El negociador jefe del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Ottty Patiño, abogó hoy en La Habana por lograr un cese al fuego “temporal con vocación de darle prolongación y profundidad“ que permita en octubre unas “elecciones en paz“.
Patiño hizo estas declaraciones en un encuentro con medios internacionales y colombianos en La Habana, tras la instalación del tercer ciclo de la mesa de diálogos de paz en Cuba, ronda que sigue a las celebradas en Venezuela (noviembre) y México (marzo).
“La idea es que pactemos un cese temporal con vocación de darle prolongación y profundidad, y que sea irreversible“, aseguró el negociador jefe de la delegación gubernamental.
El objetivo, agregó, es que cuando lleguen los comicios, Colombia tenga un cese al fuego que impida el “sabotaje a las elecciones“, el “constreñimiento a los electores“ y cualquier “mediación armada“, a la vez que permita “libertad para que los partidos puedan poner sus candidatos“.
“Todo ese tema de unas elecciones en paz es lo que nos obliga en esa profundización del cese al fuego“, apostilló.
En este asunto, el negociador jefe del ELN, Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, aseguró este lunes que su objetivo era un cese al fuego diseñado con “realismo“, para que funcione “al 100 %“. Subrayó que esa medida sería “preliminar“ y que debe ser “totalmente lograble, medible y evaluable“.
Patiño, por su parte, indicó que en el cese al fuego están incluidas las hostilidades (daños contra la población civil: de amenazas a confinamientos, pasando por desplazamientos forzados y el reclutamiento de menores) y conlleva una “limitación geográfica“ para que sea verificable.
Subrayó que “sin cese al fuego es imposible avanzar las transformaciones y las acciones humanitarias“ que también se negocian en estos diálogos de paz y que “sin cese al fuego y sin cese de hostilidades no es posible una transformación y una participación democrática“ para que tenga voz una “inmensa“ parte de la población colombiana.
Avanzar rápido
Colombia puede estar “confiada de que vamos a llegar a un cese al fuego, que vamos a avanzar sobre el tema de la participación y que vamos a consolidar lo de acciones y dinámicas humanitarias“, indicó.
Patiño abogó por avanzar “lo más rápido que se pueda“, pero sin empujar “de forma desmedida“ al ELN, que necesita “hacer consultas“ y “llegar unido a la firma final de los acuerdos“.
Valoró asimismo como una “buena noticia“ que se haya incorporado a la delegación del ELN Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino.
“Creemos que Gabino, a pesar de que ya no es el comandante del ELN, es un hombre que es un símbolo de la unidad del ELN y por tanto una garantía de que podemos avanzar mucho más rápidamente con él que sin él“, expresó Patiño.
Con respecto al Acuerdo de México, el pacto alcanzado por las parte en marzo en el segundo ciclo de contactos, el negociador jefe del Gobierno de Colombia consideró que es “bastante sólido y bastante audaz“: “La tarea que hicimos, lo hicimos bastante bien“, afirmó.
Gustavo Petro, desde Madrid
El presidente colombiano llegó hoy a España en su primera visita de Estado al país, con el objetivo de profundizar en las relaciones bilaterales, fundamentalmente económicas, y conseguir el apoyo español al llamado Plan de Paz colombiano.
En conversación con los medios, al referirse a los diálogos de paz con la guerrilla del ELN en La Habana, el presidente colombiano señaló que “los procesos de paz siempre tienen que llevar un cese del fuego“.
“Si no, no tiene sentido hablar de paz. Tenemos propuestas del lado nuestro que tienen que ver con regionalizar los ceses al fuego y también periodizarlos. Entonces se puede comenzar con unos ceses regionales y a medida que va pasando el tiempo y las confianzas se van contagiando entonces se puede pensar que se extiendan a todo el territorio“, señaló.
Cuba en los procesos de Paz en Colombia
Las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) vuelven este martes a Cuba, un país que ha desempeñado un papel clave en estos diálogos a pesar del costo político y económico que le ha supuesto.
La Habana, garante de todo el proceso, acoge este tercer ciclo de los diálogos de paz con la vista puesta en que se logren avances, especialmente tras la violencia que ha ensombrecido el proceso en los meses previos y generado dudas sobre su salud.
Un éxito sería un cese bilateral al fuego, uno de los ejes de las conversaciones que van a tener lugar a lo largo de este mes en la capital cubana, junto a la cuestión de los alivios humanitarios y la participación de la sociedad civil en el proceso, según el cronograma pactado.
Al avance puede contribuir la vuelta de las delegaciones a La Habana, que ya fue sede de los contactos entre las partes hasta la congelación de las negociaciones en 2018, una decisión del entonces presidente colombiano Iván Duque (2018-2022) tras un atentado del ELN.
“Cuba ha sido indispensable en la búsqueda de la paz entre los Gobiernos de Colombia y el ELN. No de ahora, sino de mucho tiempo atrás“, asegura a EFE el senador Iván Cepeda, miembro de la delegación gubernamental, quien destaca que en la isla se dieron “diálogos fundamentales“ entre las partes.
El Gobierno cubano es consciente de su papel. En una entrevista con EFE, el director general de América Latina y el Caribe del Ministerio Exteriores, Eugenio Martínez, destaca que cuando ambas partes le solicitaron a La Habana regresar a la isla, el Ejecutivo contestó que era “un honor“.
“Para Cuba es una convicción firme, una convicción profunda, que el conflicto armado colombiano debe tener una solución política“ y “de que es hora de que Colombia alcance la paz“, afirma.
Martínez define el papel de La Habana como “discreto“, “imparcial“ y “muy responsable“, garantizando el clima para un diálogo “sin interferencias“. “Apoyamos políticamente, diplomáticamente, y creamos las condiciones para que las partes tengan un escenario, como La Habana ahora, para que puedan trabajar con total amplitud“, señala.
Lista terrorista
Martínez alude asimismo a los “costos muy altos“ que ha pagado su país “por defender lo que las partes acordaron y con lo que Cuba se comprometió“.
Se refiere a la inclusión de la isla en la lista de países que patrocinan el terrorismo de Washington, algo que ha afectado seriamente a las finanzas internacionales de La Habana en un momento en el que el país atraviesa una grave crisis económica.
Estados Unidos, aún bajo la administración del republicano Donald Trump (2018-2022), incluyó a Cuba en esta lista por su negativa a entregar a Colombia a los negociadores del ELN tras la ruptura de las negociaciones en 2018, pese a la solicitud de extradición de Duque.
La Habana alegó que los protocolos indicaban que en caso de ruptura de las negociaciones las partes debían garantizar la vuelta segura de los negociadores. Los representantes del ELN permanecieron 45 meses a la espera en la isla, hasta que Gustavo Petro alcanzó la presidencia en Colombia.
Cepeda argumenta en este sentido que “Cuba pagó un altísimo costo por respetar las reglas como país garante“ y “haber cumplido sus compromisos en materia de Paz“. Califica de “impresentable desde punto de vista de la legalidad internacional“ que Duque desconociese “el protocolo de ruptura y exigiese a Cuba la entrega“ de los negociadores del ELN.
El negociador jefe del ELN, Israel Ramírez, alias “Pablo Beltrán“, considera “muy meritorio que Cuba haya mantenido una posición de principios“ al “exigir que los acuerdos se cumplan“ y recordó que la isla lleva “desde los años 90“ facilitando los contactos entre el Gobierno de Colombia y el ELN.
Fue una “batalla jurídica internacional muy fuerte“ que ganó Cuba, “pero a un precio altísimo“, afirmó “Beltrán“ en un encuentro con medios internacionales en La Habana poco antes de comenzar el tercer ciclo de los diálogos de Paz.
Martínez, por su parte, cree que, si Cuba hubiese entregado entonces a los negociadores del ELN, quizá las negociaciones de paz no hubiesen podido retomarse ahora. “Ésa es una contribución modesta, pero importante de Cuba“, subraya.
Avances
Para Cepeda, “el mejor homenaje“ que las partes pueden rendir a Cuba por su papel de ayer y de hoy es hacer avanzar el proceso y “llegar a acuerdos“. “Creo que eso pesa“ en las delegaciones, considera el senador.
Beltrán, por su parte, considera que la celebración del tercer ciclo en la isla es un “acto de reparación“ con Cuba y sostiene que si La Habana “tuvo razón sosteniendo su posición“ de no entregar a Bogotá a los negociadores del ELN, merece “un resarcimiento, una reparación“.
Los recientes desencuentros entre las partes parecen no invitar al optimismo, pero las delegaciones llegan con un mandato claro en este sentido. Martínez se muestra esperanzado de que “la magia“ que ha demostrado La Habana en otras negociaciones funcione en esta ocasión, aunque reconoce que no sabe “si están listas las partes“.
“Vemos con esperanza el impulso con el que vienen y en el punto que lo dejaron en México. Tenemos alguna seguridad de que de La Habana saldrá algo importante“, asegura.