La corporación estatal cubana Cimex anunció un nuevo mecanismo para la regulación de las compras en sus tiendas virtuales, agrupadas en la plataforma TuEnvío, según el cual cada cliente solo podrá realizar una compra diaria, con independencia del beneficiario y el comercio online en que realice dicha compra.
Desde el pasado mes de junio, tras un cierre para “adecuar su funcionamiento”, las tiendas virtuales de Cimex y también las de la Cadena Caribe, comenzaron a comercializar únicamente módulos de alimentos, productos de aseo, o de combinaciones de ambos –a precios que oscilan entre los 10 y los 30 CUC (pesos convertibles cubanos)–, y establecieron un tope de una compra diaria por tienda.
Sin embargo, ahora Cimex aclara que la regulación “está asociada al medio de pago y no a los usuarios”, según una nota publicada en el sitio oficial Cubadebate. Ello significa que una misma persona solo podrá realizar la compra de un módulo al día a través de la cuenta bancaria registrada para el pago, aun cuando tenga más de un usuario inscrito en la plataforma o esa compra la haga con otra persona como beneficiaria, aunque radique en otra provincia.
Tampoco podrá comprar en más de una tienda, de las reunidas en la plataforma TuEnvío, la cual incluye también Villa Diana, situada en La Habana y perteneciente a la Cadena Caribe.
En su nota, la corporación recomienda a sus clientes no intentar “comprar más de una vez o con distintos usuarios” y explica que “la comprobación se realiza una vez que usted efectúa el pago que es cuando la tienda puede verificar desde qué medio usted está pagando, por lo que alertamos, la devolución de una segunda compra entra en el plazo establecido para las devoluciones de hasta 72 horas”.
Cimex afirma que se llegó a esta decisión luego de que aplicase “variantes técnicas que no han sido efectivas hasta el momento” y lamentó “las molestias que esta medida le haya podido ocasionar”. “Su único objetivo –apunta– es lograr que una mayor cantidad de personas sean alcanzadas por esta modalidad de ventas, además de combatir el acaparamiento y la reventa utilizando el comercio electrónico como fuente”.
La regulación se aplica en momentos en que el gobierno cubano lleva adelante una campaña contra los llamados coleros –organizadores ilegales de colas–, así cómo contra los revendedores y acaparadores de los productos que venden las tiendas estatales, tanto físicas como online. Esta campaña forma parte de las medidas gubernamentales para enfrentar la compleja situación actual de la economía cubana, golpeada por el embargo estadounidense y la pandemia de coronavirus.
Hay que agradecer a los coleros por esto
La miseria es la base de todo.
Buenas noches, para mí fue mucho mucho más fácil comprar en marzo abril y mayo . Después del reordenamiento difícil al extremo lo único que logras comprar es aseo y con insistencia, los combos de alimentos cuando te dan el aviso ya se acabaron el pedregal y 5ta ni soñar es sólo un sueño. Gracias.
Un antónimo para “virtuales” en Cuba
Tiendas virtuales a las que tal vez debiéramos incluirles uno de los antónimos de “virtuales”: “imposibles”, sí porque en eso se han convertido en los últimos tiempos. Y a mí, como fiel seguidora y usuaria de ellas desde el 3 de marzo del presente año, lo cual me ha permitido no hacer colas físicas, comprando lo elemental para subsistir todo este tiempo, me resulta entristecedor que hayan llegado a este extremo.
Sé que existen muchas razones para que este sistema de compras se encuentre tan afectado; por ejemplo que la oferta no corresponde a la demanda, que cada día se unen más personas a esta modalidad, que son insuficientes las creadas para tales efectos, que es algo prácticamente nuevo y que tanto informáticos como quienes en ellas laboran han hecho y están haciendo lo imposible para adecuarlas a la situación real que tiene Cuba. Pero también (y esto pudiera entrar en lo subjetivo) hay otros factores que tal vez incidan en que una mayoría aplastante no pueda adquirir los productos en ellas, como son: los avisos previos a amistades o familiares de la hora en que se sacará un combo en una tienda determinada, la excelente conexión con que cuentan trabajadores vinculados a las comunicaciones, porque el cubano es “el cubano”, las inventa en el aire (y no acuso a nadie, me permito el pensar en voz alta, o mejor, en palabras escritas, con el objetivo de buscar una explicación a este problema). Y confieso que he llegado a pensar que también pudieran existir revendedores virtuales, porque no nos llamemos a engaño, por muchas personas que integren un núcleo familiar, no hay bolsillo que aguante una compra diaria de 10 cuc, como mínimo, ni es necesario comprar a diario o en días alternos alimentos y aseo.
El caso es que hoy por hoy se gastan megas a más no poder, se pierde un tiempo precioso ante el móvil refrescando página a página, se bajan más y más actualizaciones. Y lo peor: se exaltan los ánimos de las personas y también se reconfiguran celulares pensando que el problema es de uno y no de las aplicaciones para las compras ni de las lentas conexiones.
En sus inicios estas tiendas permanecían abiertas la mayor parte del tiempo, con productos o no para adquirir por departamentos; si bien es cierto que la solución de los combos disminuye costos de transporte y permite la salida de productos ociosos, es también cierto que cada día se hace (no ya difícil) imposible comprar en dichas tiendas virtuales, porque si logras ver el producto tal vez la lentitud de la página no te permita hacer el pago o quizá si llegas felizmente al último paso, transfermóvil te pide “escanear un código” o se pone a “validar tu tarjeta”, y dices: contra, yo no tengo el móvil en modo de escritorio, y llamas una y otra vez al 118 a pedir ayuda y, sin tocar nada, un buen día ya no sale el código…
La otra medida que se tomó fue que se pudiera adquirir un combo o módulo diario, me parece bien; pero hoy me entero de que las tiendas virtuales sacarán un día alimento y otro día aseo; entonces me pregunto: qué se resuelve así, porque de todas maneras las personas más avezadas en las compras lo seguirán haciendo a diario (¡sálvese quien pueda!), la diferencia es que ahora también alternan como las tiendas virtuales. Es preferible que saquen combos diversos y que las personas lo adquieran (si pueden) según sus necesidades.
Soluciones se me ocurren varias, pero siempre habrá detractores para ellas; por eso, a quienes corresponda seguir enriqueciendo este sistema de compras, balanceándolo, ajustándolo (el cual defiendo y por él abogo), deben buscar una solución justa para todos, porque ya las tiendas virtuales no solo brindan productos: generan estrés, insatisfacción, descontento y mucha depresión.