El presidente Miguel Díaz-Canel calificó de epidemia el repunte de casos de dengue, chikunguña y oropouche en la isla y llamó a enfrentar esas arbovirosis como se hizo contra la covid-19.
En una reunión de expertos y científicos este martes para temas de Salud, Díaz-Canel ordenó “enfrentar esta epidemia como mismo se trabajó la Covid-19”, con encuentros semanales para monitorear indicadores y ajustar medidas, señala el periódico Granma.
Esta es la primera vez que el Gobierno cubano reconoce como epidemia una situación que oficialmente nombra como “síndrome febril inespecífico”, porque las tres enfermedades provocan elevadas fiebres, tras un fuerte incremento de los contagios en el país que han puesto en tensión los servicios médicos.
2025: el año epidémico
Con 21 681 casos sospechosos de chikungunya en 14 provincias y 93 municipios, y 38 municipios con dengue activo —incluyendo todos los de La Habana—, el doctor José Raúl de Armas Fernández considera que 2025 es “el año epidémico”.
| “Vamos a trabajar esta epidemia como mismo se trabajó la COVID-19”, indicó el Presidente @DiazCanelB, en reunión con expertos y científicos. Convocó a encuentros semanales para, desde la ciencia, aportar análisis y propuestas de soluciones.
| https://t.co/UvPq986K2d pic.twitter.com/Kvtxg97mFe
— Presidencia Cuba (@PresidenciaCuba) November 12, 2025
En el reporte divulgado por Granma no se indicaron cifras de casos de dengue y oropouche. Los últimos datos oficiales, de hace tres semanas, hablaban de unos 2360 afectados por dengue, principalmente de la variante más peligrosa para la salud.
A mediados de octubre, las autoridades cubanas anunciaron que tres personas habían fallecido en Cuba por complicaciones graves del dengue, confirmados a través de estudios necrológicos de los cuerpos y el diagnóstico previo de los pacientes. Sin embargo, no se detallaron las fechas de los decesos, el perfil de los muertos ni en qué territorios residían.
En ese momento, en declaraciones para la televisión estatal, la viceministra cubana de Salud Pública, Carilda Peña, aseguró que estos virus representan un problema “nacional” debido a que los índices de infestación de mosquitos son “muy elevados” y la situación por la falta de combustible en el país es “muy compleja” como para poder realizar las fumigaciones necesarias.
¿Y los mosquitos?
En control vectorial, la doctora Madelaine Rivera Sánchez admitió en la reunión de ayer que la fumigación no cubre todo el territorio como en brotes previos, pero se concentran recursos en zonas complejas.
“Estamos tratando de abarcar todas las zonas urbanas a donde podamos llegar; no solo a donde tenemos evidencias, sino también a donde las personas nos dicen que hay presencia de casos”, afirmó.
En ese contexto, anunció que a los municipios “críticos” llegarán nuevos equipamientos. “Es muy importante la percepción de riesgo de todos nosotros, y el apoyo siempre, para que las acciones de control de vectores se puedan realizar”.
El fuerte repunte de estas enfermedades en Cuba se produce en medio de una severa crisis económica, que se refleja en los diarios y prolongados cortes de energía eléctrica, irregularidades en el abastecimiento de agua, escaso transporte público y la dolarización parcial de la economía.
La ruina logística está detrás de la crisis de la basura en La Habana
Esta situación incide directamente en la propagación de los mosquitos que transmiten las enfermedades, porque por falta de combustible —el Estado no tiene divisas para importarlo— se han reducido las fumigaciones y no se recoge con frecuencia la basura, que se acumula en las calles a lo largo del país.
Las cifras reales de la epidemia son difíciles de estimar porque muchos centros médicos cubanos no tienen las pruebas para confirmar la enfermedad concreta, y gran parte de los cubanos no acuden a los hospitales por el deterioro de los servicios sanitarios y la falta de medicinas.
OnCuba/EFE.












El 9 de Octubre de 2025 nuestro ministro de Salud desmentía ante la prensa oficial las alegaciones en redes sociales de una epidemia que se originaba en poblados de Matanzas.
Decenas o cientos de miles de casos después, y cuidado no se acerque al millón pues la mayoría no va al médico (para qué si no te dan nada? Y cuánto le cuesta ir, y si viene el agua o la luz, y no llena los tanques o cocina, y si… Y si) entonces llegamos a la conclusión de que es una epidemia. Vaya merecemos un Nóbel.
Con esa velocidad de pensamiento y ritmo de aceptación de la realidad, puede que en el 2050 se explique bien en los libros de historia porqué se cayó la Urss si era democrática, en el 2100 se reconozca que fue un error la tarea “Alvaro Reinoso” de desmontar centrales, en el 2200 que el Ordenamiento Monetario fracasó y en el 2500 que el GAE fue contraproducente para la economía nacional. Y así será con todo sucesivamente. Un ritmo en verdad vertiginoso.
Volviendo al tema, qué bueno que ahora lo reconocen. Qué malo que ni se autocritican por no reconocerlo antes cuando era ya obvio.
Y qué? Qué van a hacer objetivamente?
Eso es lo que necesitamos: hechos concretos.