Cada 24 de diciembre, en vísperas de la Navidad, se celebra la Misa del Gallo para recordar el nacimiento del niño Jesús.
En la Catedral de La Habana se reunieron esta vez, como siempre, cientos de personas. El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, ofició la misa y desde el púlpito, llamó a todos al respeto, al amor, a saber perdonar, a valorar la familia.
Muchos feligreses recibieron la sagrada comunión y, como es tradición, se abrazaron y besaron en la liturgia.
Al concluir la homilía, el niño Jesús fue sacado del altar y llevado por un sacerdote a su “Nacimiento” al tiempo seguido por otros representantes de la Iglesia y el pueblo.
Ortega bendijo a todos los cubanos, donde estuvieran.