Regla adentro, entre símbolos y heridas

Más allá del santuario de la Virgen de Regla, este célebre poblado habanero tiene otras historias de orgullo y dolor que contar.

Monumento homenaje a los mártires de Regla, en el poblado de igual nombre, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Monumento homenaje a los mártires de Regla, en el poblado de igual nombre, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

El poblado de Regla es, sin lugar a dudas, uno de los sitios más conocidos de La Habana. No importa que no se localice propiamente en la ciudad, ni que haya que cruzar la bahía, o bordearla, para llegar hasta allí, hasta la cabecera del municipio más pequeño de la capital cubana, con apenas 9,2 kilómetros cuadrados, pero con una historia y valores que lo han hecho trascender las fronteras de la Isla.

Su nombre autóctono es Guaicanamar, que significa “frente al mar”, aunque luego los colonizadores españoles renombraron la zona y enclavaron allí primero una ermita y luego la iglesia devenida santuario de la Virgen de Regla. Es precisamente la virgen negra, venerada dentro y fuera de Cuba y que se sincretiza con la deidad afrocubana Yemayá, el principal símbolo de ese poblado ultramarino y el motivo por el que muchos visitan el lugar, ya sea por carretera o en la pintoresca lanchita que enlaza la localidad con la Habana Vieja.

Iglesia y santuario de La Virgen de Regla, en el municipio habanero de igual nombre. Foto: Otmaro Rodríguez.
Una devota extiende la mano hacia la Virgen de Regla. Foto: Otmaro Rodriguez.
Cada 7 de septiembre se realiza la procesión de la Virgen de Regla, que se sincretiza con la deidad yoruba Yemaya. Foto: Otmaro Rodriguez.
Una señora lanza flores a Yemaya, en las aguas de la Bahía de La Habana, en Regla. Foto: Otmaro Rodríguez.

Pero para conocer Regla, su pasado y presente, es preciso ir más allá de su icónica iglesia. Es necesario caminar sus calles, desandar su geografía, hablar con su gente. Solo así se puede tener una idea de su grandeza y también de sus dolores, de las heridas infringidas por el tiempo y los hombres en lo que otrora fue –y, a pesar de todo, sigue siendo– un motivo de orgullo e identidad.

Duele hoy a los reglanos, por ejemplo, la triste realidad de algunos de sus lugares más emblemáticos. La antigua Casa de la Cultura, con su imagen de abandono, dista mucho del hermoso edificio que fue, aquel que honraba con su nombre al ilustre músico reglano Roberto Faz y en el que antaño exhibieron su arte reconocidas figuras de la cultura cubana. Mientras, el malecón que bordeaba el emboque de Regla espera resignado volver a ser algún día el mirador desde el que podía contemplarse toda La Habana, más allá de la bahía.

Casa de cultura Roberto Faz, en el municipio habanero de Regla. Foto: Otmaro Rodríguez.
Casa de cultura "Roberto Faz", en el municipio habanero de Regla. Foto: Otmaro Rodríguez.
Antiguamente existía un malecón en esta área, en Regla, desde donde se aprecia la bahía de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Puerto de La Habana, edifico viejo en Regla. Foto: Otmaro Rodríguez.
Lugar donde vivió Clara Morales Vicente, cantante y profesora de música, integrante del célebre dúo de Clara y Mario. Foto: Otmaro Rodríguez.
Antigua Plaza del Mercado en Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Casa de Regla, La Habana, donde nació Eduardo Facciolo y Alba, mártir del periodismo en Cuba. Foto: Otmaro Rodríguez.
Edificación ecléctica del poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Antiguo Teatro Céspedes, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Y qué decir del Teatro Céspedes, toda una leyenda dentro de la escena habanera, ecléctico en su arquitectura y situado en el centro del poblado, frente al antiguo ayuntamiento, hoy sede de la Asamblea municipal del Poder Popular. A la vista de todos, esa célebre institución muestra sus ruinas desde hace mucho. Tristemente, sus luces ya se apagaron.

Tampoco exhibe su mejor rostro la antigua Loma del Fortín, conocida hoy como la Colina Lenin, donde a instancias del entonces alcalde Antonio Bosch Martínez, se sembró el 24 de enero de 1924 un olivo en recuerdo al “Gran ciudadano del Mundo” Vladimir Illich Lenin. Este fue el primer monumento al líder bolchevique fuera de Rusia, pero hoy sus alrededores no lucen como alguna vez lo hicieron, cuando era punto habitual de encuentro y peregrinación.

Conjunto escultórico en la Colina Lenin, que incluye el rostro del líder soviético empotrado en la piedra, de la artista Thelma Marín, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Conjunto escultórico en la Colina Lenin, que incluye el rostro del líder soviético empotrado en la piedra, de la artista Thelma Marín, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Circulo Infantil Lenin, ya en desuso, sobre la colina del mismo nombre, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Cementerio de Regla, en La Habana, el cual contiene panteones donde yacen los restos de patriotas de la guerra de independencia. Foto: Otmaro Rodríguez.
Monumento en memoria a los africanos que 1836 fundaron la sociedad secreta Abakuá en el poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Monumento al trabajo, representado desde 1927 por una estatua fundida en bronce de un hombre desnudo con una mandarria en sus manos, en el parque Julio Antonio Mella, popularmente conocido como "La Mandarria", en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodriguez.
Monumento al general Antonio Maceo, erigido en Regla por la asociación de padres, vecinos, y maestras de una escuela pública, en 1950. Foto: Otmaro Rodriguez.
Parque Guaicanamar, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Monumento al patriota insigne de Regla, Miguel Coyula Llaguno, comadante del ejercito libertador, en el Parque de Guaicanamar, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Parque Guaicanamar, en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Cierto que ha habido cambios y construcciones, que existen otros monumentos y edificios que también enorgullecen a la gente de Regla, pero los años han golpeado con fuerza al ilustre poblado. Por si fuese poco, un fiero tornado se ensañó en enero de 2019 como una parte de la localidad y abrió nuevas heridas que, aún con el trabajo hecho desde entonces, resultan difícil de olvidar. Y ahora, la pandemia oculta las sonrisas y restringe la movilidad de lugareños y visitantes, de creyentes y ateos. 

Pero, pese a todo, los reglanos no pierden la fe. Invocan a la Virgen con veneración y orgullo, y alimentan la esperanza de que su pueblo, Nuestra Señora de Regla, pueda lucir nuevamente su ajetreo y esplendor.

Un hombre transporta mercancía en una carretilla, en el poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Las Cinco esquinas, uno de los lugares emblemáticos del municipio Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Poblado de Regla, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Vendedor de productos agrícolas en Regla, La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
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