Tras semanas de quejas y resistencia de videojugadores cubanos, una organización estatal de computación absorberá los servicios de una red callejera que por más de una década se extendió sin usar Internet y de manera privada en La Habana.
Los Joven Club de Computación, una dependencia estatal, tomará control de SNET, la red de la calle, gracias a una ley que entró en vigor en julio y autoriza a las personas a tener redes privadas, aunque paradójicamente desarticula a la mayor de éstas.
“Este servicio irá creciendo a partir del aumento de la infraestructura” de Joven Club, dijo en reportes a medios locales el jueves por la noche, Pablo Julio Plá Feria, director general de Comunicaciones del Ministerio de Comunicaciones saliendo al cruce de protestas en redes y una manifestación de jóvenes realizada la semana pasada frente a la sede de la dependencia gubernamental para que dejaran operar a SNET.
SNET creció vertiginosamente en una década. Sin Internet y a partir de la conexión inalámbrica –o en el caso de edificios, tirando cables– las personas fueron creando sus nodos y enganchando usuarios para jugar.
Observadores aseguran que actualmente tiene más de 40.000 miembros en la capital.
Una red de ese tipo no era ilegal cuando comenzó a crecer pero tampoco estaba permitida. Se instaló por la ausencia de una normativa que la regulara, pero ahora las nuevas reglamentaciones establecen potencias más bajas que las que tiene SNET y menores distancias que las que cubre, dejándola fuera de la legalidad.
La red se convirtió en una plataforma a la que acudían los usuarios a jugar –sin Internet– Battlefield o World of Warcraft o intercambiar en foros de deportes o fotos. Estaba prohibido hablar de política, pasar pornografía o insultar.
Los administradores por municipio mantenían los nodos y cuando algún equipo se rompía –en un país en el que las leyes del embargo impiden conseguir piezas– entre todos ponían dinero para arreglarlo.
“SNET es una familia”, dijo a la AP en una entrevista por Twitter el usuario Ernesto de Armas, de 24 años. “Alguien que no sea ‘gamer’ en Cuba difícilmente entenderá lo que se siente perder no sólo, estos universos fantásticos, sino la comunidad”.
A partir de la aplicación de la resolución el 29 de julio, los ánimos se comenzaron a calentar y los usuarios pedían que se modificara la ley para que se permitiera a SNET seguir operando como hasta ahora.
Además de las protestas ya mencionadas se convocó el viernes a una campaña en Twitter bajo la etiqueta #YoSoySnet y #FuerzaSnet, pero algunos jóvenes como De Armas denunciaron que fueron llamados por la policía esta semana y en su caso envió un mensaje horas después desistiendo de cualquier acción por SNET para no afectar a los suyos.
Entre tanto funcionarios de los Joven Club comenzaron a realizar pruebas pilotos para dar acceso a los usuarios de SNET y aseguraron que incrementarán su infraestructura para cumplir con los servicios en el marco de la nueva ley.
¿Podría desaparecer Street Net, la red privada de datos más grande de Cuba?
Sin embargo, muchos de los jugadores platearon su desconfianza y dudas técnicas pues dada la baja potencia permitida, quienes no estén cerca de una torre de Joven Club quedarán desconectados. También cuestionaran que la dependencia gubernamental les quisiera cobrar cuando muchos de ellos jugaban desde sus hogares gratis y en el “ambiente saludable” –o sea sin violar normas– que ahora la institución les ofrece.
“Si los Joven Club de Computación y Electrónica con sus más 20 de creados no ha logrado llegar a la familia cubana como lo ha hecho #SNET en poco tiempo ¿Por qué quieren eliminar #SNET?”, se preguntó un usuario de Twitter identificado como Juan Pérez.
Además se preguntaron sobre el destino de los equipos de los nodos y los comprados por miles de usuarios mediante la colecta de dinero bajo el cuidado de los administradores y que ahora no podrán operar, sino bajo la tutela de los Joven Club.
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