Pasa Kruda (Odaymara Cuesta ) y Pelusa (Olivia Prendes) tienen un camino largo en desarrollar proyectos culturales contestatarios. En ese recorrido destacan la conformación junto a Llane Alexis Domínguez de la primer grupo queer y vegano de arte en la Cuba de 1996. Luego, en 1999, junto a Wanda (Odalys Cuesta), fundan Krudas Cubensi.
Las Krudas llegaron para romper con modos tradicionales de hacer la música rap y sobre todo para romper la supremacía masculina que en el escenario cubano. Según Ariel Fernández Díaz: Las Krudas llegan en un momento para decirnos, el discurso de ustedes no esta completo, hay ciertos ingredientes en este discurso que están faltando, y nosotros lo vamos a poner, lo vamos a traer y vamos a estar contigo en esta batalla pero tú tienes que escucharnos a nosotros. Yo pienso que esa labor es muy importante porque Las Krudas de cierta manera creo que lo logran, concientizar a muchos de nosotros sobre tópicos que no queremos discutir, o que nos sentimos incómodos cuando los tenemos que discutir o abordar, y Las Krudas con una presencia constante a través de sus canciones, a través de sus presentaciones, de su activismo, nos están forzando a mirar hacia esas esferas sociales donde nosotros o bien no tenemos conocimientos o somos ignorantes o no tenemos la voluntad de mirar.[1]
En aquella primera etapa de Las Krudas, ellas se concentraron en la afrocubanía, visible desde su apariencias, mujeres con drealocks con vestimenta que recuerda el continente madre y fundamentalmente por sus textos. En ese momento también tenían fuertes vínculos creativos con intelectuales como Alfredo Hernández a.ka. “Punta de Laza”[2], y con Pablo Herrera[3].
Estas cubanas logran ponerle ritmo y flow a sus pensamientos de manera que en sus canciones narran la vivencia de ser mujeres que “gustan de papayas”, la libertad física y de pensamiento y el amor, se mezclan con unas ganas irremediables de hacer gozar y bailar:
No terrenal, amor verdadero, descomunal, dominical,/ vamos a jugar hasta el amanecer en espiral,mira, yo, me monto en camello/ toco tus cabellos,/ te envuelvo en destello, estallo,/ te subo la dosis,/ me tienes, te excito, educo, palpito,/ el orificio calentico, el sabor dulzón salaíto/ y el cielo azulito,/ con brillo infinito, temblando de a poco, de a muchito,/ y luego te digo te quiero y tu me dices: Ke rico![4]
No conocemos la existencia de estudios culturales que revelen como otras mujeres músicas cubanas han asumido el tema de las relaciones sexo-eróticas entre mujeres, pero a simple vista no se notan muchos ejemplos de lo anterior. Cantarle a las relaciones lésbicas no ha sido un tema central de la obra de las cantautoras cubanas, inclusive para aquellas que son lesbianas. En este sentido el periodista Joaquín Borges- Triana expresa:
En el propio orden de las asociaciones que me generan las Krudas está la evocación que hago de María Teresa Vera, destacadísima representante de lo mejor de nuestra trova tradicional. Esta mujer mulata y reconocida en el gremio como lesbiana, es un perfecto ejemplo de la compositora que evitó incluir en su obra frases o parlamentos que pudieran servir a modo de marca genérica, racial y lésbica, que debía distinguirla e identificarla.[5]
Las Krudas se acomodan en un rap verdaderamente revolucionario y progresista al punto de tener que emigrar: la “isla musical” les quedó chica a sus intereses y pasiones.
Locas, nos llaman locas, porque cuestionamos siempre lo que supuestamente nos toca/ Porque unidas y muy firmes seguimos aquí como rocas,/ porque nos llamamos bellas con este cuerpo de foca,/ porque no comemos carne ni usamos oro ni coca.[6]
No se puede ser extremadamente incorrecta en una sociedad que preconcibe el orden y categorización como lo válido. Mucho menos dentro de un movimiento que no por contestatario deja de ser machista, sexista y en algunos casos misógino. Como bien reconoce Pasa Kruda, al pedirsele que calificara al hip hop cubano: “Machista Pero Nosotras Siempre Representando”.
Porque lo cierto es que antes de su salida de Cuba, durante años ellas fueron marginadas por el canon imperante entre nosotros y, en correspondencia, nunca se les aplicó una lógica distinta a la patriarcal para comprender el arte y el lenguaje por el que han apostado desde sus comienzos y hasta la actualidad. En la propia cultura hip hop cubana, contradictoriamente con el hecho de ser un movimiento que lucha por la eliminación de las desigualdades sociales y la discriminación, las raperas han debido enfrentar un espacio de marginación debido a su lugar subalterno en la estructura social.[7]
En palabras de la investigadora Tanya Saunders: La política de Las Krudas es una de intervención linguística e ideológica entrometiéndose en discursos hegemónicos sobre raza, género, y sexualidad; también enfoca el problema de la opresión a través de una crítica de experiencias individuales las que ellas relacionan a formas de opresión social sistémicas. Su obra se concentra en cambiar la mente de conciudadanos como manera de estimular cambio social en la base.[8]
Simplemente Las Krudas, como cubanas, rompen todos los patrones posibles, también a la hora de abordar lo que significa salir de la Isla, vivir en la diáspora:
El trofeo de mi gente ke esta dentro y fuera, /Cuba es la isla también la diáspora./
Ojalá entendieran con explicarlo y ya,/ comienzo con el título: Nunca jamás./ El Nunca jamás es el vacío a donde vamos./ El Nunca jamás/ al ke no nos acostumbramos./ El Nunca jamas ke no nos representa /y al ke no representamo’ pero seguimos allá./
Allá también es duro lo ke se ha sobrevivido /y por más ke lo gritemos akí no nos han oído./ Solo traga el corazón ke en silencio ha sufrido/ y cuantas familias viven por kienes nos hemos ido./Kienes nos hemo ido antes/ kienes nos hemos ido después/kienes nos hemos ido cerca o de una puta vez.[9]
Además, la entrada en otros países, les hace también cuestionarse las condiciones en la que las personas migrantes se encuentran, así como los estereotipos ligados a la migración:
No me dejaron entrar en España/dicen que Cuba tiene mala maña./ Ey , no me dejaron entrar en España/ porque como soy negra pa esa gente soy extraña/ y con este pelo asi dijeron tiene la cabeza en las musaraña/ y por mis tatuajes pensaron esa negra no se baña[10]
Con varios años de vida artística fuera de Cuba, que ya suman siete, ellas se han presentado en circuitos donde se muestra la diversidad de la sociedad contemporánea. Según Pelusa:
Tenemos la comunidad hip hop, lxs feministas y gente queer. El mundo de lxs activistas por mejoras sociales, anarquistas. Tenemos la farándula de la teoría, tenemos la academia; y, muy importante y especial, para nosotras tenemos al pueblo, a la gente sencilla que también disfruta de nuestrx arte.[11]
Rítmicamente, los bits que apoyan los textos de Las Krudas se destacan, en este momento, por la presencia de géneros latinoamericanos como la cumbia, por solo mencionar uno. La experiencia de girar por varias localidades de los EU, así como visitar México, por ejemplo, dejan huellas en sus actuales composiciones. Su tema “Cumbia para Oshun”, incluido en el disco Levántate, producido en la ciudad estadounidense de Austin, en el 2012, es un ejemplo de lo anterior.
No obstante, al regresar a la Isla encuentran cada vez un escenario que las reconoce como parte de lo mejor del rap cubano que implica, además de sus líricas, la improvisación y su labor como activistas donde se destaca la intención de ofrecerles sentido y camino al aún incipiente movimiento de raperas cubanas. En palabras de la historiadora y activista cubana Logbona Olukonee:
Posicionándose como mujeres queers, feministas, afrodescendientes, caribeñas, defensoras de los derechos de la Pacha Mama, y de la comida cruda y vegana, Pasita y Pelusa están cambiando la cara heteropatriarcal del hip hop cubano, no solo con su presencia, sino también con el apoyo, espiritual y formativo del resto de las raperas y activistas que se encuentran a su alrededor.[12]
Además ellas continúan abordando aquellos temas que no por particulares son también universales como la afrodescendencia por ejemplo. También cantan a nuestras madres, tema que no por usual dentro del hip hop, pierde relevancia para esta agrupación:
Gracias por brindarme la primera mano/ gracias por coser tanto pa’ comprarme el piano/ gracias por inculcarme to’ este orgullo cubano/ gracias mamá por querer a este ser profano./ Gracias por las jabas y la luz mi santa/ aunque muy lejos estoy mi voz en tu oído canta,/ aunque un nudo se haga en esta mi garganta/ cuando pienso en ud me convierto en giganta.[13]
Podríamos afirmar entonces que la existencia de una agrupación como Krudas Cubensi ha legitimado una escena artística “alternativa”[14] cubana, que lleva implícita aquellos valores que estas “artivistas”[15] defienden:
Amar. Justicia en este mundo. Naturaleza. Equilibrix. Respetx. Horizontalidad=Circularidad.
Arte como forma de vida que nos empodera y mejora la existencia. Cambio, emigración.
La atención al cuerpo como templo=Vegetarianismx+ Krudismx.
El cuidado del planeta, sus recursos y las especies que le habitamos.
Alegría. Autonomía. AfroCuba. Celebración de nuestrxs cuerpos. Autoestima.[16]
[1] Ariel Fernández Díaz entrevistado en el documental Queen of my self: Las Krudas d Cuba de Celiany Rivera-Velázquez.
[2] Alfredo Hernández Gómez, reconocido percusionista cubano, ya fallecido de formación autodidacta y que trabajase dentro del movimiento de hip hop cubano vinculado a agrupaciones como Krudas Cubensi, Obsesión y Ogguere.
[3] Pablo Herrera, intelectual cubano de mayor prominencia dentro del Movimiento Cubano de Hip-hop. Gestor de agrupaciones que luego se convertirían en verdaderos hitos de la música cubana, tal es el caso de Orishas.
[4] Odaymara Cuesta y Olivia Prendes: “Punto G”, CD Levántate, Austin 2012.
[5] Joaquín Borges-Triana: ¡Vivan las gordas sin domesticar!, en Caimán Barbudo, disponible en http://www.caimanbarbudo.cu/musica/2012/09/vivan-las-gordas-sin-domesticar/
[6] Olivia Prendes: “Locas”, CD Levántate, Austin 2012.
[7] Joaquín Borges-Triana: Ibidem
[8] Tanya Saunder: “La Lucha Mujerista: Krudas CUBENSI and Black Feminist Sexual Politics in Cuba.” Caribbean Review of Gender Studies, Mona, Jamaica: University of the West Indies, 2009, disponible en http://sta.uwi.edu/crgs/november2009/journals/CRGS%20Las%20Krudas.pdf.
[9] Olivia Prendes y Odaymara Cuesta: “Te entrego”, CD Levántate, Austin 2012.
[10] Odaymara Cuesta y Olivia Prendes: “No me dejaron entrar”, CD Krudas Compilación, Austin 2009.
[11] Sandra Abd’Allah-Alvarez Ramírez: Ibidem
[12] Logbona Olukonne: Krudas Cubensi: timón del nuevo afro-feminismo queer cubano, en Negra cubana tenía que ser, disponible en http://negracubanateniaqueser.wordpress.com/2014/02/24/krudas-cubensi-timon-del-nuevo-afro-feminismo-queer-cubano/
[13] Krudas Cubensi y Sound sister: “Madrecita”, CD Levántate, Austin 2012.
[14] Hago un uso discreto de la palabra “alternativa” para propiciar la compresión, pero en realidad no soy partidaria de su uso indiscriminado pues legitima que hay un centro, un paradigma, cuando en realidad hay varios, solo que algunos son hegemónicos y mayoritariamente compartidos.
[15] El termino “artivismo”, es de reciente creación y usado por aquellos artistas e intelectuales que participan de movimientos sociales, luchas reivindicativas, etc. En ella se unen las palabras arte y activismo.
[16] Sandra Abd’Allah-Alvarez Ramírez: “Krudas Cubensi, rap desde las trompas de Falopio”, Pikara Magazine, disponible en http://www.pikaramagazine.com/2013/05/krudas-cubensi-rap-desde-las-trompas-de-falopio/#more-11505