Un tornado se reportó la tarde de este lunes en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, en momentos en que lluvias y tormentas azotaron varias zonas de la ciudad.
El tornado tuvo lugar entre las 6:10 y las 6:15 PM y fue catalogado como “débil” por el Instituto de Meteorología (Insmet), según el cual durante su ocurrencia en el aeropuerto habanero se registró una racha de viento de 138 kilómetros por hora.
La nota del Insmet no brinda más detalles ni refiere daños en la instalación, mientras que publicaciones en las redes, con imágenes y videos del tornado, muestran el fenómeno en las afueras de la terminal aérea y también en altura.
El hecho obligó a detener las operaciones en el aeropuerto, aunque más tarde volvió a estar operativo, según informó el periodista Lázaro Manuel Alonso.
El tornado en la zona del aeropuerto fue parte de una situación meteorológica ocurrida a lo largo del interior y sur de Cuba, que tuvo varios episodios significativos en La Habana, según el Insmet.
De acuerdo con el reporte, en la capital las lluvias “estuvieron acompañadas de tiempo severo y actividad eléctrica moderada” y afectaron principalmente los municipios Boyeros, Plaza de la Revolución y Diez de Octubre.
Además del tornado en las inmediaciones del aeropuerto, en Boyeros se reportó caída de granizos en Fontanar, mientras que en Plaza “la severidad también estuvo caracterizada por la caída de abundantes granizos, aunque de pequeño tamaño (aproximadamente del tamaño de un chícharo)”.
Por su parte, en La Víbora (municipio Diez de Octubre) “los vientos lineales fuertes propiciaron el derribo de un árbol, además de afectaciones a los tendidos eléctricos”, explica el Insmet.
Hace unos días, un tornado en Alquízar, en la provincia de Artemisa, dejó daños en viviendas y la infraestructura eléctrica y telefónica.
Este tipo de tormentas locales son frecuentes en Cuba, principalmente en los meses de mayo a agosto, cuando las condiciones meteorológicas son más propicias para su formación, aunque pueden suceder también en otro momentos del año.
Su ocurrencia puede provocar daños significativos, sobre todo cuando afectan zonas pobladas, cuyo impacto se refuerza en momentos en que la isla atraviesa una profunda crisis económica.