ES / EN
- mayo 10, 2025 -
No Result
Ver todos los resultados
OnCubaNews
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
OnCubaNews
ES / EN
Inicio Cuba Sociedad Tradiciones

Marcos Keitel Matamoros

por
  • Ricardo Riverón
    Ricardo Riverón
julio 2, 2017
en Tradiciones
2

Tengo un amigo que murió hace poco en Costa Rica, con 101 años. Tenía ascendencia alemana y de ella había heredado, además del primer apellido, cierto refinamiento. También la tardía vocación aforística gracias a la cual construía frases insólitas e inolvidables. Se llamaba Marcos Keitel Matamoros.

Cuando la hora del almuerzo o la comida estaba cerca y el hambre le clavaba su cruz en el abdomen, mi amigo emitía, con percutir gutural y acento latino, la única frase que conocía en la lengua de sus antepasados: Ich habe hunger! y María le servía su ración.

Éramos vecinos en el batey del Central Carmita. Corrían los inicios de los sesenta y una de esas vidriosas mañanas de febrero –plena zafra– mientras la neblina hacía causa común con el mosto de la melaza, Marcos nos llevó a cazar rinocerontes. En la inédita expedición enroló a varios “colaboradores”: su hijo Marito el Jabao, Manolito Vaca Joca, Fernandito la Tortilla, Rafelito Palidez y yo: más conocido por Azulejo.

—Prepárense, que mañana partimos para la selva –nos dijo la noche anterior. Y nos sentimos personajes de algún muñequito de Tarzán, o de una de aquellas películas de escopeteros infalibles con las que, tarde por tarde, nos intoxicábamos viendo Cine del hogar, precisamente en su casa.

Aquel pichón de germano atesoraba en su saleta una utilería de inicios del siglo XX que parecía sacada de los estudios Keystone, de Mack Sennet. El más curioso de los objetos era un gramófono de cuerda donde pasábamos discos de 78 revoluciones por minuto. En la discoteca tenía sobre todo valses y tangos; entre ellos, aquella variante de “El Choclo” que Blanca Rosa Gil grabó con la letra de su versión centroamericana: “Besos de fuego”.

Marcos Keitel y su mujer, María Rolando, nos hacían demostraciones de baile con la pieza original: “Por tu milagro de notas agoreras / nacieron, sin pensarlo, las paicas y las grelas, / luna de charcos, canyengue en las caderas / y un ansia fiera en la manera de querer…”. Atornillaban y desenroscaban sus pantorrillas, marcaban el arco lumbar, ascendía el abrazo sicalíptico del muslo femenino, se sucedían los giros del cuello a contratiempo con los del torso, y quedábamos boquiabiertos. A decir verdad, no veíamos diferencia entre aquel performance y los de Carmencita Calderón y El Cachafaz, famosos porteños.

Un refrigerador de kerosene –en el batey decían “de aceite de carbón”–, el orticón donde nos asustamos con Nosferatu el vampiro, una Kódak de cajón, un reloj cuco, una ouija, un molinillo de café de porcelana, una muñeca llorona, una cajita de música y un automóvil Opel de los años cincuenta, eran objetos muy preciados en el stock de aquel representante de la Weimarer Republik.

Pero nada como su colección de escopetas. Para el safari, distribuyó el arsenal según su escala jerárquica. Para él: la de cartuchos; para su hijo Marito: el Marca U; para Manolito: la de pellets; para Fernandito: la de perdigones; y para el resto: tirapiedras de cabo de guayaba y ligas de cámara de bicicleta. Keitel era el único con atuendo de cazador: casco, polainas, canana, anteojos. Bella la comitiva. Éramos tan jóvenes y despeinados.

Lo que en realidad íbamos a cazar eran puercos jíbaros, porque a su pariente Herculano Matamoros –alias El Culano– unos cuantos cochinaticos le cogieron el monte y ni rastro de ellos en tres o cuatro meses.

Aunque éramos unos ingenuos adolescentes, no teníamos ni un pelo de comemierdas y enseguida supimos que aquello de los rinocerontes clasificaba como una de las tantas fantasías lúdicas del ario. Pero le seguimos la corriente y asumimos el operativo como si de verdad aquellos marranos huyuyos tuvieran un cuerno en la frente. Los cazamos, a puro perdigón y pedradas, a emboscada limpia.

Keitel se desempeñaba como jefe de almacén del central, un puesto de cierto rango. Ni sé por qué lo consideraban burgués. Tampoco hallo lógico que cuando Girón, en 1961, lo tuvieran detenido hasta el cese de los combates.

Parte de la estrategia de defensa del país se basaba en cortar las bases de un posible apoyo interno, y por eso metieron en cana a todos los sospechosos de profesar filiaciones opositoras. Keitel nunca había dicho ni esta boca es mía, pero la requisa en el batey la dirigió Filiberto Estrada, el temible Agente Perchero, a quien su poca cultura lo llevó a pensar que la frase Ich habe hunger!, que suponía inglesa, podía implicar apoyo al enemigo, y… ¡Pa la jaula!

Mientras Girón ardía, Perchero se paseaba por el batey del central, orondo, en el Opel de Keitel, como si fuera suyo. Al finalizar la contienda, se lo devolvieron, pero las escopetas pasaron a nutrir el arsenal de las fuerzas afines a la Revolución. ¡Adiós rinocerontes!

A partir de aquella experiencia nuestro amigo, cuando el hambre le roía el cuerpo, reclamaba, como cualquiera de nosotros:

—¡La comida, que tengo hambre!

El pobre Marcos, que nunca marcó filiación política alguna, también perdió el puesto de jefe de almacén y, aunque lo reubicaron como pañolero, se aplanó bastante, abandonó sus dialectales extravagancias. Nunca se recuperó totalmente. Pero trabajó mucho, y bien, como sabía hacerlo. Y un buen día le dieron la responsabilidad de organizar y dirigir la brigada de prevención de incendios.

Asumió la tarea con todo el rigor a que lo conminaba su recia formación cívica, aunque se trataba de una labor voluntaria. Se informó con cuanto documento se puso a su alcance: sobre Química, sobre Física, sobre Biología, sobre cualquier ciencia o procedimiento relacionados con la combustión.

Terminó elaborando un manual sobre el orden en que se deben usar los aperos de la pizarra de prevención de incendios. También comenzó a dictar seminarios populares. Los emitía desde la garita de la puerta de la industria, sin que lo parara el estruendo fabril. Su único auxilio: el acatarrado micrófono y la bocina de trompeta de los actos patrióticos con que el Agente Perchero insistía aún –ya con menos poder– en “aplastar a la gusanera”.

Fue una época casi feliz para Keitel, pues dio rienda suelta a sus reflexiones teóricas. Estas tuvieron su colofón en los aforismos que, solo a Katy Lamas y a mí nos leía a la hora de la merienda vespertina, en el limpio y ordenado pañol de herramientas.

Transcribo unos pocos ejemplos de sus frases, para ilustrar:

“La potencia empleada por el hombre para obtener las flores de la conquista y los frutos de la victoria depende de la energía que este pueda utilizar”.

“Llamas: son las lengüetas rojas, verdes y amarillas, que valiéndose de un material combustible y la presencia del oxígeno se inflaman en el aire en forma de llama”.

“Fuego: es el fenómeno físico, químico y biológico derivado de la combustión de un ente sólido que termina transformado en gases y materia inútil”.

A nosotros nos gustaba que aquel señor, mucho más viejo que nosotros, nos diera sus recitales, aunque para ser sinceros, cierta voluntad burlesca nos lo facilitaba. Pero con toda seguridad, nuestra receptividad también pretendía resarcirlo, aunque fuera con la ilusión, de los injustos desafueros que enfrentó sin comerla ni beberla.

Keitel era un hombre bondadoso, por eso la noticia de su muerte, a tan avanzada edad, en el relajado ambiente familiar que cultivó siempre con esmero, aunque dolorosa, casi me hizo feliz. Al menos sobrevivió, con calidad y cariño, los abusos del implacable Perchero.

Antes de ir para Costa Rica el amigo se mudó a Cienfuegos. Ya no andaba muy claro, de ahí que el último axioma que nos regaló en la víspera de su partida fuera el más curioso de todos. Los incendios seguían ocupándole las neuronas. En su saleta mágica, mientras oíamos “Besos de fuego”, sentenció con un poco de desgano:

—Los besos desatan incendios eléctricos. Se apagan con CO2, nunca con espuma.

Noticia anterior

Cuba: Postales turísticas

Siguiente noticia

Mario Cremata y la voluntad de prevalecer

Ricardo Riverón

Ricardo Riverón

Artículos Relacionados

El maestro del ron cubano Asbel Morales sirviendo ron Havana Club, en el almacén de maduración de la destilería de San José, provincia de Mayabeque.Foto: Ernesto Mastrascusa/ EFE.
Tradiciones

En busca del cambio generacional en el saber hacer de los maestros del ron cubano

por EFE
febrero 9, 2025
0

...

Cuba celebra el advenimiento del Ano Nuevo para China en el Paseo del Prado de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez
Tradiciones

¡Un dragón en el Prado! China celebra feria de Año Nuevo Lunar

por Redacción OnCuba
enero 26, 2025
0

...

Desde la Casa del Cimarrón, los miembros de la expedición. Foto: Julio Larramendi.
Tradiciones

El Camino del Cimarrón: listo para el horario de máxima audiencia

por Guillermo J. Grenier
agosto 19, 2024
0

...

Lorena Faccio. Foto: My Reguera. Cortesía de la entrevistada.
Cocina

Lorena Faccio desde su cocina: “Uso lo que hay y transformo lo que veo”

por Deborah Rodríguez Santos
junio 21, 2024
0

...

Manuel Ángel, mi padre; Elvira Serrano, mi madre, cargando a mi hermano Rodolfo, y
mi hermana Marta el día que cumplía 5 años. Yo soy el “angelito” que sonríe. En
nuestro apartamento de La Habana Vieja, 1968. Foto: Cortesía del autor.
Tradiciones

Papá en los años duros

por Ernesto Daranas
junio 16, 2024
1

...

Ver Más
Siguiente noticia
Mario Cremata Ferrán. Foto: Gabriel Guerra Bianchini

Mario Cremata y la voluntad de prevalecer

Ilustración: Zardoya.

Gaceñiga

Comentarios 2

  1. Rita Valenzuela says:
    Hace 8 años

    Excelente evocación. Es un hombre (o dos: Riverón y Marcos), pero también una época. Crónicas como estas dejan huellas. Gracias al autor por contarnos, y además, hacernos reir!!

    Responder
  2. Roa says:
    Hace 8 años

    Magnífica crónica!

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

La conversación en este espacio está moderada según las pautas de discusión de OnCuba News. Por favor, lea la Política de Comentarios antes de unirse a la discusión.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete

Lo mejor de OnCuba, cada semana. ¡Únete a nuestra comunidad!

Más Leído

  • Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos. Foto: Perlavisión / Archivo.

    Vuelve a sincronizar la termoeléctrica de Cienfuegos, pero sale una unidad de Santa Cruz del Norte

    1084 compartido
    Comparte 434 Tweet 271
  • Otro comercio en dólares: inauguran tienda mayorista para el sector empresarial en Cuba

    645 compartido
    Comparte 258 Tweet 161
  • Memorias de cuando el papa León XIV estuvo en Cuba, siendo Robert Francis Prevost

    125 compartido
    Comparte 50 Tweet 31
  • El gas licuado naufraga en los mares de la incertidumbre

    87 compartido
    Comparte 35 Tweet 22
  • Despidos masivos y cese de nuevas transmisiones en televisora de Miami America Teve

    73 compartido
    Comparte 29 Tweet 18

Más comentado

  • El salitre ha hecho estragos en el espigón, foto publicada en Invasor, julio de 2019.

    La historia de Palo Alto, un puerto a la deriva

    118 compartido
    Comparte 47 Tweet 30
  • Pagos solo en euros: Víazul alega que es “un servicio para el turismo extranjero”

    149 compartido
    Comparte 60 Tweet 37
  • Crisis energética: Suben a once los nuevos parques solares, pero su impacto todavía no se siente

    295 compartido
    Comparte 118 Tweet 74
  • Con la economía lejos de los planes, el Gobierno reclama un control “más eficiente”

    43 compartido
    Comparte 17 Tweet 11
  • La producción de alimentos en Cuba sigue en caída libre

    248 compartido
    Comparte 99 Tweet 62

Cannabidiol

  • Sobre nosotros
  • Trabajar con OnCuba
  • Política de privacidad
  • Términos de uso
  • Política de Comentarios
  • Contáctenos
  • Anunciarse en OnCuba

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

No Result
Ver todos los resultados
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
Síguenos en nuestras redes sociales:

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

Consentimiento Cookies

Para brindar las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a información del dispositivo. Dar su consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar o retirar el consentimiento puede afectar negativamente a determinadas características y funciones.

Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario con el fin legítimo de posibilitar el uso de un servicio específico solicitado explícitamente por el suscriptor o usuario, o con el exclusivo fin de realizar la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferences
The technical storage or access is necessary for the legitimate purpose of storing preferences that are not requested by the subscriber or user.
Estadística
El almacenamiento o acceso técnico que se utilice exclusivamente con fines estadísticos. The technical storage or access that is used exclusively for anonymous statistical purposes. Without a subpoena, voluntary compliance on the part of your Internet Service Provider, or additional records from a third party, information stored or retrieved for this purpose alone cannot usually be used to identify you.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad o para rastrear al usuario en un sitio web o en varios sitios web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}