Los que vivimos en La Habana hemos sentido “la revolución” que se ha armado en las calles por estos días. Hay policías del tránsito por doquier y en más de una ocasión unos carros negros nos pasan por el lado armando un revuelo que parece salido de una película de suspenso.
No es para menos, La Habana recibió en estos días a 31 líderes de países latinoamericanos y caribeños con sus respectivas comitivas, y la visita además, de Ban Ki-Moon, Secretario General de la ONU y José Miguel Insulza, Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), primera persona que ostentando este cargo, acude a la Isla desde que Cuba fuese expulsada de este órgano en 1961.
Hoy se clausura la II Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), evento que ha reunido a casi todos los Presidentes de la región; de los 33 países que integran la organización, 31 han sido representados en la Habana por sus máximos líderes, con excepción de El Salvador y Panamá, cuyo Presidente ha dicho que no asiste por diferencias con el gobierno cubano.
Que la Cumbre se desarrolle en Cuba, con una presencia tan significativa de mandatarios no es poca cosa para América Latina y el Caribe, es una señal que los países que integran la CELAC envían al mundo. Ocurre además, cuando se planifica la cita de los países americanos que promueve Estados Unidos, la Cumbre de las Américas, que debe efectuarse precisamente en Panamá en el 2015 y a la cual Cuba no ha sido aún invitada oficialmente, aunque el Secretario de la OEA, de visita oficial en La Habana, ha dicho que le complacería su presencia.
Los líderes de la región han coincidido en que a pesar de las diferencias entre nuestros países; América Latina y el Caribe deben trabajar por consolidar posiciones comunes que fortalezcan el peso de la región en los ámbitos económicos, políticos y culturales.
Mucho demora la verdadera integración de América Latina y los pueblos se cansan de tantas reuniones, tanto discurso y tantas fotos de mandatarios que no arrojan resultados palpables. Sin embargo, hemos visto sentarse en la misma sala a Presidentes en una imagen impensable hace solo unos años. Hemos escuchado en este contexto “acuerdos multilaterales”, “intereses comunes”, “ciudadanía latinoamericana y caribeña”, “seguridad social común”, “valor añadido a nuestras producciones”, “educación para el desarrollo”, “zona de paz”. Es un hecho, por ejemplo, que en Brasil hay más de 7 000 médicos cubanos, como parte de un acuerdo que beneficia a ambos países y que el gigante sudamericano es el primer socio comercial de la Isla en la inversión de la Terminal de Contenedores del Mariel, con un financiamiento de más de 1000 millones de dólares.
Pocas veces ha habido tanto consenso en la necesidad de crear un frente común, como una alternativa válida y posible para lograr un peso más importante en la economía mundial y en el mapa político actual de nuestro planeta.
Todo esto ocurre mientras el equipo de beisbol de Villa Clara se alista para participar, después de más de 50 años, en la Serie del Caribe… algo me dice que todo tiene que ver y que el revuelo que se ha formado en las calles de La Habana con tantos Presidentes de un lado a otro no solo moviliza a las fuerzas del tránsito de la ciudad, por ahí debe haber más de uno atento, preocupado por ver tantos latinoamericanos y caribeños juntos.