Decidido, categórico y seguro de sí. Así se muestra en persona el tabaquero más famoso de Cuba, José Castelar, o sencillamente Cueto, el orgulloso recordista mundial con los puros torcidos más grandes hasta el momento. Días atrás batió otra vez una marca suya ya inscrita en los libros del Récord Guinness.
El 12 de agosto Cueto terminó un tabaco de 90 metros, torcido a mano y plantó bandera en The Guinness World Records Official, como ya había hecho en 2001, 2003, 2005, 2009 y 2011.
Este famoso torcedor de 71 años de edad trabaja en la tienda La Triada, de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, el mismo lugar donde hizo sus marcas anteriores que le dan han dado el nombre de Hombre Habano. Con el nuevo récord (que dedicó al nonagenario Fidel Castro) superó los 81.80 metros establecidos en 2011, aunque esta vez, además, disminuyó en dos días el tiempo empleado para concretar su marca.
Aún bajo los reflectores de la celebración, y con la brevedad de una cachada, Cueto comentó sus impresiones a OnCuba, bajo la “protección” inicial un plural de modestia que no alcanza a ocultarlo como el personaje célebre que es.
“El último récord lo conseguimos hace algunos años, por lo cual estábamos previendo que alguien se atreviera a desplazarnos. También nos interesaba promocionar el producto Habano, el mejor del mundo.”
¿Y quién es su más cercano oponente?
“Es un americano, él me rompió el récord del tabaco de 20 metros e hizo 33 metros. Luego en una feria de turismo efectuada en La Habana yo riposté con otro de 45.38 metros. Este es mi rival más cercano y no ha vuelto a salir. Tratamos de que no vuelva y si lo hace, que pase trabajo.”
¿Su objetivo es poner las cosas difíciles a quien lo intente?
“Efectivamente. Ahora va a tener que torcer un tabaco mayor de 90 metros. Y si llega a batirlo el compromiso como cubano es que el tabaco más grande del universo se quede en el país del mejor tabaco que existe. No tengo temor de ningún adversario que quiera romperme el récord porque a pesar de mis siete décadas tengo fuerzas y posibilidades.”
¿Dónde se exhibirá este nuevo tabaco gigante?
“Aquí mismo, en la tienda La Triada, junto a mis demás récords.”
Oiga, Cueto, ¿y cuándo aprendió usted a torcer tabacos?
“Aprendí en mi provincia Las Villas, en mi pueblo Rancho Veloz. Desde los 14 años ya era tabaquero, es lo que más me gusta hacer y lo único que he hecho en toda mi vida.”
¿Y alguien sigue sus pasos en la familia?
“Nadie. Ninguno de ellos quiere dedicarse al tabaco. Mis hijos han estudiado y no se embullan a seguirme. Tampoco mi nieto se motiva…”
¿Y cómo espera entonces que Cuba conserve la marca del mayor tabaco del mundo?
“Contando conmigo mismo. Si me rompen la marca enseguida la casa matriz de los Guinness me lo comunica y acto seguido subo la parada, sin ningún temor.”
Cueto quiere ser incombustible, como el mejor puro.