Cuando el empresario y millonario chino Wang Jing, en el año 2013, anunció que construiría un canal interoceánico a través de selvas, ríos y lagos de Nicaragua, fueron develados antecedentes de este proyecto en la segunda mitad del siglo XIX.
La prensa reconoció el protagonismo que tuvo el ingeniero civil cubano Aniceto García Menocal, precursor de la idea.
Nació en La Habana el 1 de septiembre de 1836 y fue bautizado en la parroquia de Aguacate, pequeño poblado rural.1 Provenía de una familia acaudalada, con negocios en la producción de azúcar, establecida en Cuba desde fines del siglo XVII.
Sus padres se nombraban Gabriel García Menocal López, natural de La Habana y María del Carmen Martín Molina, de Matanzas. Era el menor de tres hijos y quedó huérfano con apenas un año de edad, al fallecer su padre.
La situación económica de la familia le permitió adquirir una educación sólida, que incluyó el dominio del idioma inglés. Viajó a los Estados Unidos en 1858 para estudiar en el Instituto Politécnico Rensselaer, donde se graduó en 1862. Volvió a La Habana, cuando el ingeniero Francisco de Albear y Fernández de Lara intentaba construir un acueducto, con punto de partida en los manantiales de Vento, para suministrar agua a la ciudad.
García Menocal laboró en este proyecto desde 1863 hasta 1869. Primero fue asistente y después ingeniero jefe de la obra hidráulica, calificada como una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.
El 16 de junio de 1866 se casó con Elvira Eulogia Martín Alomá.
Tal vez la lentitud en la ejecución del Canal de Vento, debido a las afectaciones económicas creadas por la guerra, motivó que regresara a Estados Unidos en 1870.
Contratado por el Departamento de Obras Públicas, de la ciudad de Nueva York, pronto participaría en su primera aventura internacional.
El presidente Ulysses S. Grant había solicitado al general George B. McClellan, jefe del Departamento de Muelles de la Ciudad de Nueva York, que le sugiriera el nombre de un ingeniero para un estudio topográfico con el fin de construir un canal en Nicaragua que facilitara el comercio de los Estados Unidos, entre los océanos Atlántico y Pacífico. McClellan recomendó a Menocal.
Expediciones
El proyecto, dirigido por Edward P. Lull, de la Marina de Estados Unidos, se desarrolló entre 1872 y 1873 y fue la primera investigación topográfica, geológica e hidráulica de la cuenca del río San Juan, entre otras efectuadas durante el último tercio del siglo XIX.
Este estudio “se enfocó en solucionar los problemas que presentaban los rápidos de la cuenca media del San Juan. Fue el primero en proponer la construcción de represas en serie, con el objetivo de eliminar los inconvenientes que presentaban las aguas tropicales torrenciales en la vía interoceánica. El resultado fue un proyecto muy oneroso —un total de 65,77 millones de dólares—, debido esencialmente a los costos que representaban las obras de las represas, terraplenes y esclusas de un canal de semejante envergadura”2.
Una vez conocido el resultado del estudio, el gobierno federal de Estados Unidos, decidió financiar otra investigación, pero en Panamá, para entonces provincia de Colombia. Menocal fue nombrado ingeniero jefe de esa expedición realizada entre 1874 y 1875. Trabajaba entonces para la Marina.
Según sus conclusiones, un canal a nivel del mar no era práctico en Panamá, resultaba más factible abrir una vía, más corta, de esclusas a través de Nicaragua. Las obras de ingeniería, opinaba, serían de menor tamaño y costo. Al paso del tiempo cambió de visión con respecto al costo.
Un congreso internacional
Menocal insistió, como lo demuestra su destacada participación en el Congreso Internacional para los Estudios del Canal Interoceánico, que se reunió el 15 de mayo de 1879 en París. En ese tiempo estaba en el debate si debía construirse en Nicaragua o Panamá.
“Al día siguiente (17 de mayo), Ammen y A.G. Menocal, otro miembro de la delegación norteamericana, rindieron una magnífica versión, apoyada con mapas, dibujos y planos, que dejaron a la concurrencia con la inquietud que muy poco se conocía en Europa sobre este tema.
Menocal hizo una explicación técnica sobre las ventajas de la ruta por Nicaragua, que se ganó de inmediato la aprobación y admiración de los congresistas, por su destacado análisis, totalmente lleno de un espíritu científico, proveniente de un verdadero profesional de la ingeniería (…) Menocal volvió al día siguiente para una nueva intervención, a martillar contra la ruta por Panamá, ya fuera canal a nivel o a esclusas, por el enorme e inevitable problema del Río Chagres y la manera de cómo llegar a dominarlo.
La Comisión Técnica tuvo que estudiar, por lo menos, catorce diferentes proposiciones en Centro América (…) y que fueron eliminadas en su totalidad, excepto Nicaragua y Panamá, resultando evidente, que después del brillante razonamiento de Menocal, la primera hubiera sido escogida de inmediato, de haberse votado en ese momento.”3
Pero las sesiones continuaron el 29 de mayo y predominó la tesis que defendía Ferdinand de Lesseps, quien había finalizado la construcción del Canal de Suez y era considerado, por el éxito de esta empresa, como héroe nacional de Francia. David McCullough en su libro Un camino entre dos mares: la creación del Canal de Panamá (1870-1914), calificó al Congreso: el consenso de uno solo. Al año siguiente, la compañía fundada por Lesseps inició los trabajos en Panamá, aunque fracasó.
Menocal debió regresar decepcionado del evento, a pesar de que Jules Grévy, presidente de Francia, le otorgó la orden Caballero de la Legión de Honor.
Socio del expresidente Ulysses S. Grant
Al volver a Estados Unidos rindió cuenta de la encomienda con un informe redactado con el rigor que le era característico. Disfrutaba ya de fama como hombre relevante en el campo del intelecto, pero también por ser pragmático y valiente a la hora de emprender investigaciones, fatigosas y no exentas de peligros en selvas y lugares inhóspitos, donde la fiebre amarilla y otras enfermedades causaban estragos.
“Menocal se asoció con el ex presidente Grant, Levi P. Morton, el general McClellan, el contralmirante Ammen y otros hombres prominentes en una organización llamada Sociedad Provisional del Canal Interoceánico. En mayo de 1880, Menocal obtuvo para la sociedad una concesión de la República de Nicaragua para la construcción de un canal. Posteriormente, la sociedad se fusionó en una corporación conocida como la Compañía del Canal Marítimo de Nicaragua y Menocal se convirtió en su ingeniero jefe”4. La quiebra económica de la empresa de Grant, en mayo de 1884, también afectó a la compañía del Canal y la concesión caducó.
Dentro de la Marina, en 1881, se desempeñó como ingeniero consultor de la Oficina de Astilleros y Muelles, allí diseñó la Fábrica de Armas Navales que se construiría en Washington, DC. Por cierto, su asistente Robert Edwin Peary, posteriormente fue el primer hombre en llegar al Polo Norte.
Varias veces Menocal viajó a Nicaragua entre 1876 y 1884. Continuó sus investigaciones, financiadas por el gobierno de ese país, para mejorar el puerto de Greytown y la navegación del Río San Juan. Estudió, además, una conexión de canal entre los lagos de Managua y Nicaragua, la denominada Ruta Tititapa.
El reporte de sus investigaciones, redactado en 1885, fue publicado en 1886 como libro y constituye obra de consulta tanto por las informaciones, planos y mapas que aporta como por las fotografías de valor histórico. También es autor del volumen El Canal de Nicaragua: su diseño, ubicación final y trabajo realizado (1890). Los dos textos han sido reeditados.
“El 20 de febrero de 1887, el Congreso aprobó la organización de otra Compañía del Canal Marítimo de Nicaragua y nombró al Ingeniero Civil Menocal su ingeniero jefe. Menocal obtuvo una nueva concesión de Nicaragua el 24 de abril de 1887 y otra de Costa Rica el 9 de agosto de 1888. Para 1890, la Compañía del Canal Marítimo había terminado los estudios de ubicación y comenzó el trabajo de construcción inicial. La compañía pudo comprar siete grandes dragas de escalera de contratistas del ahora desaparecido esfuerzo del canal francés de Panamá, y para 1892, había construido cuartos para trabajadores y otras instalaciones en Greytown, Nicaragua. La compañía también dragó y abrió para la navegación un canal de 500 pies de ancho y 15 pies de profundidad desde Greytown hasta el mar previamente inaccesible. Desafortunadamente, la crisis financiera de 1893 detuvo el trabajo. Los intentos durante las administraciones de Cleveland y McKinley para que el gobierno de los Estados Unidos tomara el control del proyecto fracasaron y las concesiones del canal expiraron. La acción adicional se retrasó por la guerra con España”.5
Menocal continuó, al detenerse el proyecto, su labor profesional en Estados Unidos. Trabajó en Virginia y Nueva York. El 30 de octubre de 1897 viajó a Nicaragua, regresó a Nueva York en enero del año siguiente, también visitó Europa en busca de financiamiento para el canal, pero no logró su propósito.
De aquellos años, no puede olvidarse en el recuento, su defensa de la ruta interoceánica ante la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en la Cuarta Conferencia Internacional sobre Vías Navegables Interiores en Manchester, Inglaterra (1890), y en el Congreso Mundial de Comercio de Agua de Colombia (1893)6.
En una de aquellas expediciones científicas en Nicaragua tuvo como asistente a su sobrino Mario García Menocal, graduado de ingeniero en la Universidad de Cornell, en Nueva York, en 1888; después sería un destacado jefe militar independentista y presidente de la república de Cuba.
Emprende nuevas misiones
Al sentir su salud quebrantada optó por jubilarse de la Marina, el 1 de septiembre de 1898, tenía 62 años de edad y el grado de Comandante. Pero continuó prestando servicios al Gobierno estadounidense que, finalizada la guerra en Cuba, lo comisionó, con otros colegas, para hacerse cargo de la propiedad naval española. En 1900, contribuyó al establecimiento de una base naval en Olongapo, Filipinas. Dos años más tarde estaba en Liberia para estudiar la posibilidad de crear una estación carbonera.
Volvió a Cuba para trabajar en el proyecto del canal San Roque, en 1906, y en el estudio topográfico previo a la construcción de un camino carretero entre el puerto de Isabela y Sagua, en 1907.
Al constituirse una asociación de ingenieros cubanos, egresados de la Escuela Politécnica de Troy, fue nombrado su Presidente. Poco pudo hacer en el cargo ya que murió el 20 de julio de 1908 en la ciudad de Nueva York. Los restos de quien fue una gloria de la ingeniería descansan en el cementerio naval, en Arlington.
Notas:
1 Francisco Xavier de Santa Cruz y Mallén: Historia de familias cubanas, Tomo 1, pág. 167.
2 Pascal O. Girot Pignot: “Canales, Balcanes y volcanes: 200 años de rivalidades geopolíticas en torno al río San Juan”, Anuario de Estudios Centroamericanos, volumen 47, 2021, pág. 10.
3 “El Congreso Internacional para los Estudios del Canal Interoceánico”.
5 Ídem.