El Salón de la Fama del Béisbol Cubano después de su refundación, y tras 53 años sin exaltaciones parece que será inclusivo. No importa el camino que hayan tomado los grandes jugadores si son cubanos y tuvieron una destacada actuación en el deporte de las bolas y los strikes, en cualquier lugar del mundo.
Durante la ceremonia de 2014 fueron inmortalizados dos peloteros que hicieron la mayor parte de su carrera en las Grandes Ligas, y eso es un buen síntoma. Orestes Miñoso y Camilo Pascual se merecen por derecho propio su inclusión en tan selecta lista. Aunque, según algunas fuentes, le hayan sido negadas invitaciones por parte del INDER a ambos cubanos para que estuvieran en la ceremonia efectuada en la provincia de Granma.
A las puertas quedaron nombres como Atanasio «Tany» Pérez y Luis Tiant (Jr). Lo que resulta inconcebible es que estos dos peloteros hayan figurado en el listado de la primera etapa seleccionada (1864-1961) cuando en realidad tuvieron sus mayores logros en la pelota rentada a partir de la década del 60. Si la segunda etapa queda solo para el béisbol revolucionario ¿qué pasará con figuras como Antonio Oliva, Orlando Hernández y José Ariel Contreras?
Daba mi voto seguro para el primer listado a Tany Pérez. El ilustre avileño es el único cubano que ha jugado en Grandes Ligas que está inmortalizado en Cooperstown. Resulta contradictorio que el jugador cubano esté inmortalizado en el Hall de la Fama de Estados Unidos desde el 2000, y no haya sido incluido ahora. Sus números hablan por sí solos. Bateó 379 jonrones y ganó las series mundiales de 1975 y 1976 con la llamada Gran Maquinaria Roja (“Cincinnati’s Big Red Machine”). Fue elegido siete veces al Juego de Estrellas, y fue votado Jugador Más Valioso de este evento en 1967. Anotó 1261 carreras e impulsó 1652, y en la década del 70 fue el segundo empujador en la Gran Carpa con 954 solo superado por su compañero de equipo, el receptor Johnny Bench.
Sobre la trayectoria de Antonio Oliva y Luis Tiant (Jr) no abundaré porque ya analizamos los números de ambos en un trabajo anterior.
El otro gran ausente en esta primera votación, y muy cuestionado por todos, es Antonio Pacheco. Al camarero indómito le pasó factura su decisión de instalarse recientemente en los Estados Unidos. Fácilmente podía estar entre los primeros cinco exaltados. A pesar de las coacciones que existieron en la votación con respecto a Pacheco (aunque sin mencionar su nombre) resultó el onceno más votado, y estuvo a un solo voto de situarse entre los 10 finalistas de la segunda etapa.
El Capitán de capitanes está entre los diez primeros en once departamentos: ocho ofensivos y tres defensivos. Por si fuera poco es onceno en triples con 63 y en average con 334. Solo él y Orestes Kindelán integran el club de los 2000 hits, 1300 carreras impulsadas y 3700 bases recorridas. Junto al matancero Fernando Sánchez constituyen los únicos peloteros con más de 60 triples y 1200 carreras impulsadas. Antonio Pacheco fue el camarero regular del equipo Cuba durante dos décadas. El mítico jonrón de emergente frente al astro Pedro Luis Lazo para decidir un campeonato en el ocaso de su carrera bastaría para inmortalizarlo. Su exaltación no puede esperar más. Pacheco tendrá que ser incluido en la segunda o tercera elección. Si no es así el Salón de la Fama naciente no será muy tomado en cuenta.
Otro que por méritos propios tendrá que resultar elegido es Orlando “El Duque” Hernández. Su record de 728 en promedio de ganados y perdidos (126-47) en la pelota cubana en la era del bate de aluminio parece irrompible. Lanzadores extremadamente ganadores como Norge Luis Vera y José Ariel Contreras no pudieron rebasarlo. Además en 8 años con el equipo Cuba ganó todos los títulos internacionales desde el olímpico hasta el centroamericano, con tres campeonatos mundiales y dos Copas Intercontinentales incluidos.
Por si fuera poco El Duque consiguió cuatro anillos de Series Mundiales, tres de forma consecutiva con los Yanquis de Nueva York en sus primeras temporadas en la gran carpa entre 1998 y el 2000 siendo el único jugador extranjero en conseguirlo, y otro con los Medias Blancas de Chicago en 2005.
Es el lanzador con mejor frecuencia de ponches en juego de nueve entradas en Series Mundiales con un astronómico 11,30 al propinar 36 ponches en 28.2 entradas de actuación. Además su K/9 en la gran carpa fue de 7.4 con 1086 ponches en 1314.2 entradas Fue el primer lanzador en ganar sus ocho primeras decisiones en play off en las Grandes Ligas, en los que acumuló 9-3 con 2.55 de PCL y 107 ponches en 106 entradas.
También tendrá su placa José Ariel Contreras que tuvo un promedio de ganados y perdidos en Cuba de 701 (117-50), y lanzó para un excelente 2,82. Su última temporada en Cuba (2001-2002) fue fenomenal con 13-4, y promedio de limpias de 1,76. Contreras se fue invicto durante seis años con la escuadra cubana en eventos internacionales por lo que las máximas autoridades políticas del país llegaron a compararlo con Antonio Maceo al endilgarle el título del Titán de Sandino.
En el béisbol de Grandes Ligas ganó 78-67 con 889 ponches en 1173 entradas, promediando a 6,8 ponches por cada nueve entradas. Contreras fue el principal líder del picheo que le dio la Serie Mundial en 2005 a los Medias Blancas de Chicago. Ese año tuvo una excelente temporada de 15-7 con 154 ponches y fue el ganador del primer partido de la Serie Mundial. No debe tener problemas para incluirse en la inmortalidad.
Un espacio en el sagrado recinto también tendrá Liván Hernández, único cubano seleccionado MVP en una Serie Mundial, con aquellas dos victorias memorables en 1997 en la temporada de su debut en las Grandes Ligas. El hermano menor de Orlando tuvo foja de 178-177 de por vida con 1976 ponches. En play off lanzó para 3.97 con siete victorias y tres derrotas. Fue seleccionado al Juego de las Estrellas en las temporadas 2004 y 2005 en las que alcanzó el Bate de Plata por sus números como bateador, y además fue líder en lanzamientos de las Ligas Mayores con 3.927 y 4.009 respectivamente.
Esperemos que el Salón de la Fama del béisbol cubano siga con paso firme y que incluya en un futuro con toda justicia a los peloteros que hemos analizado. Sus trayectorias deportivas así lo ameritan. Omitirlos sería escandaloso.