Pablo Millán Fernández comenzó con el pie derecho su historia en el béisbol cubano. Fue uno de los lanzadores del equipo Cuba que ganó el Campeonato Panamericano Juvenil de Ixtapa en México en 2007.
Sin embargo pudo haber hecho el grado en 2006 pero su 13-2 en el nacional juvenil no le dio el aval suficiente, algo que sí consiguió con el fenomenal 0,50 de PCL en su segundo año en la categoría.
Tuvo tanta fortuna que aquel equipo arrasó en Ixtapa con seis victorias consecutivas. Les recuerdo algunos nombres: Fredy Asiel Álvarez fue el MVP del torneo al vencer a Estados Unidos y Canadá, Yozzen Cuesta y Dayán Viciedo dominaron los departamentos de bateo y carreras impulsadas con cifras de 667 y 8 respectivamente, y el zurdo Onelkis García no permitió carreras limpias en el torneo.
Además de Cuesta, Viciedo, Fredy Asiel y Onelkis, se incluyó en el Todos Estrellas del evento al receptor Yaniel Cabezas y al jardinero Yasmani Tomás. Por si fuera poco integraban la selección los torpederos José Antonio Iglesias y Adeiny Echevarría y los lanzadores Noel Argüelles y Reinier Roibal. Solo el diestro villaclareño Fredy Asiel Álvarez permanece en Cuba.
Con este antecedente debutó en el máximo nivel de la pelota cubana en la temporada 2007-2008 pero sus números no fueron buenos: 2-5 con 5,12 de PCL. En la serie siguiente tampoco estuvo bien con 3-6 y 5,11 pero a partir de la SN 49 la historia fue diferente.
Su temporada consagratoria fue la 2011-2012 (51 SN) cuando lideró como relevista la efectividad en el torneo con 1,52 con siete victorias e implantó record de salvamentos para un holguinero en campeonatos nacionales con 18.
Esta brillante actuación lo llevó en 2012 al Cuba que enfrentó al equipo Estados Unidos en el tope bilateral, al que asistió al Torneo de Haarlem, al que estuvo en el tope frente a Nicaragua y al de 29 peloteros de la gira asiática en noviembre, previo al Tercer Clásico Mundial.
Cuando parecía que su presencia estaba asegurada al magno evento de marzo de 2013, el manager Víctor Mesa le dio baja como refuerzo del equipo Matanzas donde apenas lanzó veinte entradas. Este hecho prácticamente lo condenó al ostracismo rumbo a eventos internacionales. En su última temporada en Cuba tuvo balance parejo de 8-8 con seis salvamentos y aceptable 2,83 de carreras limpias.
En siete clásicos cubanos ganó 32 y perdió 30 con 40 salvamentos y su PCL fue para un buen 3,58. Lo más llamativo de su carrera en Cuba fue su excelente control ya que apenas otorgó 127 boletos en 414,1 entradas con solo 29 pelotazos.
Su partida hacia República Dominicana en el verano de 2013 lo dejó en el anonimato hasta que varias fuentes anunciaron hace unos días su contrato de liga menor por 8 millones de dólares con los Dodgers de Los Ángeles.
Es afortunado el holguinero de 25 años cuando en ocho meses ha demostrado su valía y el aumento de velocidad que han llevado a los especialistas al criterio de reconvertirlo en abridor en las menores. Una dura prueba para Pablo Millán porque en Cuba apenas promedió un poco más de 59 entradas por campeonato.
Les confieso que siempre aposté por la calidad de este lanzador e incluso mi teoría sobre su nivel me llevó a grandes discusiones con mi hermano: un gran conocedor desde su posición como aficionado. Pero esta vez, Delmys, tuve mayor fortuna. La de Pablo Millán venía desde que hizo el grado para un evento internacional en 2007 con aquella pléyade de luminarias que llegarían al máximo nivel.