En un intento por controlar la plaga del caracol gigante africano, el gobierno cubano convocó a una jornada de trabajo voluntario para la semana del 23 al 28 de septiembre en los 105 Consejos Populares de La Habana.
Dotado de un apetito voraz, este caracol es capaz de devorar cualquier vegetal con el que se encuentre en su camino. Si bien no es venenoso, se considera una plaga debido a su potencial poder destructivo de cultivos y cosechas, lo cual puede producir un desequilibrio en el ecosistema.
Pero no es este su mayor problema, sino su capacidad de transmitir enfermedades a las personas. Portan parásitos que al entrar en contacto con el ser humano podrían desencadenar la meningitis eosinofílica y la angiostrongiliosis abdominal.
Elizabeth Peña Turruellas, jefa del Programa Nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, dijo a la prensa cubana que el objetivo de la actividad era exterminarlo mediante su concentración, al utilizar trampas con frutas y viandas, su destrucción mecánica, su incineración, la aplicación de productos como la cal y otros recomendados por la Dirección de Sanidad Vegetal.
Asimismo, explicó que para lograrlo era necesario lograr una participación popular lo más amplia posible. Esta acción persigue generalizar las experiencias prácticas alcanzadas en los distintos territorios para detener la difusión del caracol gigante africano a otras áreas.
La propagación que ha alcanzado en áreas de la provincia de La Habana, exige la participación conjunta de todas las fuerzas que de una u otra forma se vinculan a este fenómeno, explicó.
El caracol gigante africano (Lissachatina fulica) es oriundo de África del Este, desde donde se ha dispersado a gran parte de los países de la franja tropical y subtropical del planeta. Actualmente está presente en todos los continentes.
Desarrolla una asombrosa capacidad reproductiva. Este animal es excepcional entre todos los caracoles debido a que además de ser hermafrodita, como el resto de sus congéneres –que tienen órganos reproductores masculinos y femeninos–, esta una especie capaz de autofecundarse.
Si a lo anterior se agrega que cría unas cinco o seis veces al año con una puesta promedio de unos doscientos huevos, y que aproximadamente el 90 por ciento eclosionan y consiguen llegar a adultos, la capacidad destructiva e invasora de esta especie es espeluznante.
El molusco se encuentra en Cuba desde el 2014 y se ha detectado en al menos ocho provincias.