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El Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) alertó este sábado sobre intensas lluvias, chubascos y tormentas eléctricas en las provincias del este y algunas del centro asociados a una onda tropical activa y reiteró que mantiene “estrecha vigilancia” sobre este sistema.
Una nota del Centro de Pronósticos del Insmet divulgada en sus redes sociales precisó que en las lluvias han sido más fuertes en localidades de la provincia de Guantánamo con reportes superiores “a los 200 milímetros de precipitación”.
Los meteorólogos cubanos informaron que el sistema tropical continúa con lento movimiento en el área geográfica, por lo que se mantienen los nublados en “gran parte del oriente del país, Jamaica, porción norte del mar Caribe central, La Española y el sudeste de Las Bahamas”.
La Defensa Civil llamó a mantenerse informados a través de los medios de comunicación y los perfiles oficiales de las redes sociales, así como “cumplir disciplinadamente las indicaciones impartidas por las autoridades locales”.
Proponen nueva escala de huracanes con categoría 6 que incluiría lluvias y marejadas
El Insmet reiteró que la actual temporada de ciclones en el océano Atlántico, el Golfo de México y el Mar Caribe 2025, vigente desde este 1 de junio hasta el 30 de noviembre será “muy activa”, con la posible formación de ocho huracanes.
Indicó además que las probabilidades de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe es elevada (75 %), mientras que es del 50 % para que uno de procedencia atlántica penetre en el Mar Caribe y afecte a la isla.
En la temporada ciclónica de 2024 se registraron siete tormentas tropicales y once huracanes, de los cuales cinco alcanzaron la categoría de 3 o superior, de un máximo de cinco en la escala Saffir-Simpson que mide su intensidad. Dos de esos eventos meteorológicos impactaron fuertemente a Cuba.
El 20 de octubre, Óscar tocó tierra cubana como un huracán categoría 1 en la provincia Guantánamo (extremo este) con vientos de hasta 130 km/h. Después se degradó a tormenta tropical y dejó ocho fallecidos, daños a 12.000 viviendas, inundaciones que aislaron comunidades, pérdidas en la agricultura y otros estragos.
Unas dos semanas después, el huracán Rafael, de categoría 3, golpeó el occidente cubano, mayormente a la provincia Artemisa —con vientos sostenidos de 185 km/h—, -aunque también afectó a las vecinas La Habana y Mayabeque- y provocó el colapso total del sistema eléctrico nacional.