Cuba vive cambios sustanciales que prometen buenos dividendos para la sostenibilidad y eficiencia de su economía. La actualización de su modelo económico ha provocado un reverbero de iniciativas mediante el desarrollo de diversas modalidades. Entre ellas resaltan con particular fuerza las cooperativas no agropecuarias.
Recientemente en la provincia de Matanzas seis fueron aprobadas, como parte de las primeras 124 que han entrado en funcionamiento en toda la Isla. De ellas, una se dedica a la comercialización nacional e internacional de aves, otra a los alquileres de andamios y moldes para la construcción, y una tercera de la construcción, especializada en enchapes y pisos.
Se llaman Carpintex, Sagebien y una de impresión gráfica, decoración e interiorismo, del municipio Cárdenas, que aún no tiene un nombre que la identifique. Quedó constituida en el Centro de Convenciones Plaza América de Varadero, a partir del Decreto Ley 305 de las Cooperativas no agropecuarias, de fecha 5 de noviembre de 2012 y el Artículo 18 del Decreto 309 sobre el Reglamento de las cooperativas no agropecuarias de primer grado, del 28 de noviembre de 2012, con los cuales se tomarán en cuenta las disposiciones complementarias, sus estatutos y las disposiciones legales que les resulten aplicables.
Esta fue la segunda en crearse en la provincia de Matanzas, luego del acto de escritura pública de constitución, que se oficializó legalmente con respaldo jurídico.
Integran el órgano de dirección de la cooperativa cinco socios: Ariel Osvaldo Balmaseda, presidente; Isabel Pupo, vicepresidenta; Ilaisa Otero, secretaria general de la asamblea de la cooperativa; Luis Gustavo Fernández, administrador, y Ana Iris Ferraz, económica encargada del control y fiscalización.
Su objeto social es amplio, pues abarca el diseño, la producción-reproducción y comercialización de impresiones gráficas para usos diversos, elaborados sobre cualquier soporte (madera, metal, acrílico, cristal, piedra, tela). Además utilizarán cualquier técnica existente, incluyendo el suministro en sus partes y componentes para diseñar, producir, reproducir y comercializar objetos, obras artísticas, artículos personalizados, elementos decorativos y utilitarios de productos y confecciones.
También se proponen ejecutar proyectos de diseño gráfico, industrial, urbanístico, de decoración integral, paisajística, arquitectónica, restauración e interiorismo en todas sus variantes, con suministro de partes, y la construcción y el montaje en caso de que fuera necesario.
Unidad económica
Ariel Osvaldo Balmaseda, fotógrafo y artista de la plástica independiente, soñó siempre con tener un negocio propio con el cual pudiera hacer una propuesta de cambio de imagen al polo turístico de Varadero, combinando elementos de la gráfica y el arte.
“Nos proponemos ser el grupo de imagen para Varadero. En principio, nuestra cooperativa se crea para fomentar el concepto de buena imagen, en Varadero sobre todo, y en el triángulo turístico Matanzas-Varadero-Cárdenas”, explica Balmaseda.
El presidente de la cooperativa manifiesta que el objetivo es promover impresiones gráficas, decoraciones de primer nivel, artículos personalizados, toda una gama de productos que hoy no existen o no se ofertan de manera estable. Para ello han hecho un estudio de mercado que les posibilita entrar en él, tener solvencia económica y un impacto social.
“Nos preparamos como taller de creación artística desde hace ya bastante tiempo, y nos hemos dado cuenta de que se nos abre un amplio campo, con futuro, porque en nuestro país existe mucha necesidad en el mercado –tanto estatal como particular– de personalizar artículos, ya sea ropa o utensilios”, asevera Balmaseda.
La arquitecta Isabel Pérez, segunda de la cooperativa, afirma que les interesa mucho la gráfica y la personalización, tan necesarias en el balneario, que está un poco deprimido en el mercado. Ejemplifica con las etiquetas de embalaje, que son muy importantes. “Queremos dar apoyo al entorno de Varadero, proyectándonos en cómo preservar la playa; al igual que beneficiaremos a los niños de la casa sin amparo filial, entre otros proyectos sociales”.
Para ella, cooperativa es “el esfuerzo mancomunado de un grupo de personas con un fin único, que sea equitativo, que todo el mundo tenga el mismo nivel de compromiso, que cada cual tenga la misma visión y la emplee en las funciones que a cada cual le corresponden”.
“Nosotros promovemos el buen gusto a partir de las artes visuales. En el caso de los particulares, proponemos una oferta exclusiva de alto nivel para las personas que quieran decorar sus casas con obras artísticas que trasmitan valores culturales”, amplía Balmaseda.
El Ingeniero en Geofísica Luis Gustavo Fernández, quien se desempeña como administrador y estará dirigiendo las ejecuciones civiles, en el plano personal se siente realizado: “Soy un profesional con ciertas expectativas que en la cooperativa se pueden concretar”.
Comenta también que “esto (su oferta como cooperativa) complementaría los servicios que existen en el sector estatal. Nosotros seríamos un reforzamiento a esas empresas en esta nueva modalidad económica y de administración. Le brindamos un nuevo servicio a la población e intentamos que lo pueda adquirir en precios módicos”.
Ilaisa Otero, graduada de Técnico en Comercio, secretaria general de la asamblea de la cooperativa y responsable principal del Taller de impresión y gráfica, asegura que nunca tuvo temor de abandonar su trabajo para el Estado y “aventurarse” en esta cooperativa. “Lo más importante es que estamos unidos y nos sentimos como en familia, por eso tengo confianza en el futuro de la cooperativa”, asiente.
Ana Iris Ferraz, a cargo del control y fiscalización, fue la última en incorporarse al equipo. Siempre se desempeñó en trabajos estatales y alcanzó gran experiencia en sus 19 años de labores bancarias.
“En la cooperativa hacía falta un económico y decidí incorporarme. En el plano empresarial el director y el económico tienen que estar unidos. La economía es un ente fundamental en cualquier tipo de organización”, acota.
Ana Iris, Licenciada en Contabilidad y Finanzas y encargada de que todo esté legal y contabilizado, piensa establecer el sistema Versat. “El banco es un organismo metodológico, allí se trabaja en función de manuales, de procedimientos, nadie puede salirse de eso y tengo una disciplina en ese aspecto, cada vez que voy a hacer algo leo bien el procedimiento establecido y confirmo en los documentos oficiales”, afirma.
El pago a los socios –cuyo número deberá incrementar– se realiza luego de un balance anual y, en dependencia de las utilidades que tenga la cooperativa, se distribuye de acuerdo con el aporte en por ciento que haya hecho cada socio donde, por supuesto, el que más aporta tiene un por ciento más alto.
“Cada mes nosotros distribuimos un anticipo entre los socios porque no podemos esperar a fin de año para recibir las ganancias. Siempre el pago sería mensual sobre la base de qué contratos tenemos”, sostiene Iris.
Esta cooperativa, dirigida no solo a empresas sino a todo el ámbito económico del país, operará en moneda nacional y en moneda libremente convertible. Incluso estarán abiertos a la posibilidad, a través de los mecanismos establecidos, de exportar sus productos para el mercado internacional, así como sustituir importaciones con productos oriundos de Cuba.
Sin embargo, no todo el proceso ha sido fácil. Isabel Pupo afirma que el proceso de asimilación de lo nuevo es bastante lento y los bancos no están preparados para las transacciones requeridas. A pesar de que hay contenido de información, ofrecida por los medios de prensa, va a ser un camino largo y hay que abrir muchas puertas para que se comprenda lo que es una cooperativa no agropecuaria.
“Hemos tenido muchos obstáculos, sobre todo la incomprensión a los cambios que vive el país actualmente. Existe mucho temor porque hasta ahora el concepto de cooperativa había sido manejado solo en el sector agropecuario y normalmente nos relacionan con este o con cuentapropistas. Creo que debe haber más información sobre el amparo legal que tienen las nuevas cooperativas”, explica su vicepresidenta.
El futuro espera
Durante los próximos 60 días los socios deberán crear cuentas bancarias, inscribir el instrumento notarial en la Oficina Mercantil Territorial en el término de 30 días, contando a partir de la fecha de este otorgamiento, inscripción mediante la cual la cooperativa alcanzará su personalidad jurídica y dará comienzo a sus operaciones.
Además, los socios tienen la obligación de inscribirse en la Oficina de Administración Tributaria y en los registros del contribuyente, así como en la filial correspondiente del Registro Central Comercial del Ministerio de Comercio Interior para poder ejercer las actividades de comercio previstas en su objeto social y, por último, inscribir la cooperativa en el Órgano Nacional de Estadísticas.
“El cooperativismo, ampliamente difundido por el mundo, en Cuba es un proyecto que hasta ahora ha sido guiado con buen tino y visión”, concluye Ariel Balmaseda. La economía cubana comienza a operar en el aprovechamiento del talento profesional y creador, capital cuya no explotación sería fatal.
Esta cooperativa recién comienza. Un largo camino les deparan sus planes de explotar la tecnología vinculándola al arte. Aún se encuentran pendientes algunos pasos inviolables para alcanzar su identidad y personalidad jurídica, aspectos imprescindibles en el complejo proceso de su formación, pero ya están encaminados, solo resta el concurso de mayor voluntad para que se concreten en la práctica sus objetivos.
Por Lis García Arango