Luego de dos años en pausa por el impacto de la pandemia de COVID-19, la 38 edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV) echó andar el pasado lunes con menos representatividad que en su anterior versión, algunas novedades en cartera y el persistente propósito de captar la inversión extranjera que pide a gritos la renqueante economía de la isla.
Hoy están en La Habana, poco más de 60 las naciones representadas. Durante la inauguración, el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz remarcaba el propósito gubernamental de ampliar las facilidades para que los empresarios extranjeros exploren y concreten negocios en el país. A su vez, reconocía que “aun nos falta mucho por transitar”.
En el mismo sentido se expresó el presidente Miguel Díaz-Canel, presente en las actividades de apertura de la que es considerada como una de las bolsas comerciales más importantes de América Latina y el Caribe.
Díaz-Canel: “Abierta inversión extranjera para empresas norteamericanas y cubanoamericanos”
Díaz-Canel insistió en la idea de que Cuba está abierta a todas las posibilidades que contribuyan a incrementar su comercio, incluida la inversión de empresa de Estados Unidos y el emprendimiento de los ciudadanos cubano-americanos.
A pesar de esta perspectiva, la presencia de entidades de la nación norteña en el cónclave comercial está cada vez más lejos de aquel boom experimentado hace un lustro, cuando, durante la administración de Barack Obama se inició un deshielo de las relaciones bilaterales que duró hasta la llegada del Donald Trump a la Casa Blanca.
No obstante, las empresas que han mantenido su asistencia a esta feria comercial y otras que se estrenan en la presente edición, ponen en valor la seriedad y confianza que hasta ahora ha demostrado la contraparte cubana y ven con optimismo los más recientes movimientos para reconfigurar la estructura económica del país.
Entre las que siguen apostando por la permanencia está el Consejo de Exportadores de Carne de Ave y Huevos de Estados Unidos (USAPEEC), habitual en FIHAV desde su edición de 2014.
Ana Vettorazzi, representante de ese grupo, opina que para los productores estadounidenses el mercado cubano está entre los tres más importantes de la región latinoamericana, ponderó su accesibilidad y lo fructífero que han resultado para ambas partes las negociaciones con la estatal Alimport.
“Nuestra primera participación en la feria fue solo como asociación y poco a poco nos hemos convertido en la sombrilla que han utilizado por productores y exportadores para establecer los contactos y canales de negociación en Cuba”, afirma.
La empresaria destaca que antes de la pandemia, en la edición de 2019, asistieron cinco empresas exportadoras de carne de ave, cifra que ha aumentado a siete en esta ocasión.
“El objetivo es seguir creciendo y la feria nos sigue abriendo las puertas para lograr ese objetivo. Alimport ha sido un importador sumamente importante en el que hemos confiado, porque a pesar de lo complejo de las relaciones entre los dos países, hemos encontrados puntos de acuerdo beneficiosos para ambas partes. Tenemos productos que pueden interesarle a Cuba y queremos explorar la posibilidad de incursionar también en la exportación de huevos” asegura Vettorazzi.
Dado sus vínculos con el empresariado nacional, la directiva de USAPEEC también aprecia que existen oportunidades a partir de la ampliación del sector privado, con la aprobación de micro, medianas y pequeñas empresas (mipymes) y las cooperativas no agropecuarias como estandarte.
La posibilidad de establecer relaciones con entidades no estatales también ha despertado un mayor interés para Michael González, un cubano-americano asentado desde hace más de dos décadas en el sur de la Florida, y que asiste por tercera vez a este tipo de encuentros, aunque ahora con una mayor variedad de productos en su catálogo.
MZ Products, la empresa que dirige, tiene como rubro fundamental la exportación de motos y bicicletas eléctricas, junto a toda la gama de componentes y accesorios de las mismas, pero también de equipos electrodomésticos de amplio uso en el hogar.
“Hemos avanzado, aunque de forma lenta, buscando la vía para convertirnos en proveedores de este tipo de producto altamente demandado en el país. Por eso venimos con muchas expectativas sobre el temas de las nuevas mipymes, porque la demanda de ellas puede impulsar nuestros negocios y estamos en condiciones de satisfacerla”, dice González.
Aunque confiesa que aun no puede calibrar con exactitud el alcance de una medida relativamente nueva, ve como un acierto esta oportunidad y la voluntad de brindar a los cubanos residentes en el exterior la oportunidad de invertir o establecer negocios en el país. “Hasta ahora mi origen no ha sido una dificultad y espero que así siga siendo, mientras que cumpla con todos los requisitos y cuente con las licencia necesarias para realizar nuestro trabajo”.
“Estamos ya en fase de conversaciones con una mipyme que cuenta con la posibilidad de realizar ventas minoristas y mayoristas. Seríamos sus proveedores y esperamos que funciones. Conocemos de algunos de estos nuevos emprendimientos que han podido ya importar y exportar con buenos resultados”, señala González.
En la misma cuerda se prenuncia Víctor Moro, vicepresidente de la compañía Vima, especializada en la comercialización de alimentos y con presencia en la Isla desde 1994.
“Creemos que cuantas mas oportunidades se puedan generar en la forma de gestión no estatal, y que permitan manejar este tipo de operaciones, será muy beneficioso para toda la economía del país”, opina sin vacilar este empresario español.
Moro considera que haber regresado a la feria luego de seis años ausentes es muestra de la importancia que le dan al segmento de mercado que representa Cuba, y que le permite una expansión hacia otros de la región, como México y República Dominicana.
“Queremos seguir creciendo con más presencia en el mercado interno y soportando también las necesidades del sector del turismo, pero también la entrada de estos nuevos actores económicos es para nosotros una gran oportunidad” reconoce.
Es un hecho que los productos de Vima son habituales entre las ofertas de varias mipymes y otros tipos de negocios que utilizan las plataformas digitales para la comercialización.
“Son un complemento a nuestra incursión en las cadenas de supermercados y permite que un numero mayor de personas, sobre todo en lugares más apartados de la capital, pueda tener accesos a nuestros productos. Sin dudas, pueden incrementar nuestras ventas”, considera el empresario.
No obstante, aspira a que en algún momento se les permita expandir la inversión en estructuras propias de almacenamiento y transporte, sobre todo para mejorar en el alcance y la calidad de los productos congelados del catálogo. “La idea es seguir potenciando la marca y por eso estamos aquí”, sentencia.
La presente versión de FIHAV ha sido capaz de despertar cierto interés, debido en parte a algunas de las medidas adoptadas por el gobierno cubano para solventar la compleja situación económica que vive el país.
El empresariado extranjero ha llegado a la cita con deseos de medir el alcance de este giro hacia la implementación de un sector notablemente menospreciado durante décadas, que si bien no aparece como una solución mágica para la acumulación de problemas económicos estructurales, debería tener un impacto positivo para paliar la crisis.
Desde que en septiembre de 2021 se aprobaron las primeras mipymes y cooperativas no agropecuarias, han recibido luz verde para operar cerca de 6 000 emprendimientos de este tipo en un amplio abanico de sectores, aunque es válido aclarar que casi la mitad corresponde a la reconversión de negocios que ya existían.
De momento, FIHAV 2022 les sirve de vitrina, a la vez que les facilita el contacto con posibles socios en futuras aventuras empresariales. Quedaría por ver al final cuántas y cómo pueden aprovechar una oportunidad como esta.
Sobre el articulo que habla sobre la FIHAV. Creo cabe recordar que antes de la era Obama aqui en Cuba hubo un gran deshielo hace años con los productores norteamericanos. Informense bien y veran .