La Habana podría comenzar la desescalada post-COVID-19 y, con ello, la gradual vuelta a la normalidad en los próximos 15 días, según trascendió este lunes en una reunión del Consejo de Defensa Provincial de la capital cubana.
Los indicadores que expresan el comportamiento y evolución de la enfermedad en la urbe en las últimas jornadas “confirman una evolución positiva de la situación epidemiológica, que de mantenerse propiciarán que durante los próximos 15 días, la provincia transite hacia la fase uno, de la primera etapa dentro del programa concebido para el retorno a la normalización”, apunta Tribuna de La Habana.
Según la publicación, las máximas autoridades habaneras dieron la noticia basadas en los pronósticos de los modelos matemáticos y el aval de los especialistas, pero pidieron a la población “un comportamiento responsable” para poder comenzar la desescalada, y un “total respeto a las normas y disposiciones implementadas para el momento”.
Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de La Habana, afirmó que la capital no puede darse “el lujo de retroceder”, en momentos en que toda la Isla, salvo la capital y la provincia de Matanzas, iniciaron la vuelta a la normalidad, y dijo que ello “solo es posible con objetiva percepción de los riesgos, estricta disciplina y cierre hermético de todas las brechas que permitan el ingreso del SARS CoV2 a nuestro organismo”.
Cuba inicia sin La Habana su gradual reapertura post COVID-19
Torres Iribar exhortó a los habaneros a “multiplicar el rigor, dejar a un lado las imprudencias y tomar conciencia”, y aseguró que “aun cuando el sistema de salud de la Isla ha demostrado ser fuerte, morirse a causa del mal es poco común y el aislamiento resulta estresante, todavía el riesgo existe y cualquier descuido puede revertir los resultados cuando la batalla prácticamente está por ganarse”.
El dirigente explicó que para evitar un retroceso en La Habana se actuaría “con todo rigor contra quienes todavía se resisten a usar el nasobuco, violan el distanciamiento físico, de una u otra manera, o irreverencian cualquier otro de los ordenamientos llamados a cortar la cadena de transmisión”.
Cuba inició el pasado jueves 18 de junio la primera etapa de su reapertura gradual tras casi tres meses de restricciones por la COVID-19, un regreso a la normalidad en tres fases que de momento no incluye aún a la capital ni a su vecina Matanzas, que han registrado casos positivos en las dos últimas semanas.
En particular, La Habana, donde viven alrededor de 2,2 de los 11,2 millones de habitantes de la Isla, concentra la mayoría de los contagios detectados en los últimos 15 días, aunque en las últimas jornadas sus cifras diarias han sido las más bajas desde el pasado mes de marzo.
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La primera fase de la desescalada en Cuba, que ya está en vigor en 13 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, mantiene varias de las restricciones actuales como el uso obligatorio del nasobuco y el distanciamiento físico, pero permite la reactivación del transporte público y el trabajo autónomo.
Por su parte, reabren con limitaciones de capacidad los servicios hospitalarios y algunos centros de ocio como museos, zoológicos y piscinas. Se permitirá nuevamente el acceso a las playas, pero bajo vigilancia policial en un inicio, y el turismo abrirá solo para el público nacional hasta el 1 de julio, cuando los turistas extranjeros podrán vacacionar en los cayos cubanos, aunque sin acceso a la Isla.
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