El Buque Escuela “Simón Bolívar”, de la Armada de Venezuela, llegó este sábado a Santiago de Cuba, tal como habían anunciado con antelación las Fuerzas Armadas de la isla.
Su llegada a Cuba coincide con la presencia de una flotilla rusa y un buque patrullero de Canadá en la bahía de La Habana, y de un submarino de EE.UU. en Guantánamo, en un inusual momento de convergencia de navíos militares extranjeros en el país caribeño.
El Simón Bolívar arribó a Santiago como parte de su curso de instrucción en el extranjero y a su entrada a la bahía fue saludado con 21 salvas de cañón desde el Castillo del Morro San Pedro de la Roca.
Además, ya en el muelle fue recibido por autoridades civiles y militares de Cuba, y por el representantes diplomáticos de Venezuela en la isla, así como por artistas santiagueros, reseña la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Conocido como el “Embajador sin fronteras”, el buque venezolano llegó a Santiago con 173 tripulantes a bordo, entre oficiales, sargentos, marineros y cadetes. Su partida está programada para el miércoles 19 de junio, rumbo a Santa Marta, Colombia.
En su quinta visita a esa urbe cubana, la tripulación del buque desarrollará “un amplio programa de actividades que incluye visita a escuelas, recorridos por la ciudad e intercambio con autoridades políticas, gubernamentales y el pueblo en general”, informa el despacho oficial.
Con una eslora de 82,4 metros, una manga de 10,4 y un calado de 4,4, el Simón Bolívar podrá ser visitado por la población desde este domingo y hasta el próximo martes, desde las 10:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.
Colas en La Habana para la fragata rusa
A la par, este sábado concluyeron las visitas abiertas de la población cubana a la fragata rusa fragata “Almirante Gorshkov”, anclada en el puerto de La Habana.
De acuerdo con varios reportes de prensa, los cubanos hicieron largas colas para visitar la embarcación, una de las estrellas del destacamento naval de Rusia llegado a la capital cubana el pasado 13 de junio,
A pesar de las lluvias que han azotado a la isla, y en particular a La Habana, en los últimos días, cientos de personas esperaron por horas para subir al barco y ver también de cerca al submarino nuclear Kazan, cuya presencia en la isla ha generado controversia y expectación.
Las visitas fueron posible entre el mediodía y las 4:00 de la tarde, según informó en sus redes la Embajada de Rusia.
“Es algo bastante emocionante. Es una oportunidad única para muchas personas y es algo superbonito”, dijo a la agencia EFE una madre que hizo tres horas de cola junto a su hija para poder visitar la fragata.
El medio español y otras publicaciones refieren que las colas no cesaron desde el jueves. Muchos fueron con paraguas y sombrillas, y permanecieron aun bajo la lluvia, mientras otros se refugiaron en portales cercanos cuando comenzaban los aguaceros.
La flotilla rusa partirá este lunes de La Habana y está previsto que recale también en puertos venezolanos y realice maniobras en aguas internacionales del Mar Caribe.
El gobierno de Estados Unidos aseguró no estar preocupado por la visita de la escuadra rusa, a la que dijo no considerar una amenaza. No obstante, coincidentemente un submarino estadounidense llegó esta propia semana a la Base Naval de Guantánamo y, según reportes, los barcos rusos fueron seguidos en la distancia por embarcaciones estadounidenses.
El Gobierno cubano confirmó haber sido informado con antelación por Washington sobre la llegada del submarino, pero aseguró no gustarle su presencia en Guantánamo.
Según dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de la isla, Carlos Fernández de Cossío, las visitas de medios navales extranjeros a Cuba —como las de la flotilla rusa y el buque patrullero de Canadá— resultan “de una invitación y este no es el caso”.