Un huracán tiene muchos rostros. Dolor, fuerza, necesidad, responsabilidad, e incluso despreocupación, se mezclan en la expresión de la gente, en especial después que el peligro de Irma se ha alejado y las personas miran las cosas desde la perspectiva de los sobrevivientes. Del trabajo que se hace y se está por hacer.
Con el agua todavía en los tobillos, algunos se afanan en salir adelante, en recuperarse y ayudar; otros, paradójicamente, en disfrutar del mar como si se tratara de una playa. La Habana mostraba este lunes estas imágenes.