Los 242 embalses de Cuba retenían en las primeras semanas de mayo el 79 por ciento de su capacidad, entre las cifras más altas registradas al inicio del periodo lluvioso (mayo a octubre) en 25 años.
El volumen actual de las presas supera en más de 3,373 millones de metros cúbicos el nivel de agua acopiado en igual fecha de 2017, al tiempo que también sobrepasa en 2,103 millones el promedio histórico para la “época húmeda”, revelaron al diario Granma directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.
Esta situación contrasta con la intensa sequía que sufrió el país en los últimos tres años, considerada la peor del siglo, con graves consecuencias para la agricultura y afectaciones en cerca del 70 por ciento del territorio cubano, un momento en el que los embalses llegaron a retener solo el 40 por ciento de su capacidad.
Hoy, las represas para el suministro a la población muestran “un estado muy favorable, con el 78 por ciento de llenado útil”, mientras que las 15 reservas de agua subterránea que tributan a las principales ciudades y polos turísticos se encuentran “en estado normal”, señala Granma.
En el anterior periodo seco (noviembre a abril) el acumulado promedio nacional de lluvias fue de 477,5 milímetros cúbicos, que significa el 143 por ciento de la media histórica.
Ese registro poco usual se obtuvo a pesar del fenómeno La Niña en el océano Pacífico ecuatorial, cuya influencia sobre Cuba causa una disminución en las ya escasas lluvias de esos meses del año.
Según datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, las regiones oriental y central –las más golpeadas por la pasada sequía– fueron las más favorecidas por las precipitaciones con 667,7 milímetros cúbicos (165 por ciento de la media) y 457,7 milímetros (161 por ciento), respectivamente.
En el occidente cubano llovió menos, al caer 284,4 milímetros (90 por ciento).
Desde niño campesino vi sufrir a mis padres por las sequias y vi morir el ganado y hasta las naranjas
se secaban. Por eso me alegra cuando veo caer el agua y los rios volver a correr Ojala siga lloviendo
ver el cauto como cuando mi adolecencia en Palma.