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¿Hay oportunidad para imaginar y reimaginar un pedazo de la capital cubana, hoy acosado por apagones, mugre, ilegalidades, arbovirus y timbiriches? Con apenas un kilómetro de largo en el corazón de Centro Habana, la Avenida Italia, la archiconocida y trasegada Galiano, se ha convertido en un palpitante laboratorio de ideas. Hoy, todavía, las propuestas viven en documentos, maquetas y plataformas digitales, esperando el momento, sin garantías, de convertirse en realidad.
Jóvenes arquitectos, artistas y emprendedores han diseñado proyectos que buscan devolver vitalidad a esta arteria emblemática, donde conviven comercios, patrimonio arquitectónico, (algunas joyas en estado ruinoso, tal vez perdidas para siempre) y una vibrante vida que se impone a las adversidades cotidianas. Las viejas y las nuevas, las pequeñas y las enormes.

Un taller clave para productos mínimos viables
Guiado por el Colectivo Ad Urbis Arquitectos y basado en la metodología para el desarrollo integral del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de La Habana, el taller de Urbanismo fue una de las acciones de mayor calado de la cooperación italiana. Permitió a los jóvenes identificar problemas y recursos clave de la Avenida Italia, tomando como norte un enfoque interactivo que conectó equidad social, inclusión y sostenibilidad. Luego de racionalizar los procesos, arribaron a las alternativas para dinamizar puntos estratégicos de la arteria habanera.
Todas estas propuestas, denominadas intencionadamente “productos mínimos viables” para que puedan ser susceptibles de tomarse en cuenta por los niveles decisores, todavía son proyectos digitales, pero representan un mapa de posibilidades para transformar la avenida en un espacio inclusivo, sostenible y culturalmente emancipador.
Entre las sugerencias destacan “AvItaLab”, un programa de gestión cultural participativa en el Parque Fe del Valle; “Zona Inclusiva”, que plantea un espacio accesible para personas con discapacidad en la intersección del Malecón; “Renacer en Verde Avenida Italia”, que propone convertir azoteas y espacios libres en corredores ecológicos; y “Calles para la gente”, una apuesta por devolver protagonismo al peatón y reducir la inseguridad vial.
La iniciativa Avenida Italia es respaldada por la cooperación italiana que se orienta en dos sectores prioritarios: cultura y desarrollo local, siendo el objetivo promover economías creativas y fortalecer capacidades locales para la gestión territorial.

La cultura como motor de regeneración
La propuesta “AvItaLab”busca revitalizar el Parque Fe del Valle, donde estuvo la saboteada tienda El Encanto (1888-1961), mediante actividades creativas y patrimoniales.
“El concepto aspira a fomentar la democratización cultural y la creación de redes entre instituciones y ciudadanía”, explicaron sus autores, Eddy Eduardo Regueiro y Suset González.
La idea es que vecinos y asociaciones participen en todas las etapas, desde el diagnóstico hasta la evaluación, garantizando transparencia y corresponsabilidad.
Este enfoque responde a una necesidad urgente: dinamizar la economía cultural en un territorio donde el turismo y el patrimonio pueden convertirse en motores de desarrollo y flujo de caja municipal.
Accesibilidad y equidad urbana
Bajo la imaginación de Alejandro López y Javier Agudo, el proyecto “Zona Inclusiva” esboza un espacio piloto con rampas, pavimentos táctiles, señalización inclusiva y mobiliario adaptable.
“Pretende ser un laboratorio vivo para la enseñanza y replicación de buenas prácticas de accesibilidad urbana”, señalaron sus desarrolladores.
La propuesta responde a una carencia evidente: la falta de espacios públicos accesibles en entornos históricos y turísticos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha advertido que la inclusión de personas con discapacidad en la planificación urbana es clave para garantizar igualdad de oportunidades. En este sentido, Avenida Italia podría convertirse en un referente regional.

Un corredor de clorofila en plena selva de asfalto y cemento
La iniciativa “Renacer en Verde Avenida Italia” busca reducir la huella de carbono mediante soluciones arquitectónicas basadas en la naturaleza. Azoteas convertidas en jardines, sistemas de captación de agua y movilidad sostenible forman parte del diseño.
“El proyecto aspira a articular la participación del gobierno local, la comunidad y organizaciones ambientales”, explicaron sus fantasiosos autores Alexandra Roque, César Manresa y Manuel Alejandro Rodríguez.
Durante su conferencia, impartida en el laboratorio de urbanismo, la arquitecta Gina Rey, experta en urbanismo sostenible, resaltó que La Habana cuenta con más de 3 mil hectáreas de parques urbanos y recursos paisajísticos que deben integrarse en la planificación.
“La estrategia debe basarse en intervenciones integrales en áreas centrales compactas, priorizando ejes viales y nodos urbanos”, afirmó durante el Laboratorio Urbano la especialista, Premio Nacional de Arquitectura a la Vida y Obra (2015) y durante más de una década al frente del Plan Director de La Habana.

“Calles para la gente”: devolver protagonismo al peatón
La propuesta “Calles para la gente”, elaborada por Amanda Alonso, Carlos Raúl Salgado y Adriana Toirac, plantea reequilibrar la prioridad vial.
“Nos gustaría transformar el espacio público en un lugar accesible, inclusivo y seguro”, señalaron. La idea es reducir la percepción de inseguridad y fomentar la autogestión comunitaria.
Experiencias previas en Cuba, como el proyecto HaBici de movilidad sostenible, demuestran que la participación ciudadana puede generar cambios duraderos. “El éxito depende de modelos de gestión innovadores, como alianzas público-privadas y cooperativas locales”, enfatizó Gina Rey, igualmente una de las principales animadoras de los Talleres de Transformación Integral de Barrios, creados hace más de tres décadas para mejorar la calidad de vida en zonas vulnerables.

El papel de la cooperación italiana
El Laboratorio urbano de ideas para la Avenida Italia, del cual se originó Laboratorio urbano para Avenida Italia, el libro que recopila la imaginería y propuestas de estos jóvenes, se dio en el marco de la gestión directa AICS de la iniciativa Avenida Italia.
El proyecto, apoyado por la cooperación italiana con un presupuesto total de 2.650 mil millones de euros, cuenta con dos modalidades de ejecución. La primera, gestionada por Unioncamere Piemonte, busca rehabilitar espacios específicos para crear un biodistrito con experiencias de economía circular en sectores como el café y el chocolate. La segunda, ejecutada directamente por AICS en La Habana, que gestionó 250 mil euros del presupuesto total, organizó talleres culturales y formativos con jóvenes de La Habana, entre los cuales se halló el citado Laboratorio urbano de ideas, dedicado al urbanismo táctico.

“Queremos acompañar el proceso de desarrollo urbano integrado en Centro Habana, apoyando economías innovadoras, sostenibles y circulares”, explicó Chiara Vighi, coordinadora de cultura y desarrollo local de AICS, institución al margen de los vaivenes políticos en Roma.
Talleres: aterrizando sueños
Los talleres en repentismo, novela gráfica, moda y urbanismo realizados a principios de diciembre fueron concebidos como espacios de formación, diálogo e intercambio colectivo. Esas acciones han permitido a los jóvenes desarrollar competencias profesionales, fortalecer sus capacidades artísticas y abrirse camino hacia nuevas oportunidades de empleo.
En total, participaron en los laboratorios 100 jóvenes —60 mujeres y 40 hombres—, quienes hoy cuentan con herramientas profesionales renovadas, han tejido redes de contacto y compartido experiencias enriquecedoras y buenas prácticas.
Gracias a esta iniciativa, se consolidaron alianzas y se estrechó la articulación entre actores cubanos e italianos, que aportaron asistencia especializada en los talleres y en los eventos realizados, ampliando así el impacto y la proyección del proyecto.
“El taller no solo ha dado herramientas para adquirir conocimientos. Ha dado confianza, capacidad creativa. Ha sido un espacio para relajar, para mejorar emocional y espiritualmente”, estimó Ariel Estenoz, participante en el Taller de Repentismo.
Por su parte, la modista y arquitecta Karla Lemus Mesa, participante en el taller de moda circular, consideró que el diseño de ropa es una herramienta de crecimiento personal e inclusión social. Inspirada en el cómic “Acción en la Avenida Italia” de Eric Piedra Hernández, diseñó una prenda que combina lo urbano, lo surrealista y lo extravagante. Su pieza busca celebrar la diversidad, la fuerza interior y la individualidad, dentro de un enfoque de moda sostenible y respetuosa.

La experiencia de los talleres también fue de ósmosis para el profesorado italiano. “Viviendo en un país donde los materiales escasean, los jóvenes diseñadores cubanos demuestran una admirable capacidad de resistencia y reinvención, encontrando soluciones creativas para hacer crecer sus ideas”, indicó Andrea Bonotto, experto en marketing y moda del grupo Cuba Lab.
En la misma línea de reconocimiento, Francesco Matteuzzi, profesor de diseño de historietas, enalteció el valor del intercambio cultural: “Con este taller he aprendido mucho sobre la cultura cubana y sobre su gente; aunque llegué en calidad de profesor, también me he llevado valiosas lecciones”.

Problemáticas urbanas pasan por un laboratorio de ideas y propuestas
La regeneración urbana enfrenta obstáculos estructurales. Según Gina Rey, los principales desafíos son el envejecimiento poblacional, un marco jurídico insuficiente para la gestión descentralizada y la lenta introducción de innovaciones tecnológicas. Además, el deterioro habitacional y la centralización administrativa complican la implementación de proyectos.
En el taller de urbanismo se introdujo el principio del economista Raúl Oliván que él denomina “hexágono de innovación pública”, que integra accesibilidad, seguridad, imagen y vitalidad del espacio público.










Según el arquitecto Kiovet Sánchez Álvarez, profesor líder del taller de urbanismo, los ejercicios encomendados a los estudiantes estuvieron orientados “fortalecer capacidades de crítica constructiva desde diversos roles y perspectivas, fomentando el pensamiento estratégico y la innovación abierta entre los participantes”.
“La ciudad necesita modelos de gestión innovadores respaldados por nuevos instrumentos jurídicos”, advirtió el experto.
La Habana enfrenta una paradoja: posee un patrimonio urbano único, pero su infraestructura está deteriorada, irrecuperable en número creciente. La regeneración de Avenida Italia se concibe como un proyecto piloto para demostrar que es posible integrar cultura, economía y ecología.
De hecho, en el libro Laboratorio Urbano… se relacionan los escenarios negativos hallados en esa arteria capitalina, renombrada Avenida Italia en 1917, en honor a la alianza de los gobiernos de La Habana y Roma durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
La inaccesibilidad en la infraestructura peatonal; el déficit de vegetación urbana; la contaminación de residuos sólidos; el deterioro avanzado del patrimonio edificado y la sub utilización de lotes vacíos, aparecen, entre otras, en el inventario de calamidades y deudas irresueltas en el segmento vial.
Atendiendo a ese entorno tan desfavorable como desafiante, “la integración de industrias culturales y creativas puede financiar la regeneración urbana”, hizo notar Gina Rey en el taller de Urbanismo.
Los proyectos digitales para Avenida Italia elaborados por los talleristas son más que maquetas: son un manifiesto de cómo jóvenes y expertos imaginan una ciudad más inclusiva, verde y cultural en medio de un país atenazado por una crisis estructural de un modelo agotado y las duras sanciones de Estados Unidos, que roba tanqueros en el Caribe a la usanza de la piratería dieciochesca.
De ahí el peso y el alcance estratégico de la cooperación italiana, que permite un espacio de diálogo y experimentación que podría convertirse en modelo para otras ciudades cubanas y latinoamericanas.
¿Resultados tangibles? La intervención de place-making en la intersección del Malecón con la avenida, inaugurada el 26 de julio de 2025 gracias al esfuerzo conjunto de los participantes y el apoyo de la AICS, resaltó el arquitecto Sánchez Álvarez.
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Una herramienta para la acción
El reto ahora es pasar del plano digital a la realidad, en un contexto económico sumamente precario y, por momentos, hostil e incontestable. “Nuestro compromiso fue poner en diálogo y entender cómo cada uno puede aportar al proceso de transformación, amplificar y acelerar las ideas de los jóvenes para el bien común y para una ciudad más próspera y acogedora”, lanzó Sánchez Álvarez durante la reciente presentación del libro Laboratorio Urbano para Avenida Italia.
El texto —también es otra de sus virtudes— logra ser una herramienta para la planificación urbana y el rediseño de espacios con recursos locales y con participación de la ciudadanía, una oportunidad que el gobierno de Centro Habana puede aprovechar para transformar segmentos públicos hoy deteriorados, mal gestionados o en franca bancarrota.













