelantos extraordinarios.

“Eso es algo que va a depender de los gobiernos y de la parte política, nosotros nos regimos por las leyes americanas, no podemos estar aquí hasta que se permita. Eso no quita que hagamos proyectos, que hablemos, que comencemos a establecer relaciones.”

Usted ofreció los servicios de su banco a los diplomáticos cubanos en EE.UU. cuando buscaban una institución financiera.

“Nos robaron el tiro…un banco ahí que se llama Stonegate Bank, yo fui a lo que era, en aquel entonces, la Oficina de Intereses. Hablamos con un diplomático, pero yo creo que ya estaban adelantados”.

Usted forma parte de la junta directa de Verizon, un importante consorcio tecnológico. La Administración Obama abrió ampliamente las posibilidades de inversión de telecomunicaciones e Internet. ¿Hay algún plan en marcha?

“Mira, les preguntaré. Yo creo que AT&T tiene una tradición mayor aquí y sospecho que ellos tiene una ‘delantera’.  Verizon está ahora mismo más concentrado en el negocio inalámbrico y la nueva generación de videos por sistemas inalámbricos. Están más enfocados en Estados Unidos.”

Brett Perlmutter, un directivo de Google Ideas, recomendó a Cuba saltarse el cableado e ir directo a la tecnología inalámbrica.

“Hay que hacer ‘cablería’, un espinazo de fibra óptica. Sería importante crear una buena infraestructura, porque tú tienes que conectar todas esas torres WiFi para tener el ancho de banda que quieres.”

Le comentamos a Richard Carrión cómo un viceministro italiano había dicho unas semanas atrás que para hacer negocios con Cuba hace falta “presencia y paciencia”. Le gustó la idea…y la práctica con fidelidad, según dice.

Por lo visto no tiene ninguna prisa. El tempo cubano no le incomoda. Usa la palabra “sueño” en lugar de términos empresariales. En lugar de Mariel o de Varadero, invierte en el son…, y lo disfruta. Al terminar la entrevista, se unió a la multitud, como uno más, entre los cubanos que se habían agrupado para bailar y ver a Alexander Abreu con su Havana D´Primera.

Para Al Son del Son, en Puerto Rico grabarán a Vivanativa, Misa e Gallo, Roy Brown, Diana Fuentes, Yíbaro, José Nogueras, Isaac Delgado, Juan Pablo Díaz, Charlie Aponte, Lími-T 21 y Aimée Nuviola, entre otros. Popular patrocina  además el primer concierto en Cuba de la banda puertorriqueña de Cultura Profética que actuará el 1 de agosto junto con el grupo cubano Buena Fe.

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