Pedro Sánchez en Cuba: mi presencia debe ser un mensaje de seguridad para el comercio y las inversiones

“El gobierno español va a continuar impulsando las inversiones en Cuba contribuyendo al desarrollo de su economía, a la transformación de su sociedad y a la prosperidad de Cuba”.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, con su esposa, María, y el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, a la derecha, con su esposa Lis Cuesta, realizan una visita por La Habana guiada por el historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, el viernes 23 de noviembre de 2018. Foto: Desmond Boylan / AP.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, con su esposa, María, y el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, a la derecha, con su esposa Lis Cuesta, realizan una visita por La Habana guiada por el historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, el viernes 23 de noviembre de 2018. Foto: Desmond Boylan / AP.

El gobierno español se comprometió el viernes a continuar fomentando las inversiones de las empresas ibéricas en Cuba y abrió una línea de financiación para firmas de ese país en la isla.

“Es importante hacer un balance de los éxitos de nuestras empresas y los problemas pendientes por resolver, pero mi presencia aquí debe ir mucho más allá, debe ser un mensaje de seguridad… los obstáculos que encontramos en el camino no van a impedir y tampoco van a ralentizar el aumento de los lazos comerciales y de inversión de nuestros dos países”, dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

Sánchez inició su segundo y último día de visita inaugurando junto al mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, un foro de negocios binacional que congregó a decenas de compañías.

“El gobierno español va a continuar impulsando las inversiones en Cuba contribuyendo al desarrollo de su economía, a la transformación de su sociedad y a la prosperidad de Cuba”, agregó el líder español. “Nuestras empresas han gozado de la confianza del gobierno de Cuba y en eso tenemos que estar muy agradecidos”.

Sánchez y Díaz-Canel se encontraron con los empresarios en el hotel Gran Packard, administrado por la española Iberostar y que la semana pasada fue incluido entre la lista de lugares prohibidos para la visita de estadounidenses por el presidente Donald Trump.

Los sectores representados fueron la salud, la agricultura, la energía renovable y el turismo, un sector estratégico en el cual ambas naciones comparten negocios.

El comercio con Cuba alcanzó el equivalente a unos 1.000 millones de dólares, lo que convierte a España en el primer socio comercial europeo de la isla, explicó Sánchez. En el turismo, un área con fuerte presencia ibérica y puntal de la economía de la isla, las marcas españolas gestionan el 70% de las habitaciones de hotel.

Antes de España en la lista de principales socios comerciales de Cuba se encuentran Venezuela y China.

Paralelamente, Sánchez reconoció las dificultades que tuvieron las empresas españolas para cobrar deudas en Cuba, que suele tener problemas de liquidez y falta de financiación internacional debido a las sanciones estadounidenses.

Sánchez, quien ya había hablado de los pasivos con Díaz-Canel tras su llegada la víspera, anunció el viernes la puesta en marcha de un fondo de financiación para las empresas españolas interesadas en invertir en la isla con un valor equivalente a 45 millones de dólares.

Las firmas españolas se asentaron en Cuba desde fines de los años 90 y suelen ocupar el espacio que muchas de las proveedoras estadounidenses reclaman para sí, no solo en servicios sino en sectores que van desde la alimentación a las piezas de repuestos. Aunque sus precios son más competitivos y la cercanía es notable, las compañías norteamericanas no pueden acceder al mercado cubano debido al embargo estadounidense.

En su última jornada Sánchez –el primer gobernante español que visita la isla oficialmente en más de tres décadas– tendrá actividades culturales como la entrega en carácter de préstamo de una silla del prócer independentista Antonio Maceo que las autoridades coloniales tomaron como botín de guerra hace más de un siglo.

La víspera, luego de una ronda de conversaciones a puertas cerradas entre Sánchez y Díaz-Canel, las autoridades cubanas y españolas firmaron dos acuerdos, uno cultural y otro de consultas políticas que obliga a ambas naciones a reunirse una vez al año para conversar sobre asuntos bilaterales y temas de derechos humanos.

Tal como sucedió con otras visitas de Estado como la de la canciller europea Federica Mogherini y el papa Francisco, no se espera que Sánchez se reúna con opositores al gobierno.

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