El número representa la cantidad de permisos que deben obtenerse para llegar al final del proceso de concreción de una empresa con capital extranjero. 28, no puedo decir si son muchos o si son muy pocos, pero sin duda parte de la demora en la concreción de negocios de inversión con capital extranjero está en la permisología. Sin embargo, esos 28 permisos quizás apenas sean la “punta del iceberg” hay otros muchos implícitos que subyacen en ese largo camino de concretar un negocio de este tipo.
El 20 de diciembre de 2017 en un breve reportaje sobre la discusión acerca de la “lentitud” de los procesos de inversión extranjera sostenido en la 2da. Sesión del Parlamento Cubano cuyo título era “Sacudirles las demoras a los procesos de inversión extranjera” se exponían un grupo de “frenos” entre los que estaban “persisten dilaciones en las negociaciones, atrasos en la elaboración de los estudios, demoras en el cumplimiento de los trámites y falta de preparación de las entidades cubanas”. Esta semana en la Mesa Redonda que trató este asunto se repitieron esas mismas razones.
Ese artículo finalizaba con la siguiente idea: “De ahí la necesidad de profundizar en la capacitación de los empresarios y los grupos negociadores, incrementar la agilidad y proactividad de las empresas cubanas para la concreción de los proyectos y diversificar los vínculos con potenciales socios extranjeros para no depender de un solo mercado.” También estas mismas palabras se repitieron en la Mesa Redonda.
Lo cierto es que Cuba necesita de la Inversión Extranjera Directa, pero la IED necesita de Cuba. Lo cierto también es que después de muchos años, la IED, hoy es reconocida como una necesidad estratégica para nuestro desarrollo, casi como lo es el agua, pero la diferencia con a relación a la necesidad que del agua tenemos es que en el caso de la IED se necesita de dos partes bien claras: el inversionista, que se mueve por determinados estímulos y que generalmente tiene una información preliminar del mercado que le interesa, además de poder comparar riesgos y costos de oportunidad, y la otra parte es el necesitado de la inversión extranjera, que debe “promoverse como un buen destino” primero y después demostrar que quiere ser un buen “socio”, partner”, etcétera. Esto es, lograr que ese proceso que comienza en el aeropuerto sea suficientemente fluido y medianamente comparable a otros procesos en otras regiones y países, en los que ese mismo inversionista se ha visto involucrado.
Pues bien, estamos necesitados de la inversión extranjera directa, hace años que lo estamos, de hecho la modificación / modernización de la ley que condujo a la Ley 118 de 2014 respondió al reconocimiento de esa necesidad. Sin embargo pareciera que haber reconocido que es estratégica, haber modificado la ley y constantemente reconocer que hay lentitud en estos procesos, no es suficiente.
¿Y por qué persiste la lentitud? ¿Es que acaso son nuestros empresarios tan torpes? ¿O será que el “entorno institucional” que rodea a las empresas estatales no promueve / estimula / incentiva una verdadera actitud proactiva hacia la inversión extranjera?
El ser humano es sus circunstancias, nuestros empresarios estatales no son tan malos, lentos, torpes y falta de iniciativa como muchas veces se les dibuja. Creo que tienen más horas de cursos de capacitación que cualquier otro empresario en el mundo y que, si disfrutaran del entorno institucional adecuado, sorprenderían a muchos.
Lo que les falta no es capacitación. Si un país ha gastado recursos capacitando empresarios es Cuba. Desde los antes famosos y ya extinguidos Institutos de Dirección de la Economía, pasando por las Escuelas Ramales hasta la actual Escuela Nacional de Cuadros. Es probable que le falte práctica, probablemente habilidad para negociar en algunos casos, pero su mayor déficit es el entorno institucional (las reglas del juego) dentro de las cuales ellos tienen que desarrollar su actividad.
Se necesitan otras instituciones para que las empresas estatales sean las empresas que necesitamos. Es cierto que existe una nueva ley para la IED pero todos los procesos de negociación pasan por la empresa estatal, tiene que ser así. Una parte de la lentitud que padecen hoy las negociaciones no está motivada por deficiencias de la ley 118 (que las tiene), ni por la poca habilidad de los empresarios estatales (que la hay), sino porque aún nuestras empresas estatales y nuestros empresarios estatales siguen estando muy limitados en su capacidad real de decisión, porque aún dependen en un por ciento elevado de interpretaciones que alguien o álguienes más arriba de ellos en esa misma estructura empresarial hacen de una letra (la Ley) que muchas veces es obviada o preterida.
Cuando en algún momento de esta historia cambiemos esos marcos institucionales que hoy entrampan a nuestras empresas estatales, habremos dado un paso elemental para hacer menos lenta la negociación con inversionistas extranjeros. Y esta transformación –la verdadera transformación de la empresa estatal– es una deuda que se arrastra desde mucho antes de 1975, y que seguimos debiendo.
Quizás haga falta actualizar / modernizar / transformar la Ley 18 nuevamente, pero lo que realmente se requiere y con urgencia es una Ley de Empresas que tenga como principal propósito crear incentivos al crecimiento que tanto se necesita.
Aun así tendremos que seguir cambiando. Un solo ejemplo de las diatribas de la IED en Cuba puede ilustrarlo. En el mundo, por lo general, el inversionista extranjero reclama tener las mismas condiciones del inversionista nacional. En Cuba resulta todo lo contrario, es el inversionista nacional el que aspira a tener las mismas condiciones que el inversionista extranjero. ¡Vaya paradoja esta que hemos creado!, y que es hora de erradicar.
Hay incluso ventajas que se desaprovechan y que son convertidas en desventajas y obligaciones. Tómese el caso de las “compañías de contratación de fuerza de trabajo”. Para quien llega a Cuba, desconocedor del mercado cubano, una compañía que le preste ese servicio es que casi un regalo de Dios. De hecho en el mundo es un servicio que se ha tercerizado y son muchas las compañías que lo brindan y muchas las compañías que lo contratan. En Cuba ese servicio no es una opción para el inversionista extranjero, es una obligación por la cual debe pagar hasta un 20 por ciento del valor de la contratación.
¿Por qué no es al revés? ¿Por qué no lo ofertamos como un servicio que el inversionista puede tomar o no tomar? En Cuba existen hoy todas las instituciones necesarias que garantizan el cumplimiento de nuestras regulaciones laborales, desde el Ministerio del Trabajo, hasta los Sindicatos. ¿Por qué las “reglas de juego” deben asegurarle clientes a una compañía estatal –que no invierte un centavo en la formación de esa fuerza de trabajo– independientemente de la calidad de su gestión? Tener compañías que faciliten la contratación puede ser un valor agregado, que hoy convertimos en una obligación y aparece como parte de las “anomalías” del mercado cubano, sumado al hecho de sostener que no hay disconformidad del inversionista extranjero sobre este asunto.
Veamos ahora una restricción macro que ha perdido todo el significado que en algún momento tuvo. El inversionista extranjero paga en moneda libremente convertible el salario al personal contratado. La regulación cubana estipula un convertidor monetario de 2 CUP por 1 dólar si la inversión está fuera de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel y 10 CUP por 1 dólar si está en la ZEDM. Pero nuestros trabajadores hacen una parte de sus gastos de consumo en CUC o en CUP a la tasa de 24 CUP por 1 USD. Hay aquí una diferencia cambiaria que es apropiada por el Estado cubano pero que a la vez constituye un desincentivo para el obrero cubano (aunque es cierto que mejora mucho su salario en relación a lo que se paga por ese mismo empleo 100 por ciento estatal), que sabe que no le pagan lo que por él se paga. Es también un desincentivo para el inversionista extranjero.
Esa regulación que reduce sustancialmente el ingreso que debería devengar el trabajador contratado, puede tener dos propósitos. A: mantener cierto grado de equidad. B: obtener rentas adicionales que incrementan los recursos del Estado en moneda libremente convertible.
Con relación al primero, resulta evidente hoy que la peor de las diferenciaciones no viene de la mano del ingreso que reciben los trabajadores contratados en un proyecto de IED, sino que vienen de la mano de otras formas de obtener ingreso alejadas de los resultados del trabajo.
Con relación a la segunda, si se le pagara a los obreros directamente en CUC el valor de su contrato descontando los impuestos sobre su salario, de todas formas el Estado gana, pues la “moneda libremente convertible” queda en manos del Estado. Si se le paga en CUP al cambio de 24 CUP por 1 dólar, menos las deducciones correspondientes a impuesto, etcétera, el efecto sería el mismo. En este caso también la moneda libremente convertible quedaría en manos del Estado.
Si en ambos casos el Estado gana, si la diferenciación que se genera es una diferenciación que se debe al trabajo, a los resultados del obrero y a los resultados para Cuba, entonces debe haber otras razones por las que no se hace. ¿Cuáles son?
Para “sacudirles las demoras a los procesos de inversión extranjera” hay que sacudir algo más.
Es increible que un gobierno diga ser democratico y justo y a la misma vez un extrangero o compañia extrangera pueda invertir en Cuba millones de dolares, tener propiedades desde casas, hoteles, fabricas en el Mariel y a un cubano no se le permita nada de lo anterior de hecho solo puede tener una licencia para rellenar fosforera y si a la vez quiere tener otra para zapatero remendon no puede , jajajaja Fascismo en estado solido, discrimacion por origen nacional, Apartheid caribeño del mas aberrado, pero cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Juan, leo la mayoría de sus artículos. Gracias por la coherencia y seriedad de sus análisis. Saludos
Triana no estoy de acuerdo con esto …( (aunque es cierto que mejora mucho su salario en relación a lo que se paga por ese mismo empleo 100 por ciento estatal), que sabe que no le pagan lo que por él se paga. Es también un desincentivo para el inversionista extranjero.)), Recuerde que las personas que trabajan en entidades extranjeras fuera de la ZEDM no reciben salario, reciben gratificacion, por las cuales pagan impuestos super altos,
Para Juan y su desacuerdo: Revise, no menciona entidades extranjeras, que cobran por otro sistema, el artículo se refiere a las a.e.i., mixtas, y otras formas donde aplica la Ley de Inversión.
Hay muchas razones que provocan esa ineficiencia o demora, somos un pais que ha hecho los mismo, dirigido por los mismos, durante mucho tiempo, mientra el mundo a nuestro alrededor evoluciona, se mueve, etc y mientras que los de adentro nos dicen que vamos bien. A Cuba le urgue dinamismo repito Dinamismo Eficiencia Eficacia son palabras que dicen ellos pero que no practican. Pero mi pregunta es la siguiente como queremos que nos vaya bien en la inversion extranjera si en la inversion interna, regulada controlada etc por MEP y otros organismos mas MAL no nos puede ir, provocando afectaciones a la economia que nadie del gobierno menciona, entonces como nos va a ir bien. Triana lo del tema del salario es como muchas cosas en Cuba que no tiene explicacion o no quieren darle explicacion o sencillamente desde mi humilde punto de vista no les interesa. Tal parece que toda la demora es para que los hijos nietos hermanos les de tiempo a hacer estudios de mercado y por detras del telon ir imponiendo sus negocios, porque en Cuba los hay lo que callados se ven mejor, a esos si que no se les suspende las licencias y los permisos no son 28 son menos, pero bueno me imagino ha sido producto de todo lo que hemos permitido durante mucho mucho mucho tiempo…………
El artículo es correcto pero desde la lógica formal. Pero en Cuba la lógica es dialéctica, es decir, todo al revés. Hay una contradicción insalvable: El giobierno plantea la agilización y desburocratización de los procesos pero es a la vez quien crea por naturaleza la centralización y la burocratización como pieza esencial de su funcionamiento. El lenguaje estatal se usa según las circunstancias: si se agilizan los procesos, dicen que entonces no hay control y si se complejizan los procedimientos, entonces se plantean una batalla contra el papeleo. En la línea del tiempo lo que ocurre son etapas de cierta desentralización seguidas de una de centralización feroz. Ese ciclo se repite casi matemáticamente. Todo esto, traducido al español quiere decir: no hay arreglo.
Hasta cuando vamos a repetir en “De ahí la necesidad de profundizar en la capacitación de los empresarios y los grupos negociadores, incrementar la agilidad y proactividad de las empresas cubanas para la concreción de los proyectos y diversificar los vínculos con potenciales socios extranjeros para no depender de un solo mercado.”
Que hace y ha hecho la Escuela Nacional de Cuadro y en especial la temerosa y vacilante de su directora, para realementer formar a los emrpesarios que necsitamos, porque absolutizando el aspecto técnico organizativo, como buena ingeniera industrial, jamás avanzaran en qu ela escuela genere lideres empresariales que seenfrenten a los mismos cuadros que esa escuala forma en el diplomado de Adminstración Publia. Grandes contradicciones entre la burocracia aiempresarial y fasos empresarios. es mejor que busquen a los que impulsaron los negocios con emrpesas extranjeras en elmedio del periodo especial y lofgraron avanzar hasta que vino la recentralización de todo, gracias a lo svínculos que ibamos a tener con China y Venezuela
Debian criticar publicamente a la Escuela de Cuadro Nacional que no ha cumplido con sus objetivos a esar de lo que se ha dicho cada curso en la graduación, pero de mentira esta lleno el país y no precisamente pos los de abajo
No es exacto afirmar “Lo cierto es que Cuba necesita de la Inversión Extranjera Directa, pero la IED necesita de Cuba. Lo cierto también es que después de muchos años, la IED, hoy es reconocida como una necesidad estratégica ” pues desde 1997 se planteo en la Resolución economica del V Congreso del PCC, continuar promoveindo la inversión extranjera, para diversificar exportaciones y obetner tecnologia avanzad, y de la misma forma se plantea que en la msima medida que la economía se reanime, se debe eliminar la dualidad de tasas de cambio para que no se afecte a los exportadores.
¿Cómo es posible que después de 20 años se vengan a plantear las mismas cuestiones al amparo de una actualización de un modelo economico establecido, que lo que menos que ha tenido es cáracter economico?
Poca ayuda le brinda al país, si los que estudian la economia cubana siguen amparandose en la actualziación a partir del 2011, olvidandose todos los antecdentes anteriores, quien iognora el pasado, simpre va a repetir los mismos errores,, lo que en un pirmer momento es una necesidad después se comvierte en una farsa.
Poco serio es un partido en el poder, sus diregentes y funcionarios que ignoren, nieguen y violen lo que expusieron en un momento como la estrategia de la reanimación del país en 1997. Por favor no se amparen en el socialsimo y en el marxismo leninismo para argumentar este sistema de alata deformación economica, social y politica porque relamente le estan dando arguemtnos a todos los que en estas pagiunas critican el socialsimo. Sean más sinceros y honestos y declaren que no es precisamnete el socialsimo lo que han pretendido, pretenden y prerenbderan construir bajo tales condiciones , porque es una burla. Le estan haciendo mucho daño al legado de Marx. Engels y Lenin, con esto no se debe jugar ni ideologicamente como le fusta hacerlo
Llama mucho la atención como muchos académicos celebraron en su momento la actual ley de inversión extranjera y pronosticaron el incremento de la IED. Sus loas desmeritaban sus conocimientos y sagacidad o eran para mostrarse políticamente correctos, porque no era para nada difícil prever que la ley no traería consigo el incremento de la IED. Los cambios en la nueva ley eran sobre todo en incentivos fiscales, no cambiando la esencia de la realidad. Para muchos inversionistas es normal pagar impuestos, pero no son normales muchas otras cosas que había que cambiar y no cambiaron: que lo que pagan por la fuerza de trabajo se lo lleve un 3ro y el trabajador apenas reciba una parte de lo que paga la empresa; que para cualquier decisión sobre inversiones, etc., tengan que someterse a tantas aprobaciones superiores o casi la injerencia en la gestión de la empresa; que para pagar por la materia prima no solo necesiten tener suficiente capital de trabajo, sino que se les asigne liquidez externa del país, mediante procedimientos tortuosos y poco comprensibles; que muchas veces la competencia externa, que no invirtió un centavo en el país, tenga más ventajas que la empresa mixta donde invirtió el empresario extranjero; que pase trabajo para repatriar las utilidades, aunque la Ley reconozca la libre exportación de la ganancia obtenida; que el socio cubano se lleve una parte sustancial de la ganancia sin apenas aportar recursos líquidos al capital de la empresa, valorándose muy caro su aporte en maquinaria u otros activos fijos. Y, sobre todo, que a la empresa mixta le den un plazo de vigencia de unos cuantos años, cuando la voluntad del inversionista en IED es crear empresas sin fecha de caducidad. Eso después de empezar a funcionar. Pero antes, someterse a decenas de análisis, cuestionamientos y aprobaciones a varios niveles (socio cubano, Unión u OSDE o ministerio, comisiones multiministeriales, Consejo de Ministros), como si fuese Cuba la que estuviese invirtiendo fondos y no fuese el inversionista el que está arriesgando gran parte de su dinero. Incluso, cuando la inversión es en el Mariel, 100% de capital extranjero, exigimos y no nos cansamos de revisar y cuestionar estudios de factibilidad, cuando lo principal sería que acabasen de traer la IED y montar su fábrica. Con esos vientos se recogen estas tempestades. Claro, es difícil culpar a los procedimientos establecidos desde arriba; es más fácil culpar a los empresarios y a las personas que hacen el trabajo, aunque burocrático y muchas veces innecesario.
De acuerdo a la ley de inversiones están implicados los siguientes organismos en el proceso de aprobación ( DECRETO No. 325 reglamento de la inversión extranjera):
1.- Solicitud de aprobación de la propuesta de inversión con el aval del jefe del órgano, Organismo de la Administración Central del Estado o entidad nacional patrocinadores de la inversión correspondiente,
2.- certificación expedida por la autoridad competente sobre la compatibilización con los intereses de la Defensa,
3.- valoración del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de los aspectos relativos al medio ambiente, la tecnología, la propiedad industrial, la normalización, la metrología y la calidad;
4.- propuesta de directivos cubanos que asumirán cargos en los diferentes órganos de dirección;
5 propuesta del proyecto de nomenclador de productos de importación y exportación;
6 propuesta de entidad empleadora que suministrará la fuerza de trabajo;
7 pronunciamiento escrito de la autoridad competente del órgano, organismo de la Administración Central del Estado o entidad nacional patrocinadores, avalando el estudio de factibilidad técnicoeconómica,
así como el nivel de certidumbre de sus proyecciones; y
8 cualquier otro documento que se establezca para regular los procesos inversionistas
Para la presentación de propuestas de empresas mixtas en adición a los documentos enunciados en el artículo precedente, se presentan:
a) Propuesta de convenio de asociación;
b) propuesta de estatutos sociales;
c) estudio de factibilidad técnico-económica que incluye la fundamentación económica y el estudio de mercado, en correspondencia con las bases metodológicas establecidas en la legislación vigente;
d) certificación de avalúo de los activos que serán aportados al negocio, conforme a lo establecido en la Ley;
e) términos generales del financiamiento;
f) certificación del Registro de la Propiedad en el que conste la titularidad sobre los derechos
reales que se transfieren; y g) certificado de catastro del Servicio Hidrográfico y Geodésico, según corresponda.
Las conclusiones de este proceso es :
Dejen de echarle la culpa de las demoras a los empresarios interesados en la inversión extranjera, y pongan en el banquillo de los acusados a todos los organismos que tienen que dar rapidamente sus aprobaciones incluido el Consejo de Ministros cuando sea el caso.
Se sancione a penas de 5 a 10 años a los directores de organismos que han demorado en dar respuesta en los términos de 15 días, han mentido o han entorpecido el proceso, donde se compruebe corrupción las penas seran el doble. Se le debe dar el mismo tratamiento que se le da a los efectos del bloqueo de EU.
De no darse repsuesta por el organismo en ese plazo, se aprueba la inversión en el asunto corespondoiente de forma automatica
Se propone que antes de poner el situar el proyecto de inversión en la cartera de oprotunidades ya tengan la aprobación de lso organismos pertienente en cuanto a las condiciones que se requieren como premisas , para la negociación con el inversionista extranjero
Dr Triana, esto no tiene remedio y la IED no es la solución, le cuento que nuestro gobierno no le interesa nada mejorar la economía, ni tampoco a los ancianos todo podoresos dirigentes que nos bloquean, es lo que hay, marginan y nos discriminan a los propios cubanos. Que dejen hacer a los cubanos y liberen las fuerzas productivas, estatales y privadas ambas limitadas, amenazadas e inmersas en prohibiciones……Ah pero prefieren gastar millones desangrando la economía cubana cuando pagan por productos en el extranjero para importar algo tan simple como un sepillo de diente o un vaso plastico, un clavo o una tuerca……..prefieren que se fugue el capital de la economía nacional hacia un país extraño haciendo acumular riquezas a un extranjero en lugar de que la acumule un cubano produciendo (si lo dejaran) y pagando impuestos al estado generando empleos etc….
Liberando fuerzas productivas tendremos cubanos dueños de fabricas ricos, si, pero se queda aquí el dinero para hacer más socialismo. Abajo el bloqueo interno y la discriminación al cubano !!!!
Aquí todos sabemos lo que hace falta para mejorar la económía, pero evidentemente aunque lo quieran disimular, a nuestros ¨lideres¨ les importa más su status, sus prevendas y el ¨riesgo¨ que le pudieran representar los emprendedores privados cubanos, a que realmente mejore la economía y muedan mejorarse las escuelas, hospitales, etc….que dan pena!!
Dr. Triana, me gustaría que tan sabiamente como suele hacer exponga con cifras como liberando las fuerzas productivas privadas, permitiendo que cubanos acumulen riquezas que hoy acumulan extranjeros, podría mejorar la economía sustituyendo importaciones, se asombrarían muchos de los miles de millones que se escapan de Cuba por este concepto y que pudieran estar en manos de los cubanos, los tabajadores y el estado.
Con fabricas privadas de cubanos y sin leyes de inversión discriminatorias entre extranjeros y cubanos, va a mejorar mucho la economía y habría mayor presupuesto de estado para hacer más socialismo, esto es un hecho! Pero claro, mucho poder económico privado puede hacer temblar la vieja silla de políticos y dirigentes que les interesa más su status que buscarce ¨problemas¨ o cambiar realmente lo que debe ser cambiado para hacer lo mejor para la sociedad.
Quizás también hayan algunos que teman proponer, viendo como han pateado a mentes y personas brillantes por tratar de hacer los mejor o lo más sensato, nada, que cuando tienes familia que de ti depende lo más común es que no debes ponerla en riesgo afectando el orgullo comunista de alguno que otro anciano mafioso.
¨El enemigo avanza derrotado y nosotros retrocedemos victoriosos¨
Fuera la plaga de gusanos que nos bloquea, nos margina y no deja desarrollarnos!!!
Todas las escuelas, cursos, institutos y hasta la misma facultad de economía, lo que hacen es inculcar que lo que tenemos es maravilloso. Para qué cambiar? Y no culpo a los profesores, por supuesto.