Con seguridad, fuera de sus propios habitantes y los pobladores de las zonas vecinas, muy pocas personas podrían decir dónde queda un pueblo llamado Piedrecitas. Salvo por el hecho de ser atravesado por la línea del Ferrocarril Central y su proximidad a la carretera homónima, en las que sirve de antesala occidental a la provincia de Camagüey, Piedrecitas no resalta en casi nada.
Es solo un pequeño poblado de unos pocos miles de habitantes que viven de la agricultura, y tienen como principales entretenimientos la televisión y algún ocasional juego de pelota.
Sin embargo, saben lo que quieren.
Desde hace varios meses en Piedrecitas se vive un ambiente inusual, debido a la realización del acto provincial por el 26 de Julio en el municipio al que pertenece. Por la efemérides se reparan la clínica estomatológica, la farmacia y otros centros sociales.
Sus habitantes lo agradecen, pero hubieran preferido que los recursos se concentraran en rescatar la principal calle del pueblo. No sería una inversión costosa. Se trata de unos cuatrocientos metros que hoy presentan un estado calamitoso pero que en su momento fundacional llegaron a contar con aceras y hasta alumbrado.
El reclamo no es nuevo. Según reconoce el gobierno local, los viales constituyen el motivo de queja más recurrente en esa zona. La calle 17, el enlace con la Carretera Central y su similar con la cabecera del municipio, son los asuntos pendientes más mencionados por los lugareños en cuanto espacio de opinión se les brinda. Pero a la hora de decidir las obras que se emprenderían en Piedrecitas para celebrar el Día de la Rebeldía Nacional, no los tuvieron en cuenta.
Son diferentes para la ciudadanía las coordenadas que guían el debate político impulsado por estos días en Cuba. Es un momento trascendental pues de aquí deberá emerger –al menos teóricamente– el proyecto de país en que vivirán durante las próximas dos décadas.
La cuestión no está tanto en qué se discute como en hasta dónde se extiende el debate y cuál será la atención a los criterios populares que se dará a la hora de tomar las decisiones.
El proceso de discusión de la Conceptualización del modelo económico y social y el Plan Nacional de Desarrollo Social hasta 2030: propuestas de la nación, ejes y sectores estratégicos; ha ido creciendo de manera paulatina.
A medida que avanzan los días se suman centros laborales y de estudio,junto a grupos generadores de opinión en sus respectivas comunidades (líderes religiosos y de fraternidades, artistas, deportistas…). Una parte de la Nación, pero no toda.
Por eso no sorprende que a Richard el asunto le resulte tan lejano como las noticias que llegan desde Siria o los conflictos para formar el nuevo gobierno español. Al volante de un bicitaxi alquilado, por el que cada día debe abonar 25 CUC de renta, sus mayores preocupaciones se resumen a sacar “el diario” y “tratar de vivir lo mejor posible”. Nada sabe del tema. “Esas son cosas de jefes y al final no resuelven nada”, dice antes de pedir que no le tiren fotos, para no buscarse problemas.
La negativa a ser retratado es ya un primer marcador del contexto en el transcurre la discusión de los documentos emitidos por el Séptimo Congreso del Partido. Muchos prefieren no responder, y alguno hasta intenta improvisar tribuna cuestionando los errores “del Sistema” o sus virtudes, sin aceptar medias tintas. No puede ser de otra forma en un escenario tan profundamente politizado como el cubano, sometido además a radicales cambios y tensiones que se suceden casi de forma constante y casi siempre invisibilizados en el espacio público.
Gladys, “a secas”, vive esas tensiones en su trabajo y su vida personal. “Soy programadora de transporte en una empresa de construcción y llevo días rompiéndome la cabeza para ver cómo ajusto el plan a las reducciones de combustible que nos mandaron de La Habana; en eso nos va parte del salario que ganábamos, porque estamos vinculados al pago por resultados. Si voy a los agromercados me encuentro con otra piedra: la carne sigue brillando por su ausencia y los precios no bajan. Son muchas cosas las que tiene una arriba, demasiadas como para estar hablando de ‘conceptualización del modelo’”.
En cierta forma, Yunileisy Ramírez Castro es juez y parte de este proceso en marcha. Los documentos que ahora se discuten también llevan su “voto”, pues como delegada al Congreso le tocó representar a los trabajadores del Inder en la capital agramontina. “Allá se analizó con mucha profundidad la situación económica del país y se defendió el principio de que las políticas que se adopten deben contar con el respaldo del pueblo. Creo que las sesiones más importantes del congreso son las que se están desarrollando por estos días. Como profesora de deportes interactúo con muchas personas y sé que existe interés”.
A juicio de Aldo Miguel Santana, jubilado de la Industria Básica, este “es un suceso histórico tan importante como cuando se aprobó la Constitución (de 1976) o se discutieron los Lineamientos. Es verdad que afrontamos dificultades y quedan problemas tan grandes como la burocracia y la insuficiente producción de alimentos, pero ¿quién puede dudar que estamos mejor que hace algunos años? Es un proceso largo, pero ya se ven mejoras en el país”.
El debate que avanza se mueve en las fronteras que imponen la resistencia al cambio de un sector de la sociedad cubana, con temores fundados en la interferencia de factores externos, por el estímulo a la oposición interna que continúa promoviendo el gobierno de Estados Unidos.
“Es como negociar con una pistola en la cabeza o hablar con quien no quiere oír”, piensa Eduardo, un carretillero. Y en cierta forma lleva razón.
Entre los cambios necesarios y los cambios posibles, el cansancio de tantos años de contingencia económica y los rumores que amenazan con el regreso de los apagones y otros sombríos recuerdos de la etapa más dura del Período Especial no resultan fácil imaginar la Cuba del 2030. Son muchas las batallas cotidianas con las que lidia el cubano.
Es cierto lo que se plantea, primera vez que leo un comentario sobre Pierre citas. Mi familia paterna es de esos lares y conozco bien la zona, ahora es un pueblito sin rumbo después que extirparon sin razón el central azucarero República Dominicana conocido por su gente como Estrella.
En Cuba todo se diluye en consignas, metas que no se alcanzan y proyectos de unos pocos que pretenden capitalizar los intereses del pueblo sin preguntale válidamente. Lo cierto es que la gente actua por inercia a falta de esperanza de algo mejor. Interesante sería encuestar Ska juventud acerca de sus sueños y aspiraciones. Tendrían que tener mucho valor para eso, sería muy cruda la realidad.
Me cuesta creer que en Cuba queden personas como Aldo Miguel Santana, el jubilado de la Industria Básica, que ha sido entrevistado para este trabajo. Pregunta Aldo : quién puede dudar que estamos mejor que hace algunos años??? Esa pregunta de Aldo será en serio o fue pura ironía. Si fue lo segundo sí lo felicito, de lo contrario… el diagnóstico de demencia se lo deben los geriatras. (perdón, con respeto lo digo, no quiero ofender)
Hay un error..nadie paga 25 CUC diarios al dueño de un bicitaxi . Son 25 CUP.
Y si, la discusión del documento es tan trascendental como la discusión de los lineamientos, de los parlamentos obreros y de la constitución del 76. Allá los que no quieran verlo. Y los que no quieran participar. Nadie puede caer en lo típico: El comentario de “pasillo” o “de calle”, sin querer enfrentar el problema o la oportunidad.
Por qué hacen textos tan poco profundos los que critican la Nota Oficial??
Estamos muy jodidos!