La Asamblea General de la ONU aprobó nuevamente este jueves una resolución para exigir el fin del embargo estadounidense contra Cuba, luego de la presentación y debate de la iniciativa impulsada por el país caribeño.
El llamamiento, que viene haciéndose anualmente desde hace tres décadas, recibió otra vez un respaldo mayoitario, con 185 votos a favor, dos en contra —Estados Unidos e Israel— y dos abstenciones, las de Brasil y Ucrania.
La votación no tiene carácter vinculante, por lo que Estados Unidos suele hacer caso omiso a la opinión del resto de los países. No obstante, el resultado ha sido celebrado por las autoridades y medios oficiales cubanos, por gobiernos aliados y otros miembros de la comunidad internacional.
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El canciller cubano, Bruno Rodríguez, al presentar el texto antes de la votación, denunció que el bloqueo es un “acto deliberado de guerra económica” y que tiene un efecto similar al de “una pandemia permanente, de un huracán constante”.
Rodríguez subrayó además que desde el año 2019, cuando el Gobierno de Trump endureció las sanciones, esta política tiene “una dimensión extrema, más cruel e inhumana, para infligir deliberadamente el mayor daño posible a las familias cubanas”, refiere la agencia EFE.
“No atribuimos al bloqueo todas las dificultades que enfrenta hoy nuestro país, pero faltaría a la verdad quien niegue sus gravísimos efectos y no reconozca que es la causa principal de las privaciones, carencias y sufrimientos de las familias cubanas”, insistió, citado por reportes de prensa.
Estados Unidos se abstuvo en la votación de 2016, en pleno proceso de acercamiento con Cuba por parte de la Administración de Barack Obama, lo que permitió que ese año la iniciativa saliera adelante sin oposición, aunque volvió a su tradicional rechazo con Donald Trump.
El año pasado, en su primera oportunidad para pronunciarse —porque en 2020 no hubo voto por la pandemia—, el Gobierno de Joe Biden mantuvo el “no”, algo que reepitió ahora junto al tradicional acompañamiento de Israel.
Al respecto, Rodríguez señaló que la administración Biden “no tiene una política propia hacia Cuba” y que “actúa por inercia y da continuidad a la política inhumana de máxima presión instaurada durante la Presidencia de Donald Trump“.
Además, dijo que Cuba está dispuesta a “avanzar hacia un mejor entendimiento“ con Estados Unidos y “a desarrollar relaciones civilizadas y de cooperación, sobre la base del respeto mutuo y sin menoscabo a nuestra soberanía“, según reseña EFE.
Mientras, la delegación estadounidense, que tomó la palabra para explicar su voto negativo, aseguró que su política busca apoyar al pueblo cubano “en su búsqueda de la libertad, prosperidad y un futuro con más dignidad“, y denunció el encarcelamiento y represión a opositores cubanos, algo que los representantes oficiales de la Isla consideraron como “acusaciones falaces”.
“Si al Gobierno de Estados Unidos le interesaran realmente el bienestar, los derechos humanos y la libre determinación de los cubanos, podría levantar el bloqueo y colaboraría con la cooperación internacional”, apuntaron los diplomáticos cubanos, quienes llamaron también a que Cuba sea retirada de la lista de países que, en opinión de Washington, son patrocinadores del terrorismo.
En este sentido, Cuba también recibió numerosos mensajes de solidaridad en la sesión de la Asamblea General de la ONU, sobre todo de naciones latinoamericanas y caribeñas, africanas y asiáticas.