El proceso de transición a la televisión digital (TVD) terrestre en Cuba comenzó hace casi una década. Según el cronograma original el apagón analógico debía haber ocurrido ya. Pero, la más reciente información ofrecida por Mayra Arevich, ministra de las Comunicaciones (Mincom), refirió que en septiembre de 2022 comenzaría la transición parcial por las provincias del Occidente de Cuba. Lo mismo fue dicho un año atrás.
Todo el proceso de despliegue de la TVD en la Isla comenzó en el ya lejano junio de 2013. Los primeros pasos contemplaron la entrega de cajas decodificadoras donadas por el Gobierno chino a 45.000 hogares en La Habana. Con estos dispositivos se realizaron las primeras pruebas de transmisión de señal y de recepción en la capital.
Concebido como un proceso escalonado se debía avanzar hacia el resto de los territorios en un proceso de apagón analógico gradual, y concluir con el acceso del 100% de los cubanos a la nueva modalidad televisiva. La primera fecha fijada para la conclusión de la mudanza a la señal digital fue el año 2021.
El proyecto para la implementación de la TVD fue concebido de forma inicial en tres etapas. En una primera de simultaneidad y transición, se mantendrían los dos tipos de transmisiones. Esta se prolongaría durante unos cinco años.
Una segunda etapa, prevista a iniciarse en 2016, incluiría la instalación del primer servicio de transmisión definitivo y el inicio del “apagón analógico”. En el último período se extendería totalmente el servicio y se llegaría a la alta definición. Para el año 2021 se previó la conclusión de la transferencia en Cuba.
En cambio, en el año precedente, cuando debía estar concluido el proceso de “apagón analógico”, Ana Julia Marine López, vicetitular del Mincom, reconoció que aunque el programa había sido concebido para transcurrir en 10 años, había sido necesario rediseñarlo. De forma tal que, “el programa se extiende hasta 2024” según sus palabras.
No obstante, la nueva fecha puede no ser la definitiva pues, en teoría, el actual cronograma fijó el inicio de la transición parcial en 2021 “con las provincias occidentales (30 de noviembre y el 15 de diciembre); luego, en 2022, desde Villa Clara hasta Camagüey, y en la última fase, para 2023, la transición en el Oriente del país”, según explicó Merine López.
En la práctica, la transición en el Occidente —que es la primera que se acometerá— lleva ya un año de retraso con respecto a lo previsto en el nuevo cronograma.
¿Cuánto se ha avanzado en nueve años?
Según las más recientes cifras ofrecidas por la ministra Mayra Arevich, la cobertura poblacional en la Isla en cuanto a la televisión digital en señal estándar (SD) es de un 76,23 %, y en alta definición (HD), 45,7 %.
La TV digital en el país cuenta con 143 plantas transmisoras instaladas y espacio para la emisión de 12 canales. De estos, 8 canales se transmiten en SD y 4 en HD. La lógica más básica evidencia que el 76,23% de los cubanos tiene acceso a 8 canales y solo el 45,7% tiene acceso al total de 12. Mientras, un 23,77% de la población cubana no cuenta con señal digital, lo que equivale a más de 2 millones de residentes en el país.
Y, según números oficiales, muy poco ha sido el avance registrado en los dos últimos años en materia de incremento del acceso de los clientes cubanos a la señal digital pues, según informaba el año anterior el entonces ministro de Comunicaciones de Cuba, Jorge Luis Perdomo Di-Lella, al cierre de 2020 las coberturas eran, en el caso de la definición estándar (SD), de hasta un 76% y, en el caso de la alta definición (HD), hasta un 45%.
En términos de infraestructura, por una parte, en la Isla están identificadas aún 138 zonas de silencio —donde no llegan las señales de radio y televisión, o se reciben con muy baja calidad— distribuidas en siete provincias. Por la otra, entre los usuarios que residen en zonas con acceso a la señal el principal obstáculo radica en cómo comprar los equipos receptores.
La cantidad de equipos receptores (televisores híbridos y/o cajas decodificadoras) que se han comercializado desde 2013, según la actual ministra de Comunicaciones, supera los tres millones —si bien la cifra exacta no fue precisada— con una media anual de más de 100.000.
No obstante, la titular reconoció que este año ha sido menor la venta, con solo cerca de 61.151 equipos. Ello, a pesar de que los planes para fines de 2021 expuestos por Lázaro Campos, director de la Unidad Empresarial de Base de Producciones Electrodomésticas, contemplaban la terminación de 318.000 cajas decodificadoras y 32.000 televisores híbridos de 32 pulgadas.
En cualquier caso, la cifra de equipos receptores que ha sido comercializada en casi una década en Cuba es aún inferior, incluso, a la cantidad de hogares contabilizados en el país en 2012, cuando se realizó el último censo. Entonces se registraban 3.931.643 lugares donde residen familias compuestas por una o más personas.
Por tanto, hay cerca de un millón hogares más cuantificados en la Isla que la cantidad de equipos vendidos entre 2013 y 2022.
De acuerdo con los planes más recientes, este año se prevé “alcanzar una cobertura poblacional del 89% en definición estándar y un 60% en alta definición” según Mayra Arevich. Meta que se contradice con los bajos índices de ventas de los equipos indispensables.
De igual modo, se ha informado que se pretende concluir el proceso de transición parcial de la televisión analógica a digital en el Occidente del país. En tanto, en la actualidad atravesamos aún la fase de transición —la primera prevista— que debía extenderse por 5 años a partir de 2013, de acuerdo con el cronograma original.
TVD en Cuba: ¿al alcance de todos?
El acceso a la TVD requiere, como la televisión analógica, contar con una antena exterior o interior y un bajante adecuado. Desde luego, se requiere un televisor digital que reciba la norma DTMB —norma china de Transmisión Digital Terrestre Multimedia (DTMB, por su sigla en inglés) empleada en Cuba—, un televisor híbrido (Analógico y DTMB), o una caja decodificadora DTMB (con un televisor analógico).
Y es aquí donde se traba el paraguas. La venta de las popularmente denominadas como “cajitas”, televisores híbridos y otros dispositivos requeridos para obtener la señal digital —antenas, cable coaxial— se inició en el país tras las pruebas iniciales de transmisión digital en La Habana en 2013.
Por entonces, los productos se comercializaron en la red de tiendas recaudadoras de divisas y en moneda libremente convertible (CUC). Las cajas marca GELECT, únicas de producción doméstica, tenían un precio de 49.95 CUC y los televisores híbridos de 32 pulgadas, de 399.95 CUC. Los receptores y televisores importados se vendían a precios superiores. El abastecimiento no era del todo estable, tampoco los precios realmente asequibles.
Pero, todo empeoró cuando como resultado de la crisis que empezó a agudizarse en Cuba a fines de 2018, también estos dispositivos comenzaron a desaparecer de las tiendas hasta llegar a su casi extinción en el 2020.
Entre las causas principales de la baja comercialización —y producción— de receptores en el país, las autoridades subrayan las dificultades financieras y las limitaciones en la capacidad de compra y liquidez.
La mayoría de los componentes y piezas utilizados en el proceso de ensamblaje de los equipos llegan de China, principal proveedor de asistencia técnica, según ha asegurado Lázaro Campos, director de la Unidad Empresarial de Base de Producciones Electrodomésticas.
Dentro del marco de la dolarización parcial que comenzó en Cuba en 2019 lo dispuesto fue la venta de estos equipos en la red de tiendas en CUP y MLC. En divisas solo se comercializarían los TV LED híbridos de alta gama de 43 pulgadas y cajas decodificadoras con sistema operativo Android, según declaraciones de Albeo Zamora Quintero, vicepresidente del Grupo de la Industria Eléctrica, la Informática, la Automatización y las Comunicaciones (GELECT).
Además, se aseguró que habría disponibilidad de equipos desde el 2021. José Luis Perdomo Dilella confirmó que a partir del segundo trimestre de ese año deberían hallarse en las tiendas, sobre todo en aquellos lugares donde primero se fuera a realizar la transición parcial de la televisión analógica a la digital. De hecho, se estableció el valor de $1 250.00 CUP para la venta en moneda nacional de las cajitas.
¿Qué ha sucedido realmente? La venta a la población de cajitas decodificadoras en moneda nacional comenzó en algunos municipios del Occidente y al precio fijado por el Estado, y así lo confirmaron varios usuarios online.
Pero, la venta no fue de modo regulado y los equipos terminaron en manos de los revendedores. Tampoco se garantizó la comercialización en, al menos, una tienda en cada municipio de la región Occidental de la Isla, como fue previsto.
En el resto del país, el expendio de estos equipos en moneda nacional es hasta hoy una realidad remota.
Las cajitas decodificadoras y los televisores LED híbridos se comercializan en divisas con ofertas para su compra online desde el exterior y en la red de tiendas para la venta en MLC, a un costo de $50.00 las cajitas y $535.00 los televisores de 43 pulgadas, importados. En el mercado negro, actualmente el valor de las primeras supera los 10.500 CUP.
En pocas palabras, el despliegue de la TVD en Cuba, con sus indiscutibles beneficios en términos de calidad de la señal recibida, con imágenes libres de distorsiones y un sonido más nítido, depende de que exista disponibilidad de los medios requeridos y de que los cubanos puedan costearlos. Mientras esto no ocurra, los cronogramas continuarán inconclusos y la señal seguirá en el aire, sin que podamos hacerla nuestra.