Entre sombras. En silencio. Como un fugitivo o un condenado. Así salió el Norwegian Sky de La Habana.
No hubo fanfarrias, ni pitazos, ni música. Tampoco nadie saludando de uno u otro lado de la bahía, ni pasajeros respondiendo la despedida desde el barco. Apenas unos pocos pescadores y algún que otro corredor tempranero presenciaron, ajetreados en lo suyo, la salida del último crucero de Norwegian Cruise Line de la capital cubana. Al menos, por el momento.
A las 6:00 am de este 5 de junio la ciudad todavía no se despabilaba. La noche teñía los contornos de una Habana a oscuras, callada y somnolienta, ajena en apariencia –solo en apariencia– a las medidas anunciadas ayer por el gobierno de EE.UU., entre ellas la prohibición de los cruceros a la Isla.
Muchos cubanos lo sentirán a partir de ahora en su bolsillo, en su día a día.
El paso de la nave fue rápido, más de lo imaginado. En cuestión de minutos, dio marcha atrás hasta la posición de salida y enfiló en busca del mar abierto. El Cristo de Jilma Madera, apenas encendido, lo vio pasar silente, con el barco práctico escondido a su izquierda, como apenado o confundido por su partida.
El día anterior, Norwegian Cruise Line ordenó la salida del Sky del puerto habanero ante las nuevas medidas de la administración Trump. Además, canceló la llegada de otro de sus barcos, el Sun, prevista para este miércoles, y redireccionó su página web dedicada a Cuba a la de los cruceros a Bahamas y Florida.
En un comunicado, la empresa estadounidense dijo este martes que sigue “de cerca estos desarrollos recientes” y su impacto en los viajes en crucero a la Isla. “Nos comunicaremos con nuestros huéspedes y socios cuando haya más información disponible”, aseguró.
Otras compañías de cruceros como Carnival y Royal Caribbean –de la que hasta esta tarde queda un barco en el puerto habanero– también emitieron declaraciones similares e interrumpieron sus viajes a Cuba.
Con este escenario, las reservas e itinerarios previstos hasta 2020 han quedado en un limbo y, según expertos, probablemente sean intercambiados a otros destinos.
La floreciente industria de cruceros a Cuba, que tenía en los barcos y viajeros estadounidenses a sus principales protagonistas y que hasta ayer se había librado de la cruzada anticubana del gobierno de Trump, está oficialmente en stand by.
O, en realidad, va en retirada, como lo hizo el Norwegian Sky esta madrugada. Poco a poco se alejó de la ciudad, removiendo el oleaje en la bahía, perdiéndose más allá del Morro.