El cantautor cubano Pedro Luis Ferrer anunció este domingo su regreso a la isla en 2024 para ofrecer una serie de conciertos en La Habana y en algún teatro de provincia.
“Tal y como anuncié desde mi última actuación en el Teatro de Bellas Artes de La Habana, tengo el propósito de volver a presentarme en la Isla este año 2024, para el pueblo humilde que ama mi música, en alguna locación holgada que pueda acoger un público más numeroso”, escribió en su sitio de Facebook el autor de Mariposa “en este hermoso día del natalicio de José Martí”.
En su nota, el creador autodidacta, nacido en el poblado de Yaguajay, centro norte de Cuba, el 17 de septiembre de 1952, se definió como un artista que rehúye “de grandes plazas” y que prefiere y disfruta “los espacios modestos que me permiten intimar familiarmente con el público. Ojalá pueda presentarme también en algún teatro del interior del país. Eso espero”.
Según Ferrer, quien pretende viajar a Cuba con su pequeña banda, las fechas de sus presentaciones este año dependen “del espacio viable que gestione el Centro Nacional de Música Popular, institución donde estuve laborando por años y que —como he reiterado— siempre me ofreció respeto y apoyo”.
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El repertorio que ofrecerá el trovador, que abarca desde canciones y guarachas hasta obras de factura clásica, como piezas para guitarra, preludios, fugas para piano y otros formatos orquestales, será “el habitual”.
“Las canciones que compuse y canté siempre, acogidas por la sociedad cubana diversa e inquieta”, manifestó.
En una suerte de pequeña declaración de intenciones, el autor de “El abuelo Paco“, dijo que cree “en la crítica y la reflexión, y en rol del arte como alimento para el mejoramiento de la espiritualidad del pueblo. Nada más importante que el mejoramiento humano”.
Para respaldar sus ideas el músico de 72 años citó a dos grandes pensadores: el británico Herbert Spencer, autor de la frase, y al cubano José Martí, su valedor: “De mala humanidad no pueden hacerse buenas instituciones”.
Autor de clásicos como “Ciento por ciento cubano,“ “Marucha la jinetera“, “Carapacho pa’ la jicotea“ y “Mario Agué“, una guaracha versionada por Celia Cruz, Pedro Luis Ferrer ha sido un esmerado cultivador de la décima, el soneto, la redondilla y otras formas libres de la poesía, respaldas con un impresionante manejo de la guitarra clásica.
Se trata del legado familiar aprendido de su padre Rodolfo y su tío, el poeta y pedagogo Raúl Ferrer, que continúa con su hija Lena Ferrer.
Con ella se presentó en el verano de 2023 en La Habana en un par de conciertos en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
Previsiblemente, el recinto resultó desbordado por un público ansioso que colmó hasta los pasillos y que lo ha seguido a distancia, dada la residencia itinerante del músico en países europeos y Estados Unidos desde hace décadas.
Pese a su extensa carrera y prolija creatividad, Ferrer es dueño de una modesta discografía que no llega a la decena de títulos.
Entre ellos sobresalen Espuma y arena (EGREM, 1987), 100% cubano (Carapacho Productions, 1994), tal vez el más comentado y reproducido en la isla, y Rústico (Escondida, Ultra Records, 2005 ).