El Hotel Ambos Mundos, que acogiera al gran escritor estadounidense Ernest Hemingway en La Habana, reabrió sus puertas como parte de las medidas de recuperación de la industria del turismo en Cuba.
La reanudación de operaciones podrá tener un fuerte impacto en los vacacionistas que lleguen a la capital y visiten la instalación, donde se encuentra la habitación que ocupó el escritor durante buena parte de su estancia en lCuba, reseña una nota de la agencia Prensa Latina (PL).
Reabre el Hotel Ambos Mundos, preferido de Ernest Hemingway, Habana Vieja. Su habitación favorita la 511, donde escribió las novelas Las verdes colinas de África y Tener o no tener. #Cuba #CubaUnica Más información aquí: https://t.co/QnRN9f0v1Yhttps://t.co/vThGNnwkwz pic.twitter.com/oneOGfz2oq
— Ministerio Turismo (@MinturCuba) August 1, 2023
El hotel con categoría cuatro estrellas que fue sometido a un proceso de mantenimiento, lo gestiona el grupo hotelero Gaviota. Ubicado en la esquina de las calles Obispo y Mercaderes, forma parte del centro histórico de La Habana Vieja.
Su construcción data de principios del siglo XX, con un estilo ecléctico, y cuenta con cinco pisos y 52 habitaciones.
Cobró mayor fama después de que Hemingway se hospedara en una de sus habitaciones durante los años 30 del siglo pasado. Allí escribió parte de su obras, como el final del libro Muerte en la tarde (1932), y el comienzo de las novelas Las verdes colinas de África (1935) y Tener y no tener (1937), precisa la publicación.
La habitación marcada con el número 511, donde vivió el Premio Nobel de Literatura (1954), se conserva como un museo que muestra algunas de sus pertenencias a huéspedes y visitantes.
Hotel Ambos Mundos: la conexión gallega de Hemingway en Cuba
El hotel cuenta además con un piano bar donde se realizan exposiciones de arte y presentaciones de música, especialmente jazz. Desde el Roof Garden, situado en el último piso, se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y su bahía.
Hemingway fue uno de los extranjeros más famosos que vivió durante largas temporadas en La Habana, donde disfrutó de varios de sus placeres, entre ellos la pesca a bordo de su yate, nombrado Pilar, que permanecía atracado en el pueblo de Cojímar.
También se le evoca en la capital cubana como un habitual cliente de los más importantes bares de la ciudad, como El Floridita, donde existe una escultura en su honor que recuerda su afición por el Daiquirí, uno de los cocteles cubanos más famosos y que contribuyó a divulgar.
Además fue propietario de la finca Vigía, localizada en San Francisco de Paula, en la periferia de la ciudad.
Allí también se conservan muchas de sus pertenencias, incluidos varios trofeos de caza y parte de los papeles relacionados con varias de sus más importantes obras literarias.