En el aeropuerto de Malpensa, la Brigada Médica cubana fue recibida con largos aplausos. Todo el mundo los escuchó y vio en las redes luego de su aterrizaje este domingo. Dos horas después, el grupo, compuesto por 37 especialistas y 15 integrantes del personal de enfermería, habían llegado a Crema donde pronto se habrían de enfrentar a lo que será una cotidianidad inusitada y angustiosa.
Para el médico intensivista Leonardo Fernández, uno de los primeros problemas, antes de darle la cara incluso a la propia enfermedad, ha sido el frío. Lo dice en broma para la agencia Ansa que lo entrevista por teléfono. Fernández es de la opinión que solo el Ébola ha sido más grave que la pandemia del coronavirus.
Tiene 68 años y su experiencia comprende emergencias internacionales por terremotos, tsunamis o epidemias como la fiebre hemorrágica en Liberia. Su única consigna parece ser una: “Ayudar, ayudar y ayudar”.
Como sus compañeros, este hombre, natural de Guantánamo, se encuentra en Crema, el municipio de la provincia Cremona situado al este de Milán. La región pertenece a Lombardía, la zona más azotada por la pandemia.
La brigada cubana ocupa dos locaciones allí: una diócesis y un hotel. Frente al hospital de campaña, levantado en el estacionamiento a la entrada de la sala de emergencias del hospital Maggiore, dispusieron un centro de elaboración para garantizar la alimentación de los cubanos.
El hospital de campaña cuenta con unos treinta espacios, algunos de los cuales serán dedicados a cuidados intensivos.
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El lunes, después del desayuno, los cubanos tuvieron una reunión informativa junto a médicos y enfermeras del hospital Maggiore, colapsado debido a explosión de ingresos.
“Confiamos en el hecho de que serán grandes aliados en la lucha contra el virus, en el cuidado de nuestros conciudadanos enfermos y también en un pequeño alivio para nuestros trabajadores de la salud, ahora agotados”, les dijo la alcaldesa, Stefania Bonaldi.
Pero, mucho antes de que los especialistas cubanos estuvieran aquí, en Crema se disparó también la cortesía para recibirlos.
Juntaron algunas bicicletas en las cuales habrían de trasladarse del alojamiento al hospital, aunque, dijo Bonaldi que por el momento no serán necesarias: tendrán transportación en ómnibus.
No hubo una bienvenida oficial para evitar aglomeraciones; la verdadera fiesta con ellos y con todos los operadores será con motivo de su partida. Ese momento significará el fin del virus.
En tanto, Fernández sabe que los cubanos permanecerán en Crema el tiempo necesario para resolver la emergencia. Tanto como sus colegas, dice este hombre sentirse seguro de que “ganaremos contra Covid-19, no tengo dudas”.
Con información de Ansa, Cremaonline.it y Varesenews.it