Una rastra con 31 mil litros de petróleo se volcó la tarde de este lunes en la Vía Blanca, lo que provocó un derrame de crudo en el lugar.
El hecho, que tuvo lugar sobre las 6:40 PM aproximadamente, fue consecuencia de la pérdida del control del vehículo por parte del chofer, “mientras circulaba por la Vía Blanca, al incorporarse a la vía que conduce a Puerto Escondido”, según informó la Unión Cuba Petróleo (CUPET).
De acuerdo con la nota oficial, el conductor “sufrió lesiones sin peligro para la vida” y fue trasladado a la localidad de Santa Cruz para recibir atención médica.
La rastra transportaba “alrededor de 31 mil litros de petróleo crudo desde los pozos hacia la batería de Puerto Escondido”, refiere CUPET, que no precisa cuántos de esos litros se derramaron en la Vía Blanca como resultado de la volcadura.
La entidad afirma que tras el accidente “se movilizaron equipos especializados para la recuperación del combustible” y mitigar “las consecuencias provocadas por el derrame”, las cuales no detalla.
Además, asegura que las causas del hecho se encuentran en investigación.
Derrame en tiempos de crisis energética
El accidente y consecuente derrame de petróleo ocurrido en la tarde de ayer sucede en momentos en que Cuba atraviesa una agudización de su prolongada crisis energética, que impacta sectores como la generación eléctrica, el transporte y la economía en general.
Este lunes, según la Unión Eléctrica (UNE), 54 centrales de generación distribuida estaban paradas por falta de combustible, lo que se traduciría en 485 MW dejados de producir por esa causa.
Aunque en otros momentos el número de plantas sin funcionar por este motivo ha sido mayor, el déficit de combustible —sobre todo de diésel y el fuel— se ha mantenido como un problema crónico en la isla, agravado por la falta de liquidez necesaria para su importación sostenida y el impacto de las sanciones de Estados Unidos.
En cuanto al petróleo crudo, como el que derramado ayer en la Vía Blanca, este es empleado principalmente en la generación térmica. Debido a su carácter más corrosivo por su alto contenido de azufre, su uso acelera el deterioro de las antiguas termoeléctricas cubanas, según expertos.
Con anterioridad, la isla ha sufrido varios derrames de petróleo tanto en tierra como en el mar—varios de ellos de intensidad—, con efectos no solo para la economía sino también para el medioambiente. Entre los más recientes se cuentan los ocurridos el pasado año en Sancti Spíritus, como resultado de accidentes ferroviarios.