Los Obispos Católicos de Cuba se han manifestado después de las protestas registradas en la Isla este domingo 12 de julio. “Hermanos, no podemos cerrar los ojos o entornar la mirada, como si nada estuviera sucediendo, ante los acontecimientos que ha vivido nuestro pueblo en el día de ayer, domingo 11 de julio, y que en algunos lugares continúan hoy, donde en medio de las restricciones por el aumento de contagio con el COVID-19 y, a pesar de ello, salieron a las calles miles de personas en ciudades y pueblos de Cuba, protestando públicamente, expresando su malestar por el deterioro de la situación económica y social que vive nuestro pueblo y que se ha acentuado de manera significativa”.
Así comienza el llamado al pueblo cubano, firmado el lunes 12 y en el que subrayan “que el Gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”.
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Los obispos firmantes aseguran estar preocupados porque “las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos” y dicen que no solo ven “que las situaciones se agravan, sino, también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”.
“No se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación, sino cuando se ejercite la escucha mutua, se busquen acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión, a construir la Patria “con todos y para el bien de todos”, aseguran.
En el mensaje, que cita al Papa Francisco, advierten que “la violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar” e invita a superar esta crisis con “serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia”, y recuerda la necesidad de respetar al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba está presidida por el obispo de Holguín, Emilio Aranguren Echeverría, y la componen todas las diócesis y arquidiócesis de la Isla.
Según Efe, se calcula que el 60 % de la población cubana, de 11,2 millones de habitantes, es católica, un estimado realizado sobre la base de personas bautizadas, aunque el porcentaje de cubanos que asiste a misa dominical se reduce a un 2 % y en los últimos años se ha producido un proceso de expansión de las iglesias evangélicas.
Es lo más lógico y claro para la situación que estamos viviendo. Pero se necesitan de las 2 partes para eso y ahora mismo el Gobierno ha echado a fajar a cubano contra cubano
Hay una necesidad de diálogo inclusivo, de no estigmatización, de limpiar de corrupción instituciones y calle. De salir adelante en las complejas situaciones, De sentirse estimulado por el trabajo, de que trabajen todos los que puedan aportar al país. La verdad siempre es más fuerte que la mentira. Hay que conocer y analizar todos los puntos de vista. Lo bueno es bueno y lo malo es malo no importa de donde venga.